Hace unos días se cumplía una década exacta del lanzamiento de “Origin of symmetry”, segundo LP de la banda inglesa Muse y uno de mis discos favoritos de todos los tiempos.
Tras un interesante debut (“Showbiz”) que bebía, quizás excesivamente, de las aguas de los Radiohead pre-”Kid A” (no en vano fue producido por John Leckie, quien estuviera a los mandos en “The Bends”), el segundo disco de estudio del trío formado por Matthew Bellamy (compositor, teclista, guitarrista y cantante), Chris Wolstenholme (bajista) y Dominic Howard (baterista) vino precedido en mayo de 2001 por el single “Plug in baby”, una pedrada rock con un riff absolutamente demencial.
Dos meses después, a mediados de julio, “Origin of Symmetry” llegaba a las tiendas de Reino Unido de la mano de Mushroom Records, que también se había encargado de la distribución de “Showbiz”. Con un estético libreto que contenía la aproximación de varios diseñadores y artistas gráficos al concepto que da nombre al disco (un difícilmente definible “origen de la simetría”), el álbum parecía destinado a la eternidad desde sus primeros compases: una melodía de piano con regusto al Danny Elfman más burtoniano (de Tim Burton, no de Richard ni de Cliff) que daba paso a un estallido de distorsión guitarrera y percusión in crescendo que sigue siendo, diez años después, uno de los clímax de sus multitudinarios shows en vivo. “New born” fue, inevitablemente, segundo single de “Origin of symmetry” y también la canción con la que un servidor cayó rendidamente enamorado de la música del trío de Devon, Teignmouth.
Es cierto, no obstante, que casi cualquier corte del álbum hubiera ejercido inmejorablemente como sencillo. La responsabilidad recayó, en los dos singles sucesivos, en los temas “Bliss” (una alucinada oda cósmica al falsetto) y en el dúo “Hyper music/Feeling good”, que contenía además, como cara B, una estupenda versión, más rockera y ruidosa, del éxito de The Smiths “Please, please, please let me get what I want”.
Decía, pues, que no hay pista menor en “Origin of Symmetry”. Mientras que “Space dementia” es un derroche compositivo de piano, así como un tremendo ejercicio vocal muy en la línea del malogrado Jeff Buckley, “Citizen erased” (una de mis absolutas favoritas de la banda) es un prodigio de estructura, con un poético final al ralentí que pone el contrapunto a un arranque casi industrial y que nos lleva de la mano hasta la línea de bajo de “Micro cuts”, donde la voz de Bellamy consigue ponerme los pelos como escarpias con su operístico registro, rubricando una fusión entre clasicismo y rock enérgico como no se recordaba, quizás, desde la primera época de Queen (a los que Muse “homenajearía” de forma incluso más obvia unos cuantos años después).
“Screenager” permite que la banda retire el pie del acelerador para entregar un medio tiempo donde guitarra acústica, bajo y percusión componen un magnífico lienzo para que Bellamy pinte con su voz otro retrato desencajado al borde de la cordura. Las letras de “Origin of Symmetry” no son precisamente un camino de rosas. Hasta que llega, aportando luz y optimismo, esa versión del “Feeling good” de Anthony Newley y Leslie Bricusse que unos años atrás brillara con luz propia en manos de la diosa del jazz Nina Simone.
Antes sonará la poderosa “Dark shines”, una canción de amor egoísta y corrupto (“your innocence I will consume”, reza la letra), y justo después, poniendo punto y final a un disco complejo pero, sin embargo, de fácil escucha, la densa y oscura “Megalomania”, con una cadencia casi fúnebre y tan ambiciosa y perversa como su propio nombre indica.
Dos años después, Muse repetiría la aparentemente imposible hazaña lograda con “Origin of Symmetry” publicando un tercer disco de matrícula de honor, “Absolution”, que viraba sutilmente hacia un sonido más pop y luminoso, sin llegar aún a la ligereza radiable de “Black Holes and Revelations” y manteniendo ese equilibrio entre rock de estadios y excelencia compositiva que los convirtió, al menos en mi nada modesta pero siempre discutible opinión, en una de las bandas de rock más importantes de la pasada década.
De todos modos, no os fiéis demasiado de mi palabra. Al fin y al cabo, no soy más que una maldita groupie...
7 comentarios:
Plas plas plas plas plas (aplausos) Todos dando el coñazo con los 20 años del "Nevermind" de Nirvana y nadie se acuerda del resto (que el "Use Your Illusion I" y II de los Guns 'N Roses también van a cumplir 20 años, leñe, un respetito).
Mira que ya no me acordaba que hace ya 10 años de esta joyita (a mí "Plug In Baby" y "New Born" también son los temazos que me convirtieron en groupie). Me parece supercurioso lo de que los editase Mushroom Records, sello discográfico que también publicó la discografía de otro de mis grupos favoritos, Garbage, y que ahora se ha convertido en A&E, volviendo a ser independiente y que publican todos los discos de ambos grupos en exclusiva.
Ya me han entrado ganas de escuchar el "Origin of Symmetry" otra vez, hala...
Este es el disco que a mí tanto me recuerda a las primeras canciones de la cara B de Queen II.
Sin lugar a dudas es el mejor disco que han sacado hasta ahora,aunque el ultimo concierto que fui a verlos a Barcelona me decepcionara bastante.Nada que ver con el que dieron en Granada ya hace unos añitos...
Por cierto,una pregunta que no viene a cuento,me he comprado el cd original de mapas(vetusta morla),y la calidad de grabacion no es muy buena,no?o es problema del cd?
Tenenbaum: reitero los agradecimientos dados por otras vías ;) La verdad es que yo no le sigo mucho la pista a los 20 años de "Nevermind" más allá del disco de versiones que ha regalado Spin (y eso porque incluía una de Titus Andronicus y otra de Foxy Shazam). Y, siendo sincero, tampoco estaba muy al día de cuánto hacía de la publicación de "Origin of Symmetry" hasta que el facebook de la banda me asaltó la semana pasada con un comentario al respecto. Como es un disco que tengo muy escuchado, me dije que no tardaría demasiado en dedicarle unas líneas y volver a ensalzarlo una vez más (como la groupie histérica que soy, jejeje).
Fran: sí, de hecho me acordé de que algo parecido me habías comentado en tu blog hace un tiempo. De ahí que el enlace que he puesto respecto a Queen se corresponda con mi corte favorito de "Queen II".
Juselito: "Origin of Symmetry" también es mi álbum preferido de Muse, aunque "Absolution" le sigue de cerca. Con el tiempo sus conciertos se están volviendo algo previsibles. Yo lo pasé mucho mejor la primera vez que los vi (en Madrid, a propósito de la gira de "Black holes...") que las dos siguientes, donde me parecieron un poco fríos. Más allá de su actitud sobre el escenario, creo que su directo sigue sonando de maravilla.
Sobre lo otro me temo que no puedo ayudarte. Aunque pensaba comprármelo en formato físico, yo por ahora sólo tengo el disco en versión digital. De todos modos, un amigo que se lo pilló en la Fnac me comentó que había tenido que cambiarlo dos veces porque sonaba mal. Me huele a que la primera remesa ha salido rana...
Hombre, claro, The March of the Black Queen es no sólo el corte más destacado de Queen II, sino uno de los mejores de su carrera. Pero yo le veo más concomitancias a Muse con Ogre Battle y The Fairy Feller's Master-Stroke.
Por cierto, tengo una versión de The Mach of the Black Queen que no está empalmada con Funny How Love Is, sino que es un standalone master que acaba con los grititos finales aislados. Queda la mar de bien.
Toda la razón en que es uno de los mejores de su carrera. Escuchando temas como ése o "The millionaire waltz" me cuesta entender cómo en las recopilaciones siempre acaban entrando otros muy (pero que muy) inferiores. Ni que existiese un plan del grupo Bilderberg para que el gran público (ése que sólo se queda en los "greatest hits" y la M80) jamás descubra las joyas no-tan-ocultas de Freddie, Brian, Roger y John.
Sobre esa versión alternativa... Dicen por ahí que "compartir es vivir", ¿sabías? :D
Dicen por ahí... http://vimeo.com/24559818
Y tranquilo. Está incluída en el set completo que te estoy preparando.
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