martes, agosto 23, 2011

Extraterrestres extemporáneos

Steven Spielberg, probablemente uno de los nombres propios de la industria del entretenimiento más universalmente reconocidos, es un tipo que se retroalimenta de sus propias obsesiones: alienígenas, nazis, dinosaurios y conflictos familiares. Es cierto que ha tocado muchos otros temas en sus películas, pero estos cuatro se repiten en un bucle aparentemente infinito. No es de extrañar, por tanto, que sus dos últimos proyectos televisivos (en calidad de productor ejecutivo) pivoten en torno a esas mismas fijaciones. Así, si la inminente “Terra Nova” nos narrará las aventuras de una familia desplazada temporalmente desde un futuro próximo hasta una Prehistoria engalanada por toda clase de saurios, la primera temporada de “Falling skies”, recientemente concluida, sigue los pasos de otra prototípica familia norteamericana inmersa en una invasión global extraterrestre.


“Falling skies” arranca ocho meses después del primer contacto con una civilización alienígena que ha puesto el planeta Tierra patas arriba. Noah Wyle, conocido principalmente por su interpretación del Dr. John Carter (nada que ver con Marte) en la longeva teleserie “Urgencias”, da vida a Tom Mason, profesor de historia, viudo reciente y padre de tres hijos: el atlético adolescente Hal (Drew Roy), el pequeño e inocente Matt (Maxim Knight) y el mediano Ben (Connor Jessup), secuestrado por los belicosos visitantes. Integrado en una de las escasas células que conforman la desesperada resistencia humana, Tom tratará por todos los medios de rescatar a su hijo abducido y de mantener vivos a los restantes miembros de su comunidad.


Con semejante sinopsis, los paralelismos y deudas a otros títulos saltan a la vista desde los primeros compases del episodio piloto. “Falling skies” parece responder a una fórmula matemática precisa: aquélla que combina el contexto de “La guerra de los mundos” (la del propio Spielberg, obviamente) con la indagación psicológica post-apocalíptica de “The walking dead” y el concepto de guerrilla anti-alienígena que vertebraba la primera versión de “V, los visitantes”.


Lo que sobre el papel prometía al menos un entretenimiento agradable (más cuando el envidiable estado financiero del tito Spielberg permite mostrar en pantalla cosas que otras series no aspirarían siquiera a soñar), en la pantalla acaba, sin embargo, convertido en un producto predecible, casposo y maniqueo, plagado de personajes estereotipados, giros argumentales de una obviedad insultante y que carece del principal ingrediente que todo armagedón precisa: la sensación de peligro constante. Nunca durante los 10 episodios que conforman la primera temporada de “Falling skies” tiene uno el presentimiento de que algo terrible puede llegar a sucederle a los protagonistas. Aquello que conformaba la esencia de los referentes citados más arriba (y de muchos otros donde uno sufre por el destino de los personajes) jamás hace acto de presencia en la serie que nos ocupa. Y así, claro, no hay manera de engancharse a una trama que se ve con el piloto automático puesto y se olvida en cuanto los créditos asoman al final de cada capítulo.


Tampoco ayuda, me temo, la naturaleza irritante de prácticamente todos los caracteres que pululan por “Falling skies”: mientras el resabido Tom insiste en comparar las maniobras bélicas efectuadas por los aliens con episodios históricos protagonizados por (oh, sí) los nazis durante la II Guerra Mundial y el jefe militar de la comunidad (un anodino, como siempre, Will Patton) ejerce de Michael Biehn en “Abyss” cada vez que le dejan, la escrupulosamente religiosa Lourdes (Seychelle Gabriel) se dedica a levantar la moral del personal con sus hosannas y sus homilías cristianas. Y así con todos y cada uno de ellos...


Inevitablemente, los descuidos argumentales y las concesiones al público W.A.S.P. norteamericano empañan una labor técnica notable, no tanto por el derroche de FX (a veces están mal integrados, como en el caso de los Mech alienígenas, que además adolecen de un diseño bastante mejorable) como por ciertos apuntes cinematográficos muy estimables (inesperados planos secuencia, alguna escena de acción francamente bien resuelta, etc.)


Quizás el gran problema de “Falling skies” es que llega con 15 años de retraso. Si se hubiese estrenado a mediados de los 90, hoy posiblemente se la recordaría con el cariño con que algunos (no me incluyo) todavía reivindican los méritos de “Buffy cazavampiros”. Pretender que compita en igualdad de condiciones con las actuales joyas de la producción televisiva, en un momento especialmente dorado para la caja-ya-no-tan-tonta, es condenarla a algo incluso peor que una cómoda mediocridad: un chirriante anacronismo.

6 comentarios:

Nemo dijo...

Oh, ya ha acabado la primera temporada y encima es un bluff... Y yo pensando que aún no se había estrenado... Jo, para una cosa en la que pensaba meter la nariz...

Jero Piñeiro dijo...

Pues casi mejor así, Fran, porque dudo mucho que llegase a resultarte interesante...

Ya sé que soy un pesado, pero si realmente tienes ganas de "meter la nariz" en alguna serie de nuevo cuño, yo me iría de cabeza a por "Treme". No sólo porque sea cojonuda, sino también porque en ella encontrarás multitud de motivos melómanos para el entusiasmo.

Nemo dijo...

Ya, si te lo agradezco. Pero es que estas series me dan taaaaanta pereza...

Txema SG dijo...

Miedo me da esta serie, todavía no he comenzado a verla, pero algo me dice que es un truñete de cuidado.

La puta mania de spielberg de dar protagonismo al drama familiar antes que a la propia cifi propiamente dicha.

marguis dijo...

Ja, ja, ahora ya sabes lo que voy a escribir... pues a mi me ha gustado.

Mi falta de criterio ataca de nuevo, y si, desde un punto de vista seriéfilo en mi interior se que tienes razón, que toca temas manidos, y que los personajes son aburridos y arquetípicos, que Noah Wyle no deja de recordarnos que es profesor, y ¿porque su jefe es tan apático y falto de carisma?

Pero da igual, porque ¡son aliens! ¡es Noah Wyle! (estoy enamorada de la cheesy action de El Librero, pobre de mi), las (escasas) escenas de acción molan... soy como Renée Zellweger en Jerry Maguire, a mi me tienen con solo oir Spielberg...

Si es que no tengo remedio

Jero Piñeiro dijo...

Yota: siento tener que confirmar tus sospechas, pero precisamente si de algo abusa "Falling skies" es de poner el tema emocional-familiar por delante del buen criterio ciencia-ficcionero. Supongo que la verás de todos modos (es corta y, bueno, gratis), pero me da la impresión, por tus palabras, de que después de la primera temporada te quedarás más o menos como yo: sin ninguna curiosidad por ver la segunda...

Marguis: tú y tu célebre compasión audiovisual :D Noah Wyle no me disgusta en absoluto; de hecho creo que se esfuerza bastante por defender su papel. Pero su personaje me repatea. No tanto porque me caiga mal como porque está mal escrito. Todos lo están, en general. Y sí, son aliens, pero bastante maltratados por los guionistas, la verdad. Que eso no es una invasión seria ni es nada, carajo... Jajajaja.