jueves, marzo 22, 2007
Una de esas que te erizan los pelillos de la nuca...
Icono GZ
Además, y paralelamente a dicho evento, se está llevando a cabo el proyecto Icono GZ, con el que se pretende elegir un imagotipo representativo de nuestra "nazom" (dicho con retranca). Los candidatos son los siguientes (para votar, id a http://www.iconogz.org/vota.php):
domingo, marzo 18, 2007
sábado, marzo 17, 2007
Yo de mayor quiero ser como...
-"Los jóvenes quieren ser fieles y no lo son. Los viejos quieren ser infieles y no pueden".
-"Un hombre puede ser feliz con cualquier mujer siempre que no la ame".
-"Me gustan los hombres que tienen un futuro y las mujeres que tienen un pasado".
-"La tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que haya sido joven".
-"Bigamia es tener una esposa de más. Monogamia es lo mismo."
-"Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima."
-"Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo estar equivocado."
-"Cuando se está enamorado empieza uno por desilusionarse a sí mismo, y acaba por desilusionar a la otra parte interesada."
-"El hombre debería decir siempre mucho más de lo que pretende y pretender mucho más de lo que dice."
-"En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados, ni los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles. Eso es todo."
-"Es absurdo dividir a la gente en buena y mala. La gente es tan sólo encantadora o aburrida."
-"Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama."
-"La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no es leída."
-"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo."
-"Los hombres siempre se empeñan en ser el primer amor de una mujer. Las mujeres prefieren ser la última novela de un hombre."
-"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo."
-"Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos a las estrellas."
Todas ellas, de éste señor de la foto (que viene siendo Oscar Wilde).
viernes, marzo 16, 2007
¿Serendipia?
http://www.youtube.com/watch?v=AZ9PNK3AEN4
El caso es que yo he sido testigo, hoy, de una serendipia de éstas.
Resulta que en menos de 24 horas he visto dos películas. Que de esas dos películas había leído buenas críticas, y los nombres de sus directores las avalaban (bueno, “daquela maneira”, como decimos en Galicia), pero no tenía ni idea de sus argumentos.
La serendipia de marras viene a cuento porque el argumento de ambas películas es EXACTAMENTE el mismo:
“Una pareja comienza a recibir cintas de vídeo sin remitente en las que se muestran grabaciones de su casa. Inquietos por el misterio, y sintiendo su intimidad amenazada, se lanzan a la búsqueda de una respuesta, al tiempo que su relación comienza a desmoronarse.”
Curiosamente, ambas películas parecen conformar un díptico, en tanto que ambas juegan con la capacidad de elucubración del espectador (no existe un final explícito, ni una explicación satisfactoria, sino que cada uno puede elaborar su propia teoría respecto al misterio escondido en el film); ambas planean sobre el tema de la memoria, y cómo podemos auto-engañarnos para modelar nuestros recuerdos y poder así no sentirnos incómodos con nuestros actos pasados; pero ambas lo hacen utilizando un lenguaje cinematográfico totalmente opuesto.
Las películas son, por cierto, “Carretera perdida” (1997, David Lynch) y “Caché (Escondido)” (2005, Michael Haneke), y salvo que esté yo muy equivocado, creo que no existe ningún vínculo confeso entre ambas, por lo que el parecido es puramente casual (o, queriendo ser malos, plagio).
Si la primera es puramente onírica, excesiva en lo formal (esos movimientos de cámara, esos juegos de iluminación, ese gusto por el color explosivo) con un uso brutal de la música y el montaje; la segunda es todo lo contrario: una película naturalista en sus planteamientos, sin banda sonora, con un ritmo parsimonioso y profusión de planos estáticos con acciones casi imperceptibles (véase el último de la película, presuntamente revelador, aunque hay que estar más atento que con los libros de "Dónde está Wally").
En ambos films, los actores protagonistas están excelentes: por el equipo de los chicos, se lleva el punto y mini-punto Daniel Auteil, soberbio en “Caché”. Por el de las chicas, en “Carretera perdida” Patricia Arquette compone la clásica dualidad rubia/morena dándole un morbo, mojo o como queráis llamarle que… bueno… joder, qué bien está la niña, y cómo consigue darle al personaje toooooodo lo que necesita (y eso que la Arquette suele parecerme mediocre como actriz y poco atractiva en el plano físico… pero es que aquí…)
Pero, mientras que “Carretera perdida” me ha parecido una gran película, con un auténtico misterio que se puede desentrañar si se está atento y, sobre todo, si no se tiene miedo a especular; “Caché” se me antoja una pequeña tomadura de pelo, que pese a plantear interesantes cuestiones sobre la moral del primer mundo, el sentimiento de culpa o la recuperación de la “memoria histórica” (sí, sí, que ésto no se lo ha inventado el PSOE), su conclusión ha hecho que me sienta como si Haneke me estuviera tomando el pelo, no dándome todas las piezas para armar el puzzle, escudando sus carencias como guionista bajo sus atrevimientos (no sé si llamarlos virtudes) como realizador.
(Maldita sea, Álvaro... Al final va a ser que me gusta David Lynch, y voy a tener que desdecirme de todos estos años llamándole payaso... jejeje)
jueves, marzo 15, 2007
Los 25 de "Premiere"
De todo hay en la selección, pero así, a bote pronto, me falta alguno de estos:
miércoles, marzo 14, 2007
¡Cuidado que engancha!
martes, marzo 13, 2007
Bendito Oriente
...y aún estoy flipando.
Frikis de verdad
Todo está relacionado
domingo, marzo 11, 2007
Jules Uijttewaal
Un blog personal que suele hablar de música y de cultura pop (pero no sólo de eso), escrito con ironía y buena letra. Muy recomendable (pese a que, según lo que parece, su autor, de alias Jules Uijttewaal, ha colgado las botas blogeras el pasado mes de Enero).
"Sabemos mucho más de lo que admitimos"
En ruta hacia el concurso de belleza infantil
El film, ganador de un par de Oscars en la más reciente edición, tiene a su favor el no acabar de tomarse excesivamente en serio a sí misma en ningún momento, y la capacidad de contención en el metraje (últimamente tengo la sensación de que todos los directores creen que es mejor contar una historia de 90 minutos en 120 que a la inversa).
Se ve con agrado, provoca un par de sonrisas cómplices y tiene algunas situaciones ingeniosas. Pero, desde mi punto de vista, resulta terriblemente banal. Un esbozo de algo más complejo y que, no obstante, no termina por llegar. Porque ya hemos visto mil y una familias disfuncionales, mil y un vejetes enrollados que blasfeman para algarabía del público deseoso de diálogos ácidos y políticamente incorrectos, mil y una esperanzas rotas, mil y un viajes por América en busca de un “sueño/excusa argumental”. Y si, a día de hoy, una película con esos mismos elementos no aporta nada más, pues es una pena. Es una ocasión perdida de buscar un nuevo camino para la comedia, un género que no suele tener mucha fortuna en el celuloide.
Personalmente, encuentro un poco turbador que la Academia de cine de Hollywood decidiese otorgar el Oscar al Mejor Guión Original a esta producción, simpática y poco más, teniendo una opción mucho más válida en el libreto de “Babel” (no habiendo nominado en esta categoría a dos películas mucho más ingeniosas, como son “Gracias por fumar” y “El señor de la guerra”). Lo de haberla nominado a Mejor Película ya me parece de escándalo.
Pero los premios, es lo que tienen.
miércoles, marzo 07, 2007
Openings
“Dexter”, sobre un joven adorable, comprensivo y simpático que trabaja de forense de la policía durante el día y ejerce la tortura, el sadismo y el descuartizamiento como asesino en serie durante las noches… (un trabajo memorable del actor Michael C. Hall, visto en “A dos metros bajo tierra”):
http://www.youtube.com/watch?v=SXp4W0fUz_c
Y “Carnivale”, que narra las andanzas de un circo ambulante en la América profunda de comienzos del siglo pasado, con un trasfondo de guerra milenaria del bien contra el mal y patatín y patatán… (y sale el enano de “Twin Peaks, así que YA es de culto, jajaja):
http://www.youtube.com/watch?v=U-Onb-FqR74
Altamente recomendables.
Lanzando redes...
http://www.youtube.com/watch?v=OK_hlYQZi7U
Vida y milagros de una galleta animada
La idea es que mis ilustraciones tengan un aspecto cercano al que los personajes tendrían una vez modelados en 3-D y listos para animar.
Aquí os dejo con un par de imágenes:
La primera, de tres de los protagonistas principales (Galletita, Croissant y Leche).
La segunda, de los alimentos caducados (con un rollito que recuerda a las pelis de George A. Romero pasadas por el kaleidoscopio de Pixar).
300 segundos de 300
Aquí el enlace:
http://www.mtv.com/overdrive/?name=movies&id=1553704&vid=136403
Madrileando
Paso de desglosar aquí tooooooooooodo lo vivido en este largo fin de semana, porque ha sido mucho y muy bueno. Quizás lo vaya haciendo poco a poco en futuras entradas (o probablemente no, jajaja), pero ahora estoy muerto de sueño (no me extraña, llevo cuatro días rozando el límite de horas dormidas necesarias para no perder la noción de la realidad y que mi vida se parezca a una peli de Darren Aronofsky). Por lo de pronto, me contento con decir que se echó de menos a los que finalmente no pudieron venir (pelirrojos y viveirenses dos a dos), y agradecer a los que sí estuvieron lo bien que me lo hicieron pasar, las enormes risas que me eché, las buenas conversaciones (de ésas de empanada de manzana a las 7 de la mañana), las competiciones de bailes nocturnos (que creí haber ganado, ex-aequo con Leti, claro, hasta que el profesor adjunto de la Complutense me arrebató, con justicia, el cinturón de campeón), las carreras en las escaleras del metro (que creo que también gané, o no, no lo sé ;-)), los escupitajos en la boca (sí, sé que a veces soy un poco desagradable, jajajajaja), los mapas del Jardín Botánico y todo el resto de anécdotas, frases desternillantes, comentarios de todo tipo, juegos, bailes, sonrisas, miradas cómplices, el escote de Pe y los puntos de discreción, los aplausos, la música, la luz y el color... y también los sudokus y la teletienda en Camerún.
Y agredecérselo todo y más especialmente a Lincoln, que sigue preocupado por C.J., y que cada día demuestra y re-demuestra que hay pocas máximas tan ciertas como que “tener un amigo es tener un tesoro”. (Movimiento de gorra).
En resumen, y como diría Peter Griffin a lomos del dragón Fújur: “¡Biiiiiiiiiiiiiiien!”
sábado, marzo 03, 2007
Tris de cine
Esta semana ha dejado una decepción, una curiosidad (lógica) y una sorpresa muy agradable.
La decepción
“Cartas desde Iwo Jima”, de Clint Eastwood, lo tenía todo para ser una gran película. Tenía un planteamiento interesante (¿y si contamos la II Guerra Mundial desde el otro bando, del que siempre echamos pestes?), tenía un reparto ajustado (bien Watanabe, bien los demás, desconocidos), tenía una banda sonora efectiva (minimalista, algo repetitiva, pero efectiva) y tenía a Dios detrás de las cámaras (es decir, a Clint Eastwood, pero como yo le rezo a él, pues viene a ser lo mismo). Pero hasta Dios mete la pata a veces (no hay más que fijarse en el ornitorrinco, que me cago en…), y en este caso se olvidó de lo más importante: “Cartas desde Iwo Jima” no cuenta nada. Al menos, no en el sentido estrictamente narrativo que moi, personalmente, desea encontrar cuando va al cine. “Cartas desde Iwo Jima” plantea una situación (japoneses muriendo a manos de americanos), pero no puede resumirse en una línea argumental. No va a ningún lado. Y así, tras dos horas y media de ver cómo los nipones pierden una isla (que uno ya sabe de antemano que van a perder), la única sensación reconocible es el estupor.
La curiosidad
“Inland Empire”, de David Lynch, es lo que es: una película de David Lynch. Dicho eso, hay ciertas cosas que uno debe asumir de antemano: “Inland Empire” es una película que no puede ser comprendida, explicada, ni mucho menos recomendada. Su argumento, de tenerlo, se escapa por completo al espectador, que no puede más que intentar (infructuosamente, claro) no perderse absolutamente en este viaje delirante hacia el infierno personal de una mujer (o dos, o tres, o más, no me ha quedado claro) que busca algo (que no tengo muy claro tampoco qué es) en un continuo ir y venir de planos espacio-temporales que no podría explicar aunque quisiera.
Audiovisualmente, la película es un puntazo. Como experimento psicotrópico, experiencia fantasmagórica y ejercicio de creación de ambientes, es un derroche de genialidad.
Como cine, es un coñazo.
La sorpresa
Comentaba con Guille (unas entradas más abajo, el que está con su fan) el otro día que hay películas buenas, y luego hay películas de actor. Esas que son correctas en casi todo, pero que tienen un personaje protagonista (o antagonista) que permite que el actor/actriz lo dé todo. Me salen, así a bote pronto: “Training day”, “Yo soy Sam”, “Monster”, “Ray”…
Yo creía que “El último rey de Escocia” iba a ser de este último grupo. Forest Whitaker se había llevado el único Oscar al que la película estaba nominada, y en las críticas sobre el film, su nombre era lo único que se podía sacar en claro.
Lo cual es una pena, porque sí, claro, Whitaker lo borda. Se sale. Brilla con luz propia. Posiblemente, la mejor actuación del año. Pero James McAvoy está genial también. Hasta Gillian Anderson está genial.
La película engancha desde el minuto uno, avanza como un cañón, con un ritmo trepidante, sin estridencias, pero a paso firme, sin perderse en pequeñeces pero sin descuidar el detalle. Creciendo a cada minuto, como una bola de nieve que rueda pendiente abajo. El espectador sabe que cuando llegue, la hostia va a ser gorda. Se prepara para el impacto y, aún así, joder, menuda hostia.
Los últimos veinte minutos de “El último rey de Escocia” son un trago difícil pero satisfactorio. Una compensación salvaje de la aparente docilidad con que la película parecía estar tratando al malvado Amin Dada. Un jarro de agua fría en la conciencia del espectador. Un golpe en el estómago, un nudo en la garganta. Un final cojonudo para una película excelente.