miércoles, marzo 02, 2016

La generación del desengaño

“El mundo a tus pies”, segunda novela gráfica de Pep Domingo AKA Nadar tras su sorprendente debut en 2013 con “Papel estrujado”, bien podría ser mi tebeo favorito de 2015. No puedo afirmarlo con rotundidad porque aún me quedan cosas muy interesantes por leer de las publicadas en España durante el pasado año, pero es verdad que muy pocos títulos (ahora mismo sólo se me ocurren “El Escultor” de Scott McCloud y “La Casa” de Paco Roca) han conectado emocionalmente conmigo en los últimos meses del modo en que lo ha hecho la obra del joven dibujante y guionista catalán.


Entender esta conexión requiere un poco de background personal, pero prometo no aburriros con mi vida privada más allá de este párrafo: el pasado 6 de enero me subí con mi pareja a un avión rumbo a Londres y desde entonces ambos hemos estado enfrascados en una lucha diaria por encontrar trabajo, piso y una cierta prosperidad que, debido a las circunstancias político-económicas que imperan en España, se nos había estado negando durante demasiado tiempo. Tampoco quiero ponerme trágico: hasta hace poco los dos teníamos trabajo en Madrid y vivíamos relativamente bien. “Relativamente” significa que aunque no teníamos ni coche ni vivienda propios, podíamos pagar el alquiler de un piso en el centro de la capital (con sus correspondientes facturas), ir al cine cada 2 ó 3 semanas, comprar tebeos con regularidad, pedir sushi a domicilio en ocasiones especiales y, después de ahorrar durante un año y medio, permitirnos el lujo de irnos 15 días de vacaciones al extranjero. La nuestra no es la cara más triste de la crisis, desde luego, y hasta que un servidor no se vio en la calle a mediados de septiembre y mi novia tuvo la certeza de que, tras 5 años dedicados a la compañía en la que trabajaba, NUNCA iban a promocionarla u ofrecerle siquiera un contrato indefinido (porque la fórmula del fijo discontinuo es un chollo para los empresarios de la hostelería), no nos planteamos seriamente la posibilidad de buscarnos el garbanzo en pastos más verdes (y lluviosos), mejorar nuestras aptitudes lingüísticas y, con un poco de suerte, llegar un poco más lejos profesionalmente de lo que los miserables estándares laborales españoles permiten actualmente a la gente de nuestra generación.

Precisamente es la gente de nuestra generación (la de mi novia, la mía y la de Nadar, nacidos los tres entre 1983 y 1985) la que protagoniza “El mundo a tus pies”, título que ironiza con la precaria situación profesional y, de rebote, personal de todos aquellos que fuimos educados bajo consignas tan prometedoras como “tienes que sacarte un título universitario para encontrar un buen trabajo”, “si te esfuerzas todo llegará” o, ya en los últimos tiempos, “lo importante es tener un máster”. “El mundo a tus pies” presenta tres historias independientes protagonizadas por Carlos, un ingeniero que trabaja de dependiente en Bershka una tienda de ropa y que debe plantearse el abandonar a su pareja y a su mejor amiga para irse a trabajar de lo suyo a Estonia; David, en el paro y con nulas expectativas laborales a corto o medio plazo, cuidando cada día de su abuelo incapacitado mientras su madre los mantiene a ambos con su sueldo de limpiadora; y Sara, licenciada en Historia que subsiste como teleoperadora, al borde de la depresión, mientras su paciencia se agota progresivamente ante un entorno que la obliga a “sentirse afortunada porque podría estar mucho peor”. Cualquiera de estas historias os sonará, aunque sea con otros nombres, porque seguramente conozcáis a un montón de gente de entre 25 y 35 años con una o dos carreras, algún máster y dominio de al menos un par de idiomas, que están actualmente en el paro, trabajando por una miseria en un puesto para el que están claramente sobrecualificados o, si han tomado la misma decisión que mi pareja y yo, buscando fortuna en el extranjero.


Tal vez nuestra generación no haya vivido guerras mundiales o civiles, bajo el yugo de una dictadura política o durante un proceso de transición hacia la democracia, pero conocemos de primera mano otras formas de precariedad y otros tipos de dictadura, impuestos por generaciones anteriores que nos miran por encima del hombro, ridiculizando nuestra escasa capacidad de sufrimiento y superación personales, como si haber corrido delante de los grises invalidase los argumentos de aquellos que recibieron palos en la Plaza de Colón por manifestarse en las Marchas de la Dignidad. Puede que nuestra generación no tenga a un Carlos Giménez dibujando “Paracuellos” o “Barrio”, pero tiene a Nadar firmando “El mundo a tus pies”, que puesto en su contexto me parece exactamente igual de reivindicativo y relevante.

Por supuesto, esa relevancia que atribuyo al comic no proviene sólo de su temática e intenciones: “El mundo a tus pies” me parece una obra de una madurez artística sorprendente, capaz de describir a todos los niveles a un puñado de personajes entrañables, nada encorsetados o maniqueos (porque tal vez sean víctimas de la crisis, pero también lo son de sus propias decisiones vitales), y de sacar adelante las tres historias sin caer jamás en en el melodrama o el panfleto político. El retrato que Nadar hace de esta juventud española y de la sociedad en la que sobrevive es terriblemente veraz, hasta el punto de que la lectura de “El mundo a tus pies” me ha hecho sentir orgulloso de mi generación por momentos, pero también culpable al reconocerme fugazmente entre algunos de los personajes que han acabado cayéndome menos bien: ese amigo de David, auténtico hijo de papá, que distorsiona frívolamente la ideología del 15-M ante una máscara de “V de Vendetta”; esa pareja aburguesada de amigos de Sara que presume de sus baratísimas vacaciones en Vietnam. Todos son gente muy real; a veces demasiado real como para no sentir un poco de vergüenza en mis propias carnes.


Y luego está la parte formal, brillantísima, donde se evidencia el gran salto cualitativo de Nadar como dibujante y narrador. Y eso que “Papel estrujado” ya era en ese sentido un trabajo mayúsculo. En “El mundo a tus pies” el trazo se limpia y las formas se cierran, ganando el conjunto en expresividad y claridad expositiva. La adición de colores planos, usados con fines narrativos, aporta matices imprevistos en cada una de las historias (me ha gustado especialmente la puesta de sol en la tercera) y la cantidad de recursos visuales que Nadar despliega en estas más de 200 páginas magníficamente editadas por Astiberri lo confirman como uno de los autores españoles más talentosos de su/mi/nuestra generación: ésa que salió a comerse el mundo armada con títulos académicos y con las promesas de seguridad y esperanza con que nos habían regalado los oídos desde críos, sin saber que nuestro futuro llevaba años hipotecado.

Espero que al menos Nadar sí pueda comerse el mundillo del tebeo, porque con obras como “El mundo a tus pies” sin duda lo merece. ¿Premio Nacional de Comic 2016 a la vista?

3 comentarios:

David dijo...

A mí también me ha gustado mucho.
Un saludito.

Iñaki dijo...

Hola Jero, me alegra volver a leer post comiqueros tuyos (el de los Oscars -y memes- me gustó mucho ;-).

Lo primero es afirmar que a mí también me ha gustado el nuevo trabajo de Nadar, quizás esperaba más aun dado que PAPEL ESTRUJADO fue una de las sorpresas de su año, pero aun así se ve una línea profesional a seguir.

Lo segundo es desearte a ti y a tu pareja una próspera nueva vida en Londres, donde mis hermanas residen desde hace unos años empujadas por las mismas circunstancias que citas. Y aprovechando el hilo me pregunto si harás reseña de títulos comiqueros aun no publicados por aquí. Personalmente siempre me traigo cuatro o cinco tomos IMAGE bajo el brazo (o se los encargo a mi hermana más cosmopolita en Orbital o Forbidden Planet) en cada viaje que cada 3 o 4 meses hacemos para vernos. Me declaro fan de esos post previa creación incluso!

Saludos en paralelo.

Jero Piñeiro dijo...

David: pues eso ;)

Iñaki: gracias por el comentario y, sobre todo, por volver al Abismo después de tanto tiempo. Me alegra un montón comprobar que aún queden antiguos lectores del blog interesados en lo que se publique por aquí, con lo mal que os he tratado en los últimos meses... Muchas gracias por los ánimos y buenos deseos. Aunque España e Inglaterra ya no estén "tan lejos" como tal vez los veíamos hace unos años, el cambio ha sido importante y llevamos muy poco tiempo aquí como para saber cómo va a ser realmente nuestro día a día londinense. Por ahora los objetivos iniciales están cumplidos (trabajo para los dos y piso sólo para nosotros) así que lo más interesante (y lo menos estresante) empezará precisamente ahora.

A mí "Papel estrujado" me gustó bastante, pero sobre todo me sorprendió por su ambición y solidez dada su condición de opera prima. En "El mundo a tus pies" veo un salto cualitativo enorme, un paso al frente gigantesco tanto en el Nadar guionista como, sobre todo, en el narrador y dibujante. Me esperaba un buen tebeo pero no tanto, así que una vez más la sorpresa ha sido muy positiva. Para su siguiente comic sí tendré las expectativas por las nubes... como me pasa ahora con "Almóndigas del espacio" de Craig Thompson, el próximo en mi Torre de Lecturas Pendientes (léase con voz de ultratumba).

No puedo prometer nada, pero precisamemte una de las entradas que me gustaría escribir en breve es una nueva entrega de "10 comics inéditos..." Lo que está sacando Image últimamente es de traca: casi cada mes aparece un nuevo número 1 de un proyecto que me ilusiona, mientras las series ya en curso continúan a un nivel estratosférico para los estándares del comic-book USA. A ver si el ritmo de la capital inglesa (que ya sabrás que es aún más exigente que el de Madrid) me permite publicar con algo más de regularidad. Por ahora no puedo permitirme acumular más comics en formato físico en nuestro nuevo piso: la mudanza ha sido un follón considerable en parte por eso (tuve que "desviar" a casa de mis padres en Galicia cuatro enormes cajas con unos 25 kgs de comics cada una), así que estoy sacándole todo el partido que puedo al formato digital. No es lo mismo que los tebeos impresos, por supuesto, pero también sé que lo que realmente me guste acabaré comprándomelo más tarde o más temprano en formato físico cuando salga en España. Y que las series que llevo un tiempo siguiendo en castellano, que no son pocas, van a seguir siendo compra obligatoria. La vida del coleccionista de comics es dura, jejeje.