La celebración del 33º Salón Internacional del Comic de Barcelona a mediados de abril ha traído un montón de novedades interesantes a las estanterías de las librerías españolas. Muchos de estos lanzamientos todavía no han caído en mis manos, pero entre los que sí lo han hecho y otras publicaciones aparecidas durante las semanas precedentes he reunido una decena de micro-reseñas que dan buen ejemplo del nivel de mis últimas lecturas:
Los Muertos Vivientes vol. 22: Un nuevo comienzo
Guión: Robert Kirkman. Dibujo: Charlie Adlard.
Planeta Comic. Rústica. 168 págs.
La serie decana de Image Comics (con permiso del "Spawn" de Todd McFarlane) inicia una nueva etapa de la mano de su creador, el guionista super-estrella Robert Kirkman, y del que lleva 10 años siendo su dibujante sin faltar un solo mes a la cita, Charlie Adlard. Tal y como reza el título de este tomo, "Un nuevo comienzo" supone no sólo un punto y aparte respecto a la saga inmediatamente anterior ("Guerra sin cuartel") sino también el primer gran salto temporal que se ha visto hasta ahora en la colección. Dos años han transcurrido desde el fin de la guerra entre los bandos de Rick y Negan: el statu quo de los protagonistas ha cambiado, algunos personajes han desaparecido, otros han continuado evolucionando y sólo la amenazadora presencia de los caminantes y la desconfianza inicial hacia cualquier humano desconocido continúan siendo los pilares fundamentales de la narración.
Poco más puedo adentrarme en esta nueva entrega de la longeva colección que inauguró, más que ninguna otra obra, el reciente (y ya algo cansino) revival zombie de los últimos años sin entrar en spoilers. Lo que sí puedo decir es que, tras un par de tomos que parecían anunciar el lento declive cualitativo de "Los muertos vivientes", "Un nuevo comienzo" ha supuesto un necesario soplo de aire fresco que ha reavivado mi interés por la cabecera. Teniendo en cuenta que hablamos de una serie que en los EE.UU. se aproxima con pulso firme a las 150 entregas, no se me ocurre un cumplido mejor.
Paria vol. 1: Una oscuridad lo rodea
Guión: Robert Kirkman. Dibujos: Paul Azaceta.
Planeta Coimcs. Rústica. 160 págs.
De la creación más longeva de Kirkman pasamos a la más reciente. "Outcast", traducida al castellano por Planeta Comic como "Paria", nos presenta a Kyle Barnes, un hombre de mediana edad que pasa por una profunda depresión tras un trauma familiar vinculado con sucesos paranormales. Porque Kyle ha vivido desde niño rodeado de casos de posesiones demoníacas que lo atormentan por motivos desconocidos. Con la ayuda de un exorcista proletario, el reverendo Anderson, tratará de descubrir qué buscan de él estas presencias malignas que lo persiguen haciendo daño a sus seres queridos. El propio Kirkman define "Paria" como su intento más serio de hacer auténtico género de terror sobrenatural, y lo cierto es que la atmósfera malsana y la sobriedad en los diálogos y la caracterización de personajes le confieren un tono aún más oscuro que el de "Los Muertos Vivientes", que tiene más de slice of life postapocalíptico que de verdadero terror. Que Kirkman consiga su propósito (dar mal yuyu y que nos interesemos por la historia del protagonista desde las primeras páginas) tiene mucho que ver no sólo con su talento para plantar unos cimientos sólidos para un relato que se prevé de largo recorrido, sino también con el atmosférico dibujo de Paul Azaceta y el elegante uso del color de Elizabeth Breitweiser.
El resultado es notable, pero no puedo evitar sentir ciertas dudas ante un lenguaje visual sospechosamente televisivo, como si la narrativa de "Paria" respondiese más a las necesidades de un
storyboard especialmente detallado de cara a la puesta en escena de la ya anunciada serie de televisión que adapte el tebeo a la pantalla. Tanto es así que este primer recopilatorio, con los números 1 al 6 de la edición original estadounidense, le deja a uno la sensación más de episodio piloto que de arco argumental completo. Obviamente, tras su experiencia como productor y guionista de "The Walking Dead" para AMC, Kirkman ha visto que el
dinero de verdad no se lo van a dar los comics sino las consiguientes adaptaciones televisivas, y ahora mismo uno podría pensar que el creador de "Invencible" se plantea cada nuevo trabajo como un vehículo para seguir explotando su carrera en el medio audiovisual. Sólo espero que eso no implique un bajón de calidad en sus guiones para las viñetas, como sí le ha ocurrido a Mark Millar desde que descubrió la gallina de los huevos de oro en la industria del cine.
Velvet vol. 1: Antes del gran final
Guión: Ed Brubaker. Dibujos: Steve Epting.
Panini Comics. Cartoné. 128 págs.
El equipo creativo responsable de los tebeos más relevantes del Capitán América en décadas desembarca en Image con una premisa sugerente: ¿qué pasaría si la principal sospechosa del asesinato a sangre fría de James Bond fuese la secretaria Moneypenny? Sustituyamos al MI-6 por la organización ARC-7, al agente 00-ídem por el nombre en clave X-14 y a la enamoradiza burócrata creada por Ian Fleming por la Velvet Templeton del título (la cual esconde un turbulento pasado como agente de campo), añadamos unas gotas de "Modesty Blaise" y obtendremos la receta del éxito de "Velvet".
A Bru el cambio de aires (de Marvel a Image) le ha sentado de maravilla, y aquí se muestra pletórico en la descripción de personajes y en la construcción de una trama adictiva, tirando de recursos tan clásicos y eficaces como el flashback y la voz en off. Por su parte, Epting entrega las mejores páginas de su carrera: un prodigio de anatomía realista y gran cuidado en los fondos que, al contrario que en el caso de otros dibujantes que abusan de las referencias fotográficas como Alex Maleev o Greg Land, no repercute en absoluto en el ritmo narrativo. De hecho, pocos tebeos he leído últimamente capaces de transmitir el nervio que Epting imprime a las escenas de combate cuerpo a cuerpo, tiroteos y espectaculares persecuciones en las que Velvet se ve inmersa mientras recorre el mundo tratando de limpiar su nombre y desentrañar las claves del asesinato del agente X-14.
Lazarus vol. 1: Familia
Guión: Greg Rucka. Dibujos: Michael Lark.
Norma Editorial. Rústica. 104 págs.
En un futuro no demasiado lejano, la división geográfica del planeta no responde a territorios políticos sino financieros, dirigidos por familias que acumulan toda la riqueza y la tecnología. La minoría útil para estas totalitarias familias, los siervos, tiene un estatus y unos privilegios con los que no cuentan los sobrantes, una inmensa mayoría de la población que vive en la indigencia. Cada familia cuenta con un miembro modificado con alta tecnología genética y cibernética, virtualmente inmortal, llamado Lazarus. Los Lazari, auténticas armas vivientes monitorizadas por telemetría, están diseñados para obedecer ciegamente a su familia. La Lazarus de la familia Carlyle se llama Forever, y está a punto de descubrir que cuando se trata de conspirar para obtener poder y riquezas, la sangre no es más espesa que el agua.
Pese a ser un refrito de ideas ya conocidas, la nueva serie escrita por Greg Rucka y dibujada por Michael Lark (ambos habían coincidido hace años en la excelente “Gotham Central”) consigue dejar atrás la inicial desconfianza que despiertan los lugares comunes en que se asienta presentando una trama adictiva, una interesante galería de personajes y unas escenas de acción fabulosas. Su crítica hacia el actual orden económico mundial le otorga una segunda lectura de corte social que, pese a la ausencia total de sutileza con que está planteada, no deja de ser un valor añadido. Este recopilatorio publicado por Norma reúne los 5 primeros números de la edición estadounidense y, tal y como ocurre con "Paria", deja el regusto de ser una suerte de episodio piloto en viñetas de cara a la ya anunciada adaptación por parte de Legendary Television. Lo cual evidencia una vez más que las productoras, por un lado, tienen muy presentes los recientes lanzamientos de comic a la hora de encontrar nuevas ideas que llevar a la pantalla y que los creadores, por el otro, tienen perfectamente claro que los tebeos son un paso intermedio de cara a un éxito mayor en la caja (ya no tan) tonta.
Muerdeuñas vol .1: Habrá sangre
Guión: Joshua Williamson. Dibujos: Mike Henderson.
Norma Editorial. Rústica. 132 págs.
La idea en torno a la cual se articula "Muerdeuñas" es por sí sola un gancho de lo más llamativo. Buckaroo es una pequeña ciudad del estado de Oregón tristemente célebre por ser el lugar de nacimiento de 16 de los más retorcidos asesinos en serie del último siglo: desde el infame Quemalibros hasta la más reciente celebridad local, el Muerdeuñas del título, pasando por psicópatas tan extravagantes como el Asesino del Cine, que mataba a quienes hablaban durante la proyección de una película, o La Rubia, que elegía a sus víctimas entre los machistas que la piropeaban por la calle. Cuando el policía Eliot Carroll desaparece mientras investiga los indicios que podrían explicar esta proliferación de maníacos en Buckaroo, su amigo Nicholas Finch, otro agente de la ley (en horas muy bajas), viajará con el fin de encontrarlo hasta el terrorífico enclave, convertido con el paso de los años en poco menos que un parque temático para periodistas oportunistas y turistas morbosos.
El ascendente escritor Joshua Williamson, creador de la series "Ghosted" y "Birthright" también para Image, plantea una historia muy entretenida, fresca a pesar de su escasa originalidad (de psycho-killers están el cine, las series de tv y los comics repletos), que tiene la virtud de no tomarse demasiado en serio a sí misma y de recurrir en igual medida al humor negro que al gore y el horror. El dibujante Mike Henderson mantiene el nivel gráfico en una aceptable mediocridad, sin comerse demasiado el coco con la puesta en página y las soluciones narrativas, y aunque "Muerdeuñas" no destaca especialmente ni por un guión vanguardista ni por un apartado visual sorprendente, el conjunto resulta tan desenfadado y adictivo que uno no puede evitar cerrar este primer tomo y empezar a contar los días para la salida del siguiente.
Wonder Woman vol. 9
Guión: Brian Azzarello. Dibujos: Cliff Chiang, Goran Sudzuka.
ECC Ediciones. Rúsica. 112 págs.
Aprovechando la aparición en marzo del tomo con el que ECC concluye la publicación de la Wonder Woman guionizada por Brian Azzarello, resulta apropiado releer en bloque estos nueve volúmenes para valorar en conjunto el relanzamiento de la amazona en el Nuevo Universo DC. El creador de "100 Balas", una elección a priori controvertida para ocuparse de un personaje tan positivo y luminoso, reformula la plana mayor de la mitología griega como una familia disfuncional en la que cada miembro (cada dios) conspira con el fin de sentarse en el trono de Zeus, desaparecido en misteriosas circunstancias. La presencia de una mortal embarazada por el propio padre de los dioses y amenazada por el resto del panteón olímpico involucrará a Diana en este berenjenal de alianzas, traiciones, rencillas y secretos por desvelar. Por suerte, el planteamiento editorial resulta conveniente para el desarrollo de la trama: 37 comic-books escritos por una misma persona y dibujados por artistas de estilos semejantes (Cliff Chiang es algo así como el "dibujante titular", pero Akins y Sudzuka lo sustituyen habitualmente sin que el nivel gráfico se resienta significativamente), narrando una única historia de principio a fin sin involucrarse en eventos ni crossovers ni gaitas sacacuartos. Tal y como está el patio super-heroico, ya sólo por eso merece destacarse esta "Wonder Woman" como una rara avis dentro de las majors Marvel y DC.
Con todo, tal vez sea ese mismo patio super-heroico, de una vulgaridad pasmosa y un continuo reciclado de (malas) ideas, lo que haya convertido a esta encarnación de Diana en un título de culto entre el
fandom. Es algo parecido a lo que ha sucedido con el "Ojo de Halcón" de Fraction y Aja o el "Daredevil" de Waid y Samnee. La competencia es casi nula, y cuando una serie ofrece algo tan claramente superior a la media el lector de afiliación
pijamera se deshace en elogios y se apresura a hablar de
obras maestras y
clásicos inmediatos. Me temo que, al igual que los títulos antes citados, esta "Wonder Woman"
sólo es un buen tebeo de super-héroes, bien escrito (pese al cripticismo habitual de Azzarello en los diálogos) y mejor dibujado; a años luz, sin embargo, de las vacas sagradas del género (no hay más que poner en el otro plato de la balanza a los mejores Moore, Miller o Morrison y ver hacia dónde se inclina ésta). Lo cual no es impedimento para que uno pueda disfrutarla sanamente como lo que es, sin buscarle tres pies (narrativos) al gato y sin esperar que su lectura vaya a cambiarle la vida a nadie. Para quien haya llegado tarde a esta primera edición, que sepa que la misma editorial ha presentado entre sus novedades del Saló una nueva recopilación, esta vez en cartoné, recogiendo los seis primeros comic-books estadounidenses bajo el subtítulo "Sangre".
Green Arrow: Roto
Guión: Jeff Lemire. Dibujos: Andrea Sorrentino.
ECC Ediciones. Rústica. 72 págs.
ECC concluye con este tomo otra etapa destacada en las aventuras de un héroe de DC Comics, en este caso el arquero esmeralda que en los últimos años ha visto crecer su popularidad gracias a una oportuna adaptación televisiva. Con los Nuevos 52, la editorial vio la ocasión propicia para rejuvenecer a Oliver Queen, acercándolo a su homónimo catódico (primero al visto en "Smallville", después al de "Arrow") con la esperanza de darle un empujón a las ventas, pero cometió el error de confiar demasiado en el marketing y muy poco en la necesidad de un equipo creativo solvente. Tras unas desastrosas primeras entregas debidas a J. T. Krull, Dan Jurgens y una Ann Nocenti en horas muy bajas, DC se puso las pilas y situó al frente de la cabecera a Jeff Lemire, un guionista con una carrera muy interesante (con títulos como "Animal Man", "Trillium" o la deliciosa "Sweet Tooth", inexplicablemente inédita por estos lares), y a Andrea Sorrentino, auténtica estrella creativa de la serie gracias a una notable habilidad para plasmar las escenas de accion y a un sentido del claroscuro que recuerda mucho al de Jae Lee.
Lejos de sus trabajos más introspectivos, Lemire roba de aquí y de allá (y más que de ningún otro sitio, del estupendo "El inmortal Puño de Hierro" de Brubaker, Fraction y Aja) para construir alrededor del personaje una nueva mitología que incluye clanes ninja consagrados al uso de armas místicas, unos cuantos secundarios nuevos y la reinterpretación de antiguos villanos adaptándolos a los tiempos modernos. No es particularmente original, y desde luego este último recopilatorio no ofrece los niveles de diversión de la precedente "Guerra de los Outsiders", pero no deja de ser un correcto cierre para una de las mejores etapas del personaje que un servidor haya podido leer (en su día me gustó bastante la de Kevin Smith, Brad Meltzer y Phil Hester), integrándose entre esos buenos tebeos de super-héroes actuales que mencionaba a propósito de la "Wonder Woman" de Azzarello. Tanto es así que, recién iniciado su nuevo contrato con Marvel, el primer encargo de Lemire ha sido el de sustituir al saliente Matt Fraction como escritor de "Ojo de Halcón": de arquero en arquero y tira porque le toca. Un buen motivo para seguir coleccionando la serie protagonizada por Clint Barton.
Grayson vol. 1
Guión: Tim Seeley y Tom King. Dibujo: Mikel Janín.
ECC. Rústica. 96 págs.
Y de unas series de DC que terminan a otra que comienza: "Grayson" arranca tras el desenmascaramiento público y la aparente muerte de Dick Grayson (a.k.a. Nightwing) durante el crossover/evento/whatever "Maldad Eterna" (que no he leído, ni ganas). Aprovechando el nuevo status de su pupilo, Batman decide infiltrar a Dick como agente doble en la organización secreta Spyral, que se dedica a recuperar los órganos artificiales super-poderosos de un tal Paragon (ni idea de quién es) y a acumular información sobre las identidades de los principales héroes de la Tierra con fines poco claros. Todo ello en un tono de espionaje pulp y ciencia-ficción super-heroica cuyo referente más claro, salvando abismales distancias de calidad, es el "Sleeper" de Brubaker y Phillips que, casualmente, ECC recupera para el lector español en su listado de novedades de mayo.
Pese a mi obvio desconocimiento de la actual continuidad DCeíta (las series que sigo están, en la medida de lo posible, desvinculadas de los mega-eventos que lo cambian todo para no cambiar nada un año sí y otro también), los cuatro primeros números de "Grayson" reunidos en este tomo resultan una lectura amena y entretenida, con muchas posibilidades para ir a más en un futuro próximo, y con un dibujo muy apropiado de la mano del español Mikel Janín, quien resulta ser además un narrador bastante imaginativo. Está claro que la lectura de "Grayson" no le cambiará la vida a nadie, pero es un tebeo de super-héroes más que correcto en unos tiempos en los que el género, salvo contadas excepciones, no parece levantar cabeza.
The Private Eye: números 1 a 10
Guión: Brian K. Vaughan. Dibujos: Marcos Martín.
Panel Syndicate. Formato digital, disponible en castellano e inglés. Número variable de págs. (en torno a 30 por archivo).
En 2013, el dibujante español Marcos Martín, conocido principalmente por sus trabajos para DC ("Batgirl: Año uno") y Marvel ("Amazing Spider-Man", "Daredevil"), y el guionista Brian K. Vaughan ("Y, el último hombre", "Ex Machina") fundaron
Panel Syndicate, una iniciativa editorial para la publicación online de comics en formato digital, pudiendo pagar el lector la cantidad que estimase oportuna a cambio de cada descarga. Algo parecido, en realidad, a lo que la banda británica Radiohead propuso en su día con el lanzamiento del álbum "In rainbows". El primer título nacido bajo el paraguas de Panel Syndicate es "The Private Eye", una serie limitada de 10 episodios firmada por ambos emprendedores. Como proyecto, "The Private Eye" me parece una forma muy inteligente de adaptarse a la realidad de las descargas en internet y al auge del comic en formato digital.
Marcos Martín explicaba así el argumento de la serie en
esta entrevista para ZonaNegativa:
"The Private Eye transcurre en un futuro cercano y en un mundo donde Internet ha desaparecido tras una catástrofe que desveló la información personal de millones de usuarios. En esta situación de máxima exposición, la privacidad personal se convierte en el valor más preciado de una sociedad que lo lleva al extremo de crear identidades secretas para su vida y relaciones diarias. Nuestro protagonista es un paparazzi, el equivalente a un investigador privado, que se verá envuelto en un misterio con ramificaciones mayores de las que en un principio podía parecer". Supongo que a nadie se le escapará la ironía de que "The Private Eye" sea un comic digital que sólo se puede adquirir vía web. La idea es sumamente atractiva, y Vaughan, del que cada día soy más devoto (
la culpa de todo la tiene "Saga") plantea la trama como un relato de serie negra, puro detectivesco, plagado de ideas inteligentes y personajes pintorescos. El hecho de que la puesta en página (¿o habría que decir "puesta en pantalla"?) esté pensada específicamente para la lectura en un ordenador o una tablet confiere un sentido del ritmo propio al tebeo, y permite a Martín, narrador superdotado (suyas son las mejores planchas de "Amazing Spider-man" y "Daredevil" de la última década), proponer soluciones visuales que posiblemente no funcionarían en una edición impresa. Su trazo pulcro y ágil, unido a los espléndidos colores planos de Muntsa Vicente, ofrece una experiencia plástica arrebatadora que convierte a este "The Private Eye" en una de las lecturas más satisfactorias de esta remesa primaveral.
¡Universo!: números 1 y 2
Guión y dibujos: Albert Monteys.
Panel Syndicate. Formato digital, disponible en castellano, inglés y catalán. Número variable de págs. (en torno a 40 por archivo).
El segundo título publicado por
Panel Syndicate resultó, para un servidor, una sorpresa tanto o más inesperada que el primero. Albert Monteys, humorista de un talento galáctico que me enamoró el alma con sus series para la revista "El Jueves" "Tato" y "Para ti que eres joven" (ésta a cuatro manos con otro monstruo de la carcajada en viñetas, Manel Fontdevila), regresa a la ciencia-ficción con una cabecera bimestral y antológica (cada número propone una historia autoconclusiva) ambientada en un mundo futuro que tiene mucho que ver con las añoradas "Calavera Lunar" y "Carlitos Fax" (y también, por sensibilidades afines, con "Futurama" de Matt Groening).
Alejado del formato de tiras cómicas, con un sentido del humor más negro y sutil y una mayor profundidad dramática, "¡Universo!" me parece, con apenas dos números publicados, un paso arriesgado y triunfal en la carrera de Monteys. Todo en ella apunta a hito, a obra mayor. El segundo número, una fábula robótica à la Asimov sobre las relaciones de pareja hechas a medida, esconde una tristeza soterrada que invita a la reflexión. El primero es incluso mejor: una crítica bestial a la expansión infinita de las grandes multinacionales, disfrazada de relato canónico de ciencia-ficción cósmica (ya sabéis: viajes en el tiempo, cavernícolas, I.A.s a lo Hal 9000, etc). Y luego está el dibujo: un irresistible trazo cartoon con diseños enloquecedores y una expresividad bestial; una explosión pop de colores planos que arrebata la mirada; una narrativa limpia, atrevida, de una fluidez pasmosa. Lo del precio al gusto del consumidor me parece, una vez más, la repanocha. Ojalá las cosas le vayan bien a Monteys con este nuevo proyecto y tengamos "¡Universo!" para rato.