Por un lado, Marvel Comics y DC Entertainment son las dos grandes editoriales de tebeos de super-héroes en EE.UU. y, por extensión, en todo el globo terráqueo. De un tiempo a esta parte, parece que las ventas de sus series han ido disminuyendo a medida que el manga se iba abriendo paso de forma masiva en las listas de los títulos más vendidos. Ni los cambios de uniforme, los crossovers injustificados o los oportunistas intentos de renumeración de sus cabeceras han servido para que las majors lograsen capturar el interés de nuevos lectores potenciales.
Póster de "Green Lantern", la apuesta de DC Enterntainment/Warner Bros. para llenar las salas este verano.
Por el otro, la industria cinematográfica hollywoodiense lleva una buena temporada sin estrujarse demasiado las meninges para parir historias originales, por lo que últimamente se limita a adaptar todo lo adaptable (desde novelas de ciencia-ficción con un siglo de antigüedad hasta juegos de mesa) y a remakear, rebootear o precuelizar (ésta palabra me la he inventado, pero juro que las otras dos existen) cualquier franquicia pasada con visos de dar unos réditos mínimos (ahí están “El origen del planeta de los simios”, “La cosa” o la futura nueva versión de “Desafío total”).
Cartel de "Capitán América: el primer vengador", última parada de Marvel Studios antes de "Los Vengadores".
Dadas las circunstancias, el binomio cine + super-héroes vino a manifestarse como solución idónea para ambas crisis: la de ventas en lo tocante a Marvel y DC, que comenzaron a percibir más beneficios desde las adaptaciones al medio audiovisual que desde sus propias publicaciones, y la de ideas en lo que respecta a Hollywood, que encontró en la mitología super-heroica toneladas de personajes e historias que transportar, con mayor o menor fortuna, a la gran pantalla.
En "Green Lantern", Ryand Reynolds intenta convencernos de que él es Hal Jordan. Pero no cuela.
Leí hace poco un comentario en la web sobre cine Las Horas Perdidas (lo siento, no consigo localizar la entrada exacta) en el que un espontáneo argumentaba que dentro de 30 años, cuando nuestros hijos enciendan la tele (si es que para entonces aún existe como tal) y se encuentren con una película protagonizada por tipos cachas disfrazados, probablemente les ocurrirá algo parecido a lo que la gente de mi generación siente cuando se cruza en una cadena autonómica con un western filmado hace medio siglo. Hollywood funciona por modas, y está claro que, al igual que en el pasado sucedió con los peplum o las pelis de vaqueros, lo que se lleva ahora son los super-héroes.
Con una técnica similar a la empleada en "El curioso caso de Benjamin Button", los efectos especiales logran que Chris Evans parezca un esmirriado aspirante a héroe en los primeros minutos de "Capitán América: el primer vengador".
No es de extrañar, entonces, que coincidan actualmente en cartel dos películas protagonizadas por sendos héroes enmascarados. Uno proveniente del universo Marvel, Capitán América, y otro llegado de la continuidad de la Distinguida Competencia, Green Lantern.
Tienen ambas películas mucho en común. Las dos presentan a un personaje desde su origen super-heroico, explican cómo se hizo acreedor de capacidades sobrehumanas y narran su primera gran aventura como justiciero enmascarado. Todo ello siguiendo un argumento más o menos predecible que recala ordenadamente en los inevitables lugares comunes del sub-género.
El Lantern Tomar-Re da la bienvenida a Hal Jordan al planeta OA. Posiblemente el mejor momento de toda la película.
En “Green Lantern”, Hal Jordan (desganado Ryan Reynolds) es un piloto irresponsable y mujeriego al que un día le es entregado un anillo de poder de manos de un moribundo alienígena morado llamado Abin Sur. Ha sido el anillo, que responde a una voluntad más o menos omnisciente, quien ha elegido precisamente a Jordan por vislumbrar en él las aptitudes que lo hacen idóneo para unirse a los Green Lantern Corps, una suerte de policía cósmica que protege la vida a lo largo y ancho del universo. La gran amenaza a la que Jordan deberá hacer frente es una entidad denominada Parallax que representa la encarnación del miedo, del mismo modo que la fuente de poder de los anillos de los Lanterns es la fuerza de voluntad.
Éste sí es el auténtico Chris Evans. Pollo y arroz: ya, claro.
“Capitán América: el primer vengador” nos traslada a la Nueva York de principios de los años 40 para presentarnos a Steve Rogers (un muy convincente Chris Evans), buenazo enclenque y enfermizo (al menos al principio de la película) que desea con todas sus fuerzas alistarse en el ejército y poder así viajar a Europa para luchar contra los nazis en la II Guerra Mundial. Rechazado en todas las pruebas de admisión, finalmente será captado por el honorable científico Abraham Erksine (interpretado por el siempre solvente Stanley Tucci) para participar en un proyecto militar que pretende potenciar las habilidades físicas de los combatientes hasta límites sobrehumanos.
Así, tenemos en ambos films a un héroe improbable escogido por una voluntad superior que le otorga super-poderes para que haga con ellos el bien. Tan simple como un arado, y sin embargo se trata de la esencia misma del concepto super-heroico.
Quizás Blake Lively no sea buena actriz, pero desde luego es una actriz que está bien buena.
También tenemos, como resulta inevitable, sendos intereses románticos encarnados por Blake Lively (“Gossip girl, “The town”), empresaria y poco creíble piloto en “Green Lantern”, y por Hayley Atwell (“Cassandra's dream”), agente británica de armas tomar en “Capitán América” (en lo sucesivo me permito prescindir, con vuestro permiso, de la coletilla “el primer vengador”). Tanto una cinta como la otra poseen dosis importantes de acción y aventura y recurren regularmente a los FX de última generación para ensalzar los momentos más pirotécnicos (que no serán pocos, precisamente).
Hayley Atwell es la chica del Capi. Más o menos.
No terminan aquí los parecidos entre estas dos películas: para el conocedor del material de partida no resultará difícil valorar la fidelidad respecto a los tebeos que adaptan. Tanto “Green Lantern” como “Capitán América” reflejan respetuosamente la mitología que rodea a ambos personajes, bebiendo la primera principalmente de la reciente etapa editorial capitaneada por el guionista Geof Johns y la segunda de las encarnaciones del icono americano que van desde los primeros números escritos por Joe Simon y dibujados por Jack Kirby (homenaje explícito a la portada de “Captain America Comics nº1” incluido) hasta la más actual encarnación a cargo de Mark Millar y Bryan Hitch en “The Ultimates”. Todo ello, claro está, permitiéndose ligeras licencias (un nuevo origen para Parallax o una apropiada reinvención del Cubo Cósmico que poco tienen que ver con los que conocemos por los tebeos) que permitan la viabilidad cinematográfica del producto.
Tim Robbins y Angela Bassett, secundarios de lujo totalmente desaprovechados en "Green Lantern".
Resulta entonces curioso, dado que ambos films se ajustan a un patrón muy semejante, que “Green Lantern” acabe siendo un producto infantiloide, casposo, montado con prisas, ligeramente aburrido y sin alma (que para más inri se toma demasiado en serio a sí mismo), y que “Capitán América” se postule como un sanísimo divertimento pulp (y bastante camp, también) que consigue exactamente lo que pretende: entretener al respetable durante dos horas que se pasan volando y que, aunque no quedarán para los anales de la historia del cine, suponen una celebración del cine de acción y aventuras en una tradición que va desde “James Bond” (con Howard Stark ejerciendo de Q) hasta “En busca del arca perdida” (con el malvado Cráneo Rojo, estupendo Hugo Weaving, emulando al grimoso Arnold Toht de la cinta de Spielberg).
Hugo Weaving se está encasillando en el papel de villano ("The Matrix", "Transformers"). Qué más da, si el tío lo borda.
Lo cual viene a demostrar, claro, que los super-héroes son un sub-género cinematográfico tan respetable como cualquier otro, y que un resultado mejor o peor no depende tanto de la validez del concepto original como del mimo que los estudios pongan en su producción. Y así, igual que entre los westerns encontramos joyas como “Los profesionales”, cintas entretenidas como “El tren de las 3:10” o bodrios como “Blueberry: la experiencia secreta”, también en el cine de cachas empijamados podemos hallar grandes títulos como “Superman” o “El caballero oscuro”, películas amenas como esta “Capitán América”, “Iron Man” o “X-Men: primera generación” y tubérculos fílmicos como “Green Lantern” o “Los Cuatro Fantásticos”.
La execrable “Ghost Rider” pertenece a una categoría muy (pero que muy) inferior.
La gente de Marvel sonríe satisfecha. Su película mola mucho más que la de la competencia.
P.D.: si alguno de mis (escasos) lectores toma por buena mi recomendación y decide ir a ver “Capitán América” o, desoyendo mi advertencia, se atreve a pagar entrada para enfrentarse a “Green Lantern”, debe saber que ambos films contienen tras sus créditos finales una escena extra de relativa importancia para el devenir argumental de ambas franquicias. Avisados quedáis.
4 comentarios:
Hola Jero... espero ver el Capi esta tarde (anoche vi El origen del planeta de los Simios y me encanto).
Sobre Green Lantern, no es ninguna maravilla, a veces es lenta, el guion es flojo pero si que como dices refleja bien la mitologia. Es una oportunidad perdida, pero tampoco es para darle tanta caña como se le ha dada, ya que por ahi hay bodrios aun peores (se que este argumento para ti no vale).
No es que la defienda, es que pienso que no es tan mala como la pintan (cosa que no la convierte en buena)... pero en fin... a mi me supo a poco pero por lo menos no me dio por maldecirla al salir del cine.
Ya te dire mi opinion sobre el Capi (aunque veo que la opinion de mi compi Fan Solo mas o menos te ha satisfecho).
Un abrazo de uno de esos escasos lectores que dices que tienes (creo que son muchos mas).
Supongo que si "Green Lantern" no te pareció tan mala, entonces con la del Capi te lo habrás pasado bomba. Al menos eso espero ;) La de los simios no tenía intención de ir a verla, pero todo el mundo la está poniendo bastante bien, incluso gente que por norma no suele acercarse a este tipo de productos. Será cuestión de animarse a verla...
Hollywood apesta cada día más, eso es verdad. Por ahora la única película basada en cómics que estoy esperando es la próxima de Batman, porque desde chico me gustaban las historietas y dibujos animados y porque The Dark Knight me pareció excelente. Pero lo demás está plagado de boludeces. Nunca se me ocurrió ir a ver Green Lantern, y no hay nada que me atraiga de Capitán América. Creo que voy a ver Battleship solo porque me da demasiada curiosidad ver a Rihanna actuando, aunque probablemente no aparezca más de 15 minutos en pantalla. En fin, Hollywood apesta.
Saludos!!
No sé qué decirte, Mauricio. Yo encaraba este verano con una desidia total ante los nuevos films comerciales norteamericanos y reconozco que en algunos casos he tenido que tragarme mis palabras. De "Conan el bárbaro" aún no puedo hablar (la vi esta semana, pero la distribuidora nos hizo firmar un documento de confidencialidad hasta el día 17 de agosto) y "Cowboys & Aliens" tal vez sea mala (la veré este jueves); pero hasta ahora el balance entre decepciones ("Paul", "Transformers 3", "Green Lantern") y sorpresas positivas ("Capitán América", "El origen del planeta de los simios", "Super 8") está bastante equilibrado.
"Battleship" tiene una pinta desastrosa. Y lo de Rihanna... en fin, que mejor se dedique a lo suyo, que parece que no le va mal (en cuanto a cifras, al menos).
Saludos :)
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