He ido muy poco al cine en 2016. Cuando vivía en España solía ver unas 40 ó 50 películas en pantalla grande cada año. Desde que me mudé a Londres no he visto ni una docena en salas, y confieso que muchas han sido blockbusters palomiteros... algunos bastante malos, por desgracia. El resto han tenido que esperar a la barata comodidad del sofá + tele + mantita.
Como siempre, me he quedado con ganas de ver unos cuantos títulos que tal vez habrían merecido un lugar en este ranking ("Elle", "Paterson", "Captain Fantastic", "Everybody wants some", "Anomalisa", "El ciudadano ilustre", "El hijo de Saúl", "I, Daniel Blake", "Tarde para la ira", "El hombre de las mil caras", "Julieta", "El abrazo de la serpiente", "Green Room"...) pero para despacharlos todos a tiempo para esta entrada necesitaría una Tardis o un Delorean.
De lo que sí he visto durante 2016, éstas han sido las 10 películas que más me han gustado:
10 - Nocturnal Animals
Confieso que he sufrido como un perro con el arranque de "Nocturnal Animals". Ése era el objetivo del director y guionista (además de diseñador de moda) Tom Ford y de su personaje Edward: un novelista que envía a su ex-mujer una turbadora novela sobre la destrucción de una familia. Realidad y ficción se mezclan en un agobiante film que recuerda por momentos a gigantes del celuloide como Hitchcock y Polanski, que se engrandece con las interpretaciones de Amy Adams, Jake Gyllenhaal (por duplicado) y Michael Shannon (nominado al Oscar por esta película) y que luce un acabado formal tan elegante y cuidado como los diseños de alta costura de su realizador. Su final abierto y enigmático me tuvo dándole vueltas al coco durante días, señal inequívoca de que "Nocturnal Animals" ha sido una de las películas que más me han calado en los últimos 12 meses.
9 - Doctor Strange
En un año saturado de adaptaciones del tebeo a la gran pantalla (y también a la pequeña), "Doctor Strange" sobresale como el blockbuster más divertido y espectacular de la temporada. No sólo Benedict Camembertbitch hereda de Tony Stark/Robert Downey Jr. el manto de "personaje del MCU más carismático" sino que la fantasía psicodélico-geométrica dirigida por Scott Derrickson explora nuevas e interesantes vertientes de ese universo fílmico interconectado que lleva casi una década alegrándonos la vida a los aficionados a las viñetas mainstream: magia, tiempo y multiverso. Puedo entender a quienes acusan a "Doctor Strange" de ser una historia de orígenes demasiado formulaica (porque en el fondo lo es), pero su arrolladora potencia visual, su bienvenido sentido del humor y el excelente trabajo del reparto la convierten, para mí, en la mejor película de super-héroes desde "Captain America: Winter Soldier".
8 - The Hateful Eight
Mi único problema con "The Hateful Eight" (y no es un problema menor) es que me parece demasiado larga; en mi opinión le sobran perfectamente 20 minutos de película. Tarantino se ha gustado tanto a sí mismo, se ha masturbado tanto con sus interminables diálogos marca de la casa, que no ha sabido poner freno a su ego y se le ha ido el metraje hasta las casi 3 horas. Eso por un lado. Por el otro, "The Hateful Eight" me parece una maravillosa locura repleta de momentos memorables, diálogos (por supuesto) chispeantes y escenas para la posteridad (la de "Noche de Paz" al piano va directa al Top 10 del director de Knoxville). Tiene además una banda sonora maravillosa (alejada, para mi sorpresa, de los previsibles ecos del spaghetti western), una fotografía que desencaja la mandíbula y un reparto sobrado de talento, presencia en pantalla y abrumadora dicción (¡ni se os ocurra verla doblada!). "The Hateful Eight" es una película que sólo podía haber hecho Quentin Tarantino, con todos sus vicios y sus benditas virtudes.
7 - Arrival
Denis Villeneuve es uno de mis directores actuales favoritos, capaz de saltar con soltura entre géneros y trabajar con grandes estrellas de Hollywood sin perder un cierto sello autoral. "Incendies", "Prisoners" o la fabulosa "Sicario" (¿mi película favorita de 2016?) eran tensos thrillers, brillantemente interpretados, que jamás apartaban el foco de los sentimientos de sus protagonistas. Lo mismo puede decirse de "Arrival", ciencia-ficción casi intimista con acabados de super-producción y protagonizada por una Amy Adams que se ha quedado fuera de la carrera por los Oscar por la mínima, convirtiéndose con sus 5 infructuosas nominaciones en la nueva Leonardo DiCaprio. Inmersos en una dinámica cinematográfica en la que cada visita a la Tierra de la raza alienígena de turno se salda inevitablemente con una orgía de destrucción masiva, Villeneuve conduce en sentido contrario a los Michael Bay y Roland Emmerich de este mundo y prefiere hablarnos del poder del lenguaje, de los mecanismos de la memoria y de una pequeña y trágica historia de amor entre una madre y su hija. Y así, como quien no quiere la cosa, me convence de que si alguien tenía que filmar la secuela de mi película de ciencia-ficción favorita de todos los tiempos y no cagarla, sólo podía ser él. No me falles, Villeneuve. Yo creo en ti.
6 - The Revenant
"The Revenant" es una peli experiencia, de esas en las que lo sensorial se impone de forma apabullante a lo emocional. Bajo esa premisa no se me ocurre nada que reprocharle. Técnicamente es una absoluta maravilla, y algunos de sus largos planos rodados con steadycam merecen que uno se ponga en pie y aplauda en medio del cine, aún a riesgo de que el tipo de al lado se cabree contigo. No recuerdo unos primeros 30 minutos más bestiales desde el estreno de "Un profeta" (y antes de eso posiblemente tendría que remontarme al desembarco en Normandía de "Salvar al soldado Ryan"). Todo esto no quita para que también sea una peli gélida (intencionadamente) con la que a veces cuesta conectar, más allá de la fascinación que puedan despertar sus poderosos estímulos audiovisuales y un Leonardo DiCaprio que ya puede celebrar, merecidamente, su primer Oscar. Tom Hardy también está enorme, ya que estamos. Y el oso, no nos olvidemos del puto oso.
5 - Kubo and the Two Strings
Para un tipo como yo, que disfrutó como un enano con la adaptación stop-motion de "Coraline" y que lleva más de una década admirando el buen hacer de Stan Sakai en "Usagi Yojimbo", la propuesta de Laika para este 2016 era un must desde aquel espectacular primer trailer acompañado por una versión épica de "While my guitar gently weeps". La animación artesanal del estudio estadounidense y la tradición fantástica oriental se hermanan en "Kubo and the Two Strings" produciendo una película hermosísima que se sale completamente de los estándares narrativos a los que el cine animado nos tiene acostumbrados en Occidente. El viaje interior de Kubo nos lleva en última instancia a un terreno emocional frecuentemente inexplorado por las producciones de Disney o Dreamworks: aquí no hay un final feliz sino un final sabio. Uno que muchos adultos, sorprendidos por el lirismo y la profundidad del film, posiblemente no hayan sabido explicar a sus hijos a la salida del cine.
4 - Hell or High Water
"Hell or high water" encuentra el punto exacto del mapa cinematográfico en que la serie negra, el western, la road movie y la denuncia social convergen en la excelencia. Algo así como una prima-hermana de "No country for old men" y "Killing them softly" pensada para los fans de los comics de autor de Jason Aaron ("Scalped", "Southern Bastards"). Mencionaba más arriba a "Sicario" como una de mis películas favoritas de 2016, y por ello no me extrañó descubrir en IMDb, una vez vista esta "Hell or high water", que ambas compartían guionista: un viejo conocido de los "Sons of Anarchy" llamado Taylor Sheridan. La espléndida banda sonora de Nick Cave y Warren Ellis y las sorprendentes interpretaciones de Chris Pine y Ben Foster (porque lo de Jeff Bridges ya no debería sorprender a nadie) redondean este atraco perfecto.
3 - Spotlight
"Spotlight" es una de esas películas que te gustan más al día siguiente de haberla visto que en el momento preciso en que la estás viendo. Por la misma razón por la que uno tarda toda una temporada en darse cuenta de que "The Wire" es una obra maestra y sigue pensando que es la mejor serie de todos los tiempos 5 años después de haberla terminado. Resulta difícil destacar en ella una sola interpretación, una escena concreta, una línea de diálogo especialmente memorable: no es una película que se luzca en ese sentido. Pero cuando uno la piensa reposadamente se da cuenta de que todos los actores están magníficos, que no hay una escena que sobre (o falte) y que la precisión de su libreto sólo puede provenir de un talento inmenso. Tiene ese espíritu periodístico que a unos cuantos (fans de "The Newsroom" y de todo lo que hace David Simon para la pequeña pantalla) nos pone muchísimo, y lo enfoca hacia un tema que siempre me hace cosquillas: sacar a relucir los trapos sucios de la Iglesia (sí, soy un maldito ateo anticlerical). Y es por todo ello que me ha encantado "Spotlight".
2 - Room
Conviene no saber demasiado de "Room" antes de sentarse a verla. Pero si uno comete el error de leer su sinopsis, es posible que se haga una idea incorrecta de lo que se va a encontrar en ella: un melodrama chungo de sobremesa (de esos que Antena 3 programa para las tardes del sábado) o, aún peor, una ración de torture porn malrollista. Si esto mismo lo rueda Haneke os juro que me quedo en casa, a oscuras y hecho un ovillo durante el próximo lustro. Por suerte "Room" no es nada de eso. Lo que sí es es una historia terrible y preciosa sobre el amor de madre (el tatuaje no, el otro) en circunstancias extremas; sobre lo que un progenitor puede hacer, aguantar y arriesgar por el bienestar de su cachorro. Si todavía no la has visto mejor no cuento nada más. A mí me ha estrujado la patata como pocas pelis lo han conseguido en los últimos años; y eso que no tengo críos, porque os juro que si fuera padre me rompía en pedacitos.
1 - Carol
"Carol" es la elegancia, la sensibilidad, el buen gusto y la sutileza hechas cine. Perdón, CINE. Visualmente es sublime: rostros cautivos detrás de ventanas, imágenes especulares, puertas entreabiertas, miradas que se esquivan, se encuentran y se aman... La música enamora. El guión es inteligente, preciso y (una vez más) sutil hasta la fascinación: ¿os podéis creer que en toda la película no se dice ni una sola vez la palabra que empieza por L? Y, por supuesto, es imposible no flipar con las interpretaciones de Blanchett y Mara: las dos se salen de las escalas, están en otra galaxia. Cabrea, claro, que la Academia haya sido tan miope a la hora de repartir los últimos Oscars, pero pensar en premios cuando se habla de películas como "Carol" es quedarse en lo anecdótico. El arte verdadero está más allá de consideraciones tan mundanas.
Merece la pena mencionar otras películas que, dependiendo de mi estado de ánimo, podrían haberse colado perfectamente en el top 10 desplazando a alguna de las presentes. Son la divertidísima y setentera "The Nice Guys", "The Handmaiden" o un Hitchcock erótico a la coreana, la escatológicamente inclasificable "Swiss Army Man", "Vengadores Captain America: Civil War" y su capacidad para combinar el fan service con el entretenimiento más genuino, la desopilante locura meta de "Deadpool", el retorno de Mel Gibson a la dirección en la visceral "Hacksaw Ridge", la sutil y atípica propuesta de terror de "The Witch" o el nuevo éxito animado de Disney con la adorable "Moana".
En el extremo opuesto, el de las mayores mierdas vistas en 2016, nos encontramos con tres ejemplos perfectos de lo que el Hollywood carente de ideas entiende por blockbuster: secuelas innecesarias, adaptaciones del comic pensadas únicamente para aprovechar el tirón del subgénero super-heroico y torpes intentos de acercar el mundo del videojuego al cine. Una ronda de abucheos para "Independence Day: Resurgence", "Suicide Squad" y "Warcraft", por favor.