the 90's were mean (...)"
"Cynical bastards", Arkells
Si hubiera justicia en el mundo los israelíes dejarían de masacrar al pueblo palestino, mi cuñada encontraría rápidamente un trabajo y, en otro orden de cosas totalmente distinto, "Come to light" de Arkells sería la canción de este verano. De todos los veranos. El tema de presentación del tercer largo de los canadienses es el single perfecto: capaz con una sola escucha de convertir con semanas de antelación a "High Noon" en uno de mis discos más esperados de la temporada estival. Eso, viniendo de un tipo que jamás había oído hablar del quinteto de Ontario, tiene que significar algo (bien sobre la contundencia de la canción de marras, bien sobre mi escaso criterio musical).
Esas buenas vibraciones creadas por el adelanto aparecido a mediados de mayo se han concretado en un álbum que arranca de forma inmejorable con "Fake money", himno punk-folk de taberna reconducido, milagros de la producción, hacia el terreno del pop para modernos. "Dirty blonde" parece rescatada de un/a viejo/a cassette (¿es cassette/casete/caset un término masculino o femenino?) en el que podría hacer compañía a Culture Club y al David Bowie de "Modern love". Llámalo guilty pleasure si quieres, pero a mí me pone de buen humor. Exactamente igual que "What are you holding on to?", que no habría desentonado en un disco de Hall & Oates. "Leather jacket" suena a single (también) por los cuatro costados, con un estribillo pensado para barrer en las radios generalistas: piensa en Brandon Flowers cantando "Call me maybe" y, si consigues superar la vergüenza inicial, no andarás muy desencaminado. Antes de "Systematic", otro chicle musical pegado al velo del paladar (con unos violines de palo que harían llorar de alegría al difunto Bobby Farrell), "Crawling through the window" nos trae esa épica pseudo-rockera tan querida por los Killers de "Battle Born".
Porque, obviamente, "High Noon" es una absoluta horterada. Pero si uno no tiene reparos en admitir que a veces pone el dial en M80 mientras conduce en soledad y canta a grito pelado aquellos hits pegadizos de hace tres décadas, posiblemente encuentre aquí un disco ligero, alegre y veraniego, de esos que cuando menos te lo esperas te pintan una sonrisa tonta en la cara.
* El título de la entrada está robado de la página de facebook de estos pinchadiscos de postín. Venía muy a cuento. Si no lo menciono hubiera sido plagio, pero con esta nota al pie de entrada lo he convertido en homenaje: viva el gorroneo conceptual.
2 comentarios:
Me gustan, mucho, creo que merecen ser algo más que la canción del verano. Y el vídeo retro o 'vintage' como dicen ahora, está bien
Me alegro de que te gusten, Lansky. Y gracias por el comentario ;)
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