martes, agosto 28, 2007

Vuelve el Boss

Además de Manu Chao, otra de mis debilidades musicales saca disco en breve. Se trata del archifamoso Bruce Springsteen, que acaba de publicar el single de su nuevo trabajo, un disco titulado "Magic" que promete ser un regreso al rock más enérgico, después de dos discos más personales (el intimista "Devils & Dust" y el country-folk "The Seeger Sessions").


El tema que abre la veda se titula "Radio Nowhere" y suena francamente bien (para escucharlo, aunque aún no hay imágenes del vídeo, pinchad aquí).

El disco estará en la calle el 2 de Octubre, y su nueva gira lo traerá a España a finales de Noviembre (concretamente a Madrid y Bilbao). Habrá que estar atentos, pues...

sábado, agosto 25, 2007

El tren de los momentos

"Pase de prensa", qué tres palabras más maravillosas. Fue gracias a ellas que el pasado jueves pude ir de gratis al concierto de Alejandro Sanz en el Coliseum de A Coruña. Es lo que tiene tener amigos periodistas...

No es que Sanz me guste. De hecho, me gusta más bien poco; pero entre una noche de concierto por el belfo o quedarse en casa, lo que procede es elegir la primera opción (salvando casos "operaciontriunfianos" y "paulinarrubiescos"), pues uno nunca sabe qué sorpresas puede llevarse en esta clase de eventos. No sería la primera vez que alguien le encuentra el punto a un artista o grupo que antes detestaba gracias a una buena experiencia en vivo…

Alejandro, no obstante, no sorprendió. Desplegó un montaje de luz y sonido espectacular, una banda de auténtica impresión (indudablemente forjada a golpe de jazz y de flamenco), unas coristas bellísimas y el favor de un público (9.000 personas, en su mayoría de par cromosómico XX) que demostró que en eso de ser groupie no hay edad ni condición. El problema es que a mí sus canciones no me dicen nada, no me sé casi ninguna letra (salvo las más conocidas, que coreé como todo hijo de vecino) y su música es imposible de bailar. Ergo, como profano infiltrado en la secta del "corazón partío", me limité a observar, escuchar y disfrutar del virtuosismo de los músicos.

Sanz, por cierto, parece un tipo tímido y algo falto de labia, aunque por suerte no la precisa: a la primera nota de cada tema, sus fans se vuelven locas y gritan y lloran y se tiran de los pelos. No es una vida que envidie, pues a las afueras del recinto aguardaban los esbirros del Tomate, dispuestos a joderle otro día más a la estrella madrileña.

La fama puede ser muy puta…

La trilogía de Bourne


Con el estreno de "El ultimátum de Bourne" se cierra la trilogía que marcará un antes y un después en el cine de acción. Aunque la primera parte ("El caso Bourne", realizada por Doug Liman) queda un poco por debajo de sus secuelas (dirigidas ambas por el sobresaliente Peter Greengrass), el conjunto resulta de una solidez remarcable, y más teniendo en cuenta que se mueven en un género muy dado a estirar planteamientos en función de la caja registradora y no de las propias necesidades dramáticas de la trama.

Nada que ver con esta saga de espías que llega a buen puerto en un tercer film que comparte todas las virtudes de su predecesora: un reparto sólido, una dirección muy acertada (sobre todo en el uso "verista" de la cámara al hombro), un guión inmaculado y, sobre todo, un ritmo trepidante (en las dos horas que dura, la película no ofrece ni un segundo de respiro).

Sin lugar a dudas, una de las pelis del año. Y si tenemos en cuenta que Matt Damon ya protagonizó brillantemente otra de mis favoritas de los últimos meses, "El buen pastor", no es de extrañar que le esté cogiendo cariño al muchacho…

Ratas a la carrera (nada que ver con la peli del mismo título)


"...
Let's pretend we never met
Let's pretend we're on our own
We live different lives
Until our covers blown
..."

("Racing Rats" de Editors. Encontrando el justo equilibrio entre Arcade Fire y Coldplay, firman "An End Has a Start", un disco cojonudo en el que no falta ni sobra un solo tema).

Abecedario personal: G de Groening, Matt

Es difícil decir algo nuevo sobre la obra de Matt Groening. Seguramente, existen millones de argumentaciones (más sesudas algunas, otras distendidas y jocosas) sobre el enorme valor cultural de su aportación a la sociedad actual. No cabe duda: sus creaciones han pasado ya a la posteridad y son auténticos iconos vivientes, símbolos de una generación, de un momento histórico. Y merecidamente, me atrevería a decir.


No tengo ni idea de cuánto es mérito del propio Groening y cuánto del increíble equipo de guionistas que le rodean y que han conseguido, únicamente gracias al ingenio (poderosa herramienta muy menospreciada en el mundo audiovisual en favor del maldito presupuesto), algunos de los mejores gags cómicos del último siglo; pero lo que está claro es que las creaciones rubricadas con su nombre son una prueba viviente de la maravillosa capacidad creativa, artística y humorística del ser humano.

Y están tan asimilados por el inconsciente colectivo de nuestra sociedad, que estoy seguro que, de la siguiente lista, reconoceréis, sino a todos, seguro que a más de la mitad de los mencionados: Homer, Bart, Lisa, Maggie, Marge, Fry, Bender, Zapp Brannigan, Kief, el profesor Fansworth, Leela, Zoidberg, Apu (Nahasapeemapetilon), el señor Burns, Nelson (ha-haa!), Smithers, sita Carapapel, el director Skinner, Willie, Carl y Lenny, Moe, Milhouse, el ayudante de Santa Claus y Bola de nieve, Ranier Voncastle, Rasca y Pica, la familia Flanders (Ned, Maude, Rod y Todd), Gingivitis Murphy, el profesor Frink, el jefe Wiggum, el hipno-sapo, Mordisquitos (o Lord Mordisquitos), Bazuzu, la Mamá (de todos los robots), Krusty el payaso, el actor secundario Bob, Patty y Selma, Stacy Malibu, Cletus, el abuelo Abe, Barnie, Slurm McKenzy…


Y si no los reconocéis… vaya, no sé que decir. Supongo que lo siento por vosotros... (pero sí sabréis, seguro, quién es Paquirrín… así va España, así…)

martes, agosto 21, 2007

Recomendaciones femeninas III: "Cyrano de Bergerac"

“El sombrero, triplume, y, asomando al soslayo
de su capa, un estoque como cola de gallo.
Es más bravo que todos los héroes de Gascuña,
y tiene ese alma noble que sólo allí se acuña.
Embutido en su gola, pasea tan feliz
una nariz, señores… ¡Qué señora nariz!
No hay quien al ver pasar tamaña narizota
no exclame estupefacto: “eso ya es dar la nota”.
Luego, la gente piensa: “seguro que es de pega”.
Pero el de Bergerac jamás se la despega.”


Así describe Edmond Rostand, por boca del personaje Raguenau, a Sabino Hércules de Cyrano de Bergerac, el gran héroe del teatro francés, romántico sublime, que surgió de su pluma a finales del siglo XIX y que desde entonces ha conocido no pocas representaciones y adaptaciones.

La que yo conocía era la fabulosa interpretación de Gérard Depardieu para el film de 1990, y era aquella mi única referencia acerca del personaje, hasta que una de mis amigas lectoras (muy amiga y muy lectora, debo añadir) me recomendó tan efusivamente la obra original de Rostand que no pude sino conseguirla y leerla, para poder juzgar por mí mismo.

(Debo aclarar aquí que mi políglota recomendadora insistió bastante en que me hiciese con la edición en francés, pero mis obvias limitaciones lingüísticas me han obligado a ceñirme a la traducción llevada a cabo por Jaime y Laura Campmany para la editorial Espasa).

Sobre la obra en sí, decir que es simplemente magistral, con una agilidad y verbigracia en los diálogos que obliga a esbozar una sonrisa página sí y página también, y que llega a forzar la carcajada en más de un par de ocasiones.

El personaje principal es un héroe en toda regla, preso de un amor que no conoce límites y de una maldición que es motivo al tiempo de orgullo y vergüenza: su desmedida nariz. Su pasión por Roxana, que vive de forma totalmente altruista, le llevará, con tal de verla feliz, a ayudar al hombre a quien ella ama, Cristián, a conquistar el corazón de la dama, poniendo a disposición del muchacho (que es un tanto limitado en el campo de la oratoria) sus artes poéticas, magnificadas por su silenciado sentimiento romántico.

Los continuos equívocos, potenciados por las rimas ocurrentes, conforman la trama de una obra que, tras terminar de leer el libro, estoy deseando ver representada sobre las tablas, porque debe ser una auténtica delicia y un no parar de reír.

Definitivos


Después de cinco meses de espera por fin se ha publicado en nuestro país el último número de “The Ultimates 2”, que cierra la serie con que Mark Millar y Bryan Hitch han establecido un nuevo estándar en cuanto a espectacularidad se refiere en el universo Marvel.

Hay quien discute sobre su subyacente filosofía neo-con, su maniqueísmo recalcitrante o su “correcta incorrección política”, pero yo personalmente sólo veo un tebeo de super-héroes cojonudo, plagado de diálogos chispeantes y grandes momentos de épica. Y que, además, tampoco se toma a sí mismo tan en serio como para que nadie pueda extraer de su lectura un mensaje político excesivamente profundo.
“The Ultimates” (tanto el precedente volumen 1 como este volumen 2 que ahora concluye) está llamado a ser, pese a quien pese, un clásico moderno del género y un modelo para la nueva generación de tebeos blockbuster (siguiendo, inevitablemente, la estela de la también excelente “The Authority”).

lunes, agosto 13, 2007

Viñetas desde o Atlántico 2007

Otro año más viene a celebrarse, a partir de hoy lunes día 13 y hasta el domingo 19, uno de los festivales de comic más importantes del panorama nacional, y que además me cae al lado de casa. Se trata del “Viñetas desde o Atlántico” que cumple 10 añitos ya, gracias a la excelente labor realizada por sus organizadores: por un lado, los autores Miguelanxo Prado (“Trazo de Tiza”, “Quotidianía Delirante”) y Carlos Portela (“Los Heresiarcas”, “Gorka”) y, por el otro, el Ayuntamiento de La Coruña.

Como viene siendo habitual, este año hay otra lista acojonante de invitados (de todos ellos yo me quedo con Jeff Smith, autor de la deliciosa “Bone”, y Tim Sale, muy de moda por su trabajo en la serie de TV “Heroes”), y un cartel muy coñón a cargo de mi amado Manu Larcenet.

Y como hasta ahora no me he perdido ninguna de las 9 ocasiones precedentes, este año no va a ser menos. De hecho, diría que va a ser más, porque en lugar de estar del lado del visitante y comprador, esta vez me tocará experimentar la faceta del que vende de cara al público. Hace unos días, Kiko da Silva me llamó para ver si me interesaba encargarme del stand de la editorial BDBanda y, como no podía ser de otro modo, le dije alegremente que sí.

Así que si alguno de vosotros se pasa por los jardines Méndez Núñez durante los días que dure el festival, en la caseta con más producto autóctono del evento podrá reconocer a un tipo delgado, con gafas y perilla (amén de una cara de mercader primerizo que hará dar marcha atrás a más de un cliente potencial) que responde al nombre de Jero…

lunes, agosto 06, 2007

...arriba la luna ohea...

Al final sí pudo ser y el sábado pasado estuve en el concierto que Manu Chao dio en el puerto de Vigo, con la inestimable ayuda de Radio Bemba Sound System y la auténtica protagonista del evento, Josefa y su pandereta.

Aunque faltaban varios integrantes de Radio Bemba (se echó especialmente de menos al cantante, que sí había estado cuando los vi en directo en Vilagarcía y que me había dejado impresionado por su físico y su voz), el paradigma del buen rollo musical (esto es, el señor Chao) se metió en el bolsillo a los asistentes dando un recital de su personalísimo reggae-ska-punk, convenientemente vitaminizado y mineralizado para un directo que sobrepasó las tres horas de duración. Tres horas de no parar de cantar y botar, con un clima maravilloso y una excelente compañía que terminaron por redondear el mágico momento.

Y es que Manu Chao (independientemente de lo simplista y demagógico de su discurso político) es garantía de diversión, energía e inmejorable ambiente festivo.


Y pópala popala popalá.

Una de cal y otra de Homer

Resulta decepcionante comprobar que, tras cuatro entregas más que decentes, la saga cinematográfica de Harry Potter comienza a desinflarse justo cuando debería cargar las pilas para anticipar su último acto dramático.
“Harry Potter y la Orden del Fénix” es indefendible en la medida en que todas sus virtudes (estéticas la mayoría) son heredadas de los cuatro films que la precedieron, y sus defectos son demasiado evidentes como para poder ocultarlos detrás de un par de buenos momentos de humor o acción. Dichos defectos se refieren, inevitablemente, al argumento y al ritmo.

Al argumento, porque en esta entrega no ocurre prácticamente nada. Básicamente, se presentan un par de personajes y desaparece alguno de los ya conocidos (aunque, honestamente, me esperaba una lista de bajas más espectacular). Ah, y Harry se hace sus primeras manolas a costa de una chica de su cole. Aparte de eso, poco más. Casi podría decirse que alguien que visionase la saga entera saltándose este capítulo en concreto no tendría ninguna dificultad para seguir tranquilamente la epopeya del abracadabrero adolescente.

Al ritmo, porque lo poco que acontece tiene lugar en sus últimos veinte minutos, y todo lo que ocurre antes parece el prólogo interminable de un clímax que no acaba por compensar tan larga espera.

Una decepción en toda regla, pues “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”, el episodio inmediatamente anterior, me había dejado muy buen sabor de boca.

Por suerte, “Los Simpson: la película” es harina de otro costal.
El reto que se habían autoimpuesto Matt Groening y su equipo a la hora de llevar al cine una de las joyas de la corona de la historia de la televisión era a todas luces titánico.

Con millones de seguidores en todo el mundo, lo más probable era decepcionar a una inmensa mayoría, recibir varapalos de la critica y descubrir de la peor forma posible que la TV y el cine no responden a la misma lógica, y que la celebérrima familia amarilla hubiera hecho mejor quedándose en su catódico hogar.

Ése era mi gran temor al afrontar este primer largometraje protagonizado por Homer y compañía, pero mi sorpresa fue mayúscula al comprobar que no sólo se mantenía intacta la frescura de la serie (de hecho, diría que la peli remite a la época de esplendor del programa, allá por las temporadas 6 a la 10, más que a las desmadradas últimas entregas), sino que se adaptaba al ritmo cinematográfico como flamante preservativo easy on a lustrosa verga en erección. El mérito, presumo, se debe al buen hacer del realizador David Silverman, que ya demostró su talento al dirigir la magistral “Monstruos SA” para Pixar.

A esto hay que sumarle cientos de nuevos gags, algunos descacharrantes (ojo a las aventuras de Homer y su cerdo, la aparición de un par de actores increíblemente famosos y el cameo con homenaje cinéfilo de Green Day); un sentido del drama que ya había hecho acto de presencia en la serie, que aquí se ve magnificado por la experiencia en pantalla grande, y unos títulos de crédito para enmarcar (no olvidéis quedaros hasta el final).

Ah, y un clímax que enlaza directamente con un momento antológico de una de las primeras temporadas, y que viene a demostrar que los Simpson es TAN GRANDE que ya puede homenajearse a sí misma.
Y con todo el derecho del mundo, que bien ganado se lo tiene.

Recomendaciones femeninas II: "Desde mi cielo"


Siguiendo con las lecturas recomendadas por las “mujeres de mi vida”, afronté “Desde mi cielo” de Alice Sebold desde el más absoluto escepticismo. De hecho, ni siquiera me lo recomendaron. Una de mis hembras favoritas me habló una vez de él de pasada y, meses después, cuando ya lo tenía olvidado, leí la noticia de que Peter Jackson planeaba una adaptación al cine protagonizada por Rachel Weisz. Fue entonces cuando el susodicho libro y la susodicha mujer regresaron de entre las brumas de la memoria y me dije: “léelo a ver qué tal”.

“Desde mi cielo” es una narración en primera persona a cargo de Susie Salmon, una adolescente que es brutalmente violada y asesinada por un vecino. No os asustéis, eso ocurre en las primeras 15 páginas, así que no os he destripado la novela. Lo que viene a continuación (el auténtico corpus del libro) es la observación que Susie hace desde su cielo particular de las consecuencias que su desaparición tiene en su entorno familiar, su vecindario, su colegio, sus amigos…

Debo decir que, aunque no sea excesivamente sorprendente, la trama consigue conjugar acertadamente los elementos más íntimos y dramáticos con ligeros toques fantásticos (muy sutiles, al modo de las novelas de Isabel Allende, quien por cierto firma la recomendación que se lee en la portada) y, por encima de todo, supone un excelente catálogo de las posibles respuestas del ser humano a la devastación que supone la pérdida de un ser querido (y más si sucede en unas circunstancias tan horribles): la negación, la obsesión, la evasión, la reafirmación…

Simplificándolo un poco: La habitación del hijo + Ghost = Desde mi cielo

Quizás lo más flojo sea su conclusión, pues uno ya intuye desde un principio que hay ciertos cauces que la escritora no puede evitar seguir y que son comunes al relato de cualquier pérdida. Así, las respuestas al drama son obvias, en tanto que el lector no podría afrontar según qué finales y la escritora sería incapaz de hacerle según qué putadas a sus personajes, por mucho que la vida real resulte mucho más injusta e irracional de lo que ningún literato puede permitirse expresar en su obra.
No obstante, está claro que “Desde mi cielo” tiene su punto fuerte en el viaje sentimental de sus personajes y no en el buen o mal término de éste.