martes, marzo 06, 2012

Bruce Springsteen y su bola de demolición

Después de tres años sin publicar nuevo material de estudio (“The Promise”, aparecido en 2010, era un disco de rarezas y descartes de la época de “Darkness on the edge of town”), hoy es el día elegido por Bruce Springsteen para regresar a las páginas de actualidad con su último trabajo, “Wrecking ball”. Fiel a su auto-asumida condición de cronista de los tiempos en que vivimos, Springsteen trata de capturar en el nuevo LP el zeitgeist de la actual Norteamérica. Si en el áspero “Magic” la inspiración para el compositor de New Jersey provenía de la gestión gubernamental realizada por George W. Bush y en “Working on a dream” era la elección de Barack Obama como presidente de los EE.UU. la que dominaba un álbum más luminoso y esperanzador, ahora son la crisis económica y sus culpables más visibles quienes se llevan todos los golpes propinados por esta bola de demolición.


Musicalmente, el disco es un copy & paste del antiguo sonido del Boss (cuando el apodo aún significaba algo) y de una serie de influencias heterogéneas (coros al estilo melanesio de “La delgada línea roja”, reminiscencias folkies de las Seeger sessions e incluso ¡una estrofa rapeada!) que no termina de cuajar. Sólo cuando Springsteen regresa al terreno de su identidad musical primigenia puede uno reconciliarse con un artista que ha pasado, con los años, de auténtica deidad rock a simple artesano del ramo. Al menos en lo que respecta a su trabajo de estudio (el directo, literalmente, es otro cantar).

“Wrecking ball” no es un disco particularmente malo, pero no resiste la menor comparación con cualquiera de los álbumes publicados por su autor con anterioridad a 1990. Puestos a buscarle aspectos positivos, yo me quedo con (sólo) dos de sus canciones: el enérgico tema titular y la estupenda “Land of hope and dreams”. Precisamente las dos que ya conocíamos desde hace un tiempo por su inclusión en los shows en vivo de la E Street Band de los últimos años. Y también las dos en cuya grabación estuvo presente (al saxo) el añorado Clarence Clemons.


Tal vez Springsteen debería aplicarse la lección que Tom Waits ha impartido al personal con su reciente “Bad as me”: a ciertas alturas de una carrera profesional como músico, es preferible esperar siete años y lanzar al mercado un álbum de auténtica enjundia a estar publicando medianías cada dos o tres. Seleccionando los cortes más satisfactorios de “Magic”, “Working on a dream” y este “Wrecking ball”, el hipotético último disco del Boss habría sido sin duda un trabajo a la altura de su leyenda.

8 comentarios:

PAblo dijo...

Bastante de acuerdo con tu reseña. No es comparable con sus mejores discos pero tampoco es tan malo...En la línea de sus trabajos "maduros".

Creo que tienes razón, quizás seleccionando más los temas y no publicando tantos discos estos últimos habrían aguantando mejor el nivel.

Impacientes Saludos.

Nemo dijo...

Menos mal que he publicado mi crítica una hora antes, porque en vista de la similitud de planteamientos ya me veía venir la reprimenda: "Si es que no nos ponemos de acuerdo, vamos todos a la vez a lo mismo, etc..."

Pero, en fin, a saber los temas que se ha dejado sin publicar según es su costumbre. Igual son buenos y todo. Aunque los que dejó fuera de Human Touch & Lucky Town eran un asquito.

Jero Piñeiro dijo...

PAblo: a mí me gusta más este "Wrecking ball" que el disco inmediatamente anterior, "Working on a dream". Y quizás si fuese el trabajo de un músico al que no admirase tantísimo lo vería con mejores ojos, pero pensar que en el pasado el Boss se dejó en el tintero melocotonazos como "Thunderstruck", "Rendezvous" o "Restless nights" y que ahora es incapaz de componer 11 canciones que consigan mantener mi atención del tirón... bueno, es una clara señal de decadencia. Con todo, sospecho que estos lanzamientos periódicos (cada dos o tres años) no responden tanto a su capacidad como compositor como a sus ganas de salir por ahí de gira internacional. Y eso sí es una buena noticia...

Nemo: no sé por qué, pero me da que no seremos los dos únicos bloggers que tenían programada para hoy su reseña de "Wrecking ball". Eso sí, hazme un favor y no publiques mañana tu opinión sobre "La invención de Hugo", jejeje (como se suele decir: ¡yo la vi primero!) ¿Seguro que se ha dejado temas fuera? A mí me da que esta vez compositivamente ha ido muy justito: fíjate que "Land of hope and dreams" lleva siendo tocada en vivo desde la gira de "The Rising" y hasta ha rescatado "American land" como bonus track...

Jero Piñeiro dijo...

Quería decir, claro, "Thundercrack". Fallos del directo...

Guillermito dijo...

Pues a mí me parece un intento de dar un giro a lo que se podría esperar de un disco de Bruce en el año 2012. Se busca a sí mismo en las influencias y el sonido de la Seger Sessions (exploración espectacular en su día) y consigue revitalizarlo con una producción innovadora y arreglos en la mayoría de los casos muy válidos. El disco es mejor que, por ejemplo, The Ghost of Tom Joad o que Lucky Town. No creo que Springsteen pretenda a día de hoy ser el disco del año, pero es que cuando estás a nebulosas de distancia del 99,9 % delos artistas que publican hoy en día puedes permitirte, sin perder la identidad, reinventarte y homenajear los sonidos que han sido la arquitectura de tu mundo

Jero Piñeiro dijo...

Guille: el Boss de los 70's y 80's es mejor que el 99'9% de los artistas que publican hoy en día. El Springsteen actual, no. De hecho, incluso sus "herederos musicales" están haciendo las cosas mejor que él. Gente como The Gaslight Anthem, Titus Andronicus o The Decemberists (siguiendo la vena folkie de las Seeger Sessions) han publicado recientemente discos que superan los méritos de Springsteen en la última década. Se me ocurren un montón de bandas que están ahora mismo haciendo música cuya calidad es muy superior a la de "Magic", "Working on a dream" o "Wrecking ball". Así que no compro tu argumento. Además, tampoco creo que haber sido el mejor te otorgue carta blanca para meter la pezuña con tus últimos discos. Eso sería como decir que a U2 tenemos que perdonarle "No line on the horizon" porque antes hicieron "The Joshua Tree", o que el "St. Anger" de Metallica es intocable porque años atrás publicaron "Master of Puppets". Nunca he sido crítico con un músico por intentar expandir sus influencias y probar cosas nuevas. Me encanta lo que Radiohead hizo en "Kid A", y no tiene absolutamente nada que ver con su sonido en "The Bends". El requisito es que esa innovación funcione. Y la mitad de las canciones de "Wrecking ball" no me funcionan. No son directamente malas, pero carecen del sentido de la maravilla que tenían las de, por ejemplo, "The Wild, the Innocent & the E Street Shuffle". Y las que son buenas lo son porque me recuerdan a otras canciones de Springsteen (caso de "We take care of our own") o, peor aún, a otras canciones de otros músicos (como "We are alive" y el "Ring of fire" de Johnny Cash).

Anónimo dijo...

ya sabemos que a veces el negocio domina a lo musical...simpre nos quedarán los directos!!! Lync

Jero Piñeiro dijo...

No sé, Lync, yo creo que el Boss podría perfectamente salir de gira sin sacar disco y sus fieles (tú y yo conocemos bien a alguno, jajaja) seguirían abarrotando sus conciertos... Un abrazo, compadrito ;)