Se puede afirmar sin
miedo a equivocarse que la etapa más determinante en la larga
historia editorial de los mutantes de Marvel Comics estuvo
protagonizada por el guionista Chris Claremont y los dibujantes Dave
Cockrum y John Byrne, a la postre co-argumentista, entre 1975 y 1981.
El canto del cisne de Byrne en la colección fue un arco argumental
de dos números (“Uncanny X-Men” 141 y 142), considerado
actualmente por el fandom como una de las mejores historias de
la Patrulla X jamás contadas. En esta aventura, titulada “Días del futuro
pasado”, el lector viajaba al (por aquel entonces) lejano futuro
del año 2013, en el que el Homo superior había sufrido su
propio Holocausto a manos de su prejuicioso hermano sapiens.
Este distópico porvenir en el que los supervivientes a las purgas
eran perseguidos por gigantes robóticos conocidos como Centinelas
tenía su origen en la radical reacción antimutante iniciada en 1980
tras el asesinato del senador de los EE.UU. Robert Kelly a manos de
la Hermandad de los Mutantes Diabólicos. Para evitar la cadena de
acontecimientos que conducirían al genocidio, un grupo de
rebeldes liderado por Magneto (confinado, irónicamente, a una silla de ruedas) proyectaría hacia el pasado
la consciencia de una Kitty Pryde adulta, que tomaría el control de
su cuerpo adolescente y advertiría a los X-Men de los años 80 del
oscuro futuro que les aguardaba tras la muerte del senador Kelly.
Tomando esta premisa como
base argumental, el realizador Bryan Singer, artífice de las dos
primeras entregas de la franquicia cinematográfica que adapta las
aventuras de los mutantes, ha hecho converger la línea temporal de
la trilogía inicial (“X-Men”, “X-2” y “X-Men: la decisión
final”) y de los spin-ofs protagonizados por Lobezno
(“X-Men. Orígenes: Lobezno” y “Lobezno Inmortal”) con la del
inteligente reboot orquestado por Matthew Vaughn en “X-Men: Primera generación”. Así, “Días del futuro pasado” supone un
sofisticado ejercicio de retro-continuidad en el que el espectador se
reencontrará con la gran mayoría de personajes (e intérpretes) que
han pasado por la saga en los últimos 14 años, muchos de ellos en
sus versiones pasada y futura. La maniobra recuerda en cierto modo a
la estrategia de reseteo propuesta por J. J. Abrams en su primer acercamiento a “Star Trek”, y además de funcionar como
lógica segunda entrega de las aventuras de la Patrulla-X junior
(James McAvoy, Jennifer
Lawrence, Michael Fassbender,...) podría servir tanto para
revitalizar a la Patrulla-X senior
(Hugh Jackman, Patrick Stewart, Halle Berry,...) como para darle a su
trayectoria fílmica un cierre más digno que el propuesto por Brett
Ratner en la olvidable “La decisión final”.
Además
de la lógica argumental, existe una lógica mercadotécnica que ha
obligado a realizar algunos cambios sustanciales en el argumento
original ideado por Chris Claremont y John Byrne, siendo ahora
Lobezno el mutante escogido por los rebeldes del futuro para viajar a
la Norteamérica de la década de los 70 y así impedir el atentado
contra la vida del Dr. Bolivar Trask, aquí en una versión
acondroplásica encarnada por Peter -Tyrion Lannister- Dinklage. Pese
a todo, la presencia de Hugh Jackman en el film es menos prominente
de lo que un servidor a priori suponía, recayendo casi todo el peso
dramático en el triángulo formado por los jóvenes Charles Xavier
(McAvoy), Mística (Lawrence) y Magneto (Fassbender). De lo cual me
alegro.
La
polémica utilización de Peter Maximoff (a.k.a. Mercurio) por parte
de Singer, cuando el personaje ya había sido reclamado por Joss
Whedon para la próxima entrega de “Los Vengadores” (que,
recordemos, pertenece a Marvel Studios mientras que la franquicia X
está en manos de la Fox), se salda muy positivamente gracias a la
traviesa reinvención post-hippie del velocista, que acapara algunos
de los momentos más divertidos del film (por mucho que alguno de
ellos se pase por el arco del triunfo las más elementales leyes
físicas sobre la propagación del sonido).
Hay
muchas licencias llamativas en “Días del futuro pasado”: poderes
mutantes que aparecen de la nada, personajes cuyas versiones pasada y
futura se contradicen, paradojas temporales que harán que los más
intransigentes aficionados a la ciencia-ficción pongan el grito en
el cielo... Varias de estas (oportunistas) lagunas tienen mucho que
ver con la endeble coherencia interna demostrada por la saga desde un
buen principio, pero otras son fruto del capricho de Singer y de su
guionista Simon Kinberg, responsable de joyas como “xXx 2”,
“Jumper” o el primer “Sherlock Holmes” de Guy Ritchie.
Sin
embargo, si uno consigue ver más allá de estos pequeños
inconvenientes, lo que encontrará en “Días del futuro pasado”
es una cinta de acción y aventuras pletórica de ritmo y sentido del
humor, con personajes que sobrepasan con creces el cliché del cine
super-heroico y algunas pinceladas de épica que aportan la necesaria
intensidad dramática a sus compases finales. Es cierto que los
efectos especiales resultan simplemente correctos para un film cuyo
presupuesto se estima en 200 millones de dólares, pero las escenas
de acción están tan bien resueltas y, sobre todo, perfectamente
justificadas, que pocos peros se le pueden poner a “Días
del futuro pasado” como blockbuster palomitero.
Además, dada la cantidad de personajes y subtramas que desfilan por
la pantalla, resulta casi milagroso que Singer haya conseguido
mantener el metraje final en unos muy ajustados 130 minutos que se
pasan volando y que, estoy convencido, en otras manos habrían
ascendido perfectamente hasta unos megalomaníacos 150 ó 160.
“Días
del futuro pasado” supone un compendio casi perfecto de lo que la
saga mutante ha dado de sí en la gran pantalla, aunando las virtudes
de las que hasta ahora habían sido las mejores cintas de la
franquicia (“X-2” y “Primera generación”) con algunas de las
incoherencias argumentales heredadas de las peores (“La decisión
final” y “Orígenes: Lobezno”). Una carambola narrativa no apta
para neófitos que sin embargo resultará muy gratificante para los
que llevamos siguiendo a estos personajes desde hace años, tanto en
las viñetas como en la gran pantalla. Por lo que a mí respecta, el
regreso de Bryan Singer al universo X ha sido un éxito rotundo.
Esperemos que la próxima entrega de la saga, cuyas intenciones
quedan desveladas en la inevitable escena post-créditos, mantenga el
altísimo nivel de estos “Días del futuro pasado”.
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