sábado, enero 08, 2011

Los auténticos héroes

Hype (del inglés “hyperbole”): producto mediático —como una banda musical, una película o un artista—, que ha tenido una sobrecobertura por parte de la prensa o una excesiva publicidad, obteniendo de esta manera una popularidad altísima independiente de la calidad del producto.
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(Wikipedia, la enciclopedia libre)
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A veces me gustaría que alguien me explicase por qué algunas cosas triunfan y otras no. No me refiero al asunto “Gran Hermano 24h vs. CNN+”, sino a debates más frívolos y ociopáticos.
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Se me escapa, por ejemplo, el éxito de “Fábulas”, tebeo mediocre (en sus momentos álgidos) escrito por Bill Willingham y que habitualmente encuentro reseñado como “lo mejor que Vertigo publica en la actualidad”. Tampoco alcanzo a comprender cómo “Slumdog Millionaire”, esa cursi fantasía (apenas) bollywoodiense, arrasó entre público y (parte de la) crítica, alzándose además con 8 (¡8!) premios de la Academia Estadounidense de cine. No consigo imaginar por qué “Firefly” de Joss Whedon, una de las series de televisión más rematadamente divertidas de la última década, no pasó de la primera temporada por falta de ¿audiencia? ¿confianza por parte de la cadena? Y, desde luego, es un absoluto misterio para mí por qué “Tron” (la cinta original de 1982) es considerada un film de culto.
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“Tron”, más allá de sus innovaciones en el campo de los efectos especiales, es una película tirando a aburrida, escasamente épica y con un argumento tan confuso como mal desarrollado. La vi hace muchos años, cuando era niño, y me quedé anonadado con sus carreras de motos y sus hipnóticas luces de colores, pero no entendí absolutamente nada de lo que pretendía contarme. Volví a verla hace unos meses, con más de un cuarto de siglo de experiencia cinematográfica a mis espaldas (no es mucha, pensaréis algunos, pero es la que tengo), y una vez más no entendí absolutamente nada. Y además me pareció una película carcomida por el tiempo, rematadamente vieja y demodé.
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Así que, ¿por qué le tenía tantas ganas a su secuela/remake/reboot/llamadle-como-queráis, “Tron: Legacy”? Por el hype, claro.
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Por los ríos de tinta y los gigas de texto vertidos en revistas y blogs sobre cine. Por los trailers, salvapantallas, imágenes promocionales y demás exceso de información que suele acompañar a las más importantes apuestas comerciales de los grandes estudios norteamericanos (la poderosa Disney, en el caso que nos ocupa). Por la promesa de una inmersión 3-D comparable (o superior) a la ofrecida por “Avatar”, única experiencia satisfactoria hasta la fecha en ese terreno para el abajo firmante. Por esa alucinante (aunque algo convencional) banda sonora compuesta por Daft Punk que llevaba desgranando en mis auriculares desde semanas antes del estreno en salas de la película.
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Qué ganas le tenía, demonios. Con lo poco que me gustaba “Tron”.
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¿Cómo puedo estar tan sorprendido, entonces, por haberme encontrado con una película tirando a aburrida, escasamente épica y con un argumento tan confuso como mal desarrollado? ¿Tengo derecho a sentirme realmente decepcionado? ¿Acaso no es “Tron: Legacy” la secuela que el “Tron” original se merecía?
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Con todo, lo más punible no son el guión insulso y predecible (corta-y-pega de “Star Wars”, “The Matrix” o “El caballero oscuro”), la inexistencia de personajes (en sentido dramático) o el modo en que la música de Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo devora, mastica y regurgita las débiles escenas a las que acompaña, sino la forma en que las pretensiones técnicas de la cinta se quedan muy por debajo de sus promesas y ambiciones. El 3-D es prácticamente inapreciable, las gafas de ídem apagan y empastan los colores de un modo fastidioso (si alguien aún tiene ganas de verla, le recomiendo encarecidamente que se ahorre esos eurillos de más y la “disfrute” en versión digital) y la supuesta gran innovación en el terreno de los efectos especiales (ese Jeff Bridges rejuvenecido gracias a la última tecnología en animación por ordenador y captura de movimientos) canta más que Freddie Mercury en el estadio de Wembley, resultando claramente inferior a intentos anteriores de integración entre CG e imagen real como los vistos en “El Señor de los Anillos”, la mentada “Avatar” o “El curioso caso de Benjamin Button”.
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Estamos, en fin, ante una mala película que servidor esperaba con muchas ganas.
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Desde luego, toca felicitar a los chicos de marketing de la Disney. Daft Punk aparte, ellos son los auténticos héroes de “Tron: Legacy”.

7 comentarios:

Miguel Borham dijo...

EEeeeyy! Feliz año Jero! Me alegro de ver que vuelves a la carga :)
Un abrazo tio!

David dijo...

A mí la Tron original ya me pareció una película mala. Recuerdo que no la vi de crío en el cine, sino unos años después. Tenía ganas por eso de "Moebius ha trabajado en la peli!"...pero señor! qué tontería de peli, y salvando cuatro cosas, visualmente floja. ¿Por qué de culto? No sé.
Esta segunda no me interesaba mucho. Pero bueno, una reseña que, siento decirlo, me ha gustado más que esta (aunque la tuya ha estado bien) y te recomiendo (porque me parece que no la van a leer muchos y merece la pena): AQUÍ
Lo de los post de los discos del año o los de Radiohead va a tener que ser cuando tenga días libres.. Y ahora, hasta el sábado que viene no tengo.
Otro saludo.

Jero Piñeiro dijo...

Miguel: feliz año a ti también, fiera. He vuelto, sí, pero me lo voy a tomar con calma que aún no está todo el pescado vendido (ni mucho menos...) Un abrazo!

David: ya había leído el post de Redrum y coincido contigo en que es estupendo (jeje) y también en que es mucho mejor que el mío. Si de tan poco tiempo libre dispones, te recomiendo que lo disfrutes de formas más productivas que leyendo los ladrillos que escribo en mi blog ;) Un saludo para ti también.

David Crespo dijo...

Entonces no eran cosas mías lo de que la BSO se comía la película?. En fin... yo era a lo que iba, a ver a mis queridos Daft Punk.

Por cierto has visto que de The Third Twin, están confirmados para un festival de Castellón, se está diciendo de todo y yo ya estoy con ansiedad.

Jero Piñeiro dijo...

No era cosa tuya, David. En absoluto. La BSO es infinitamente superior a la película y se la traga enterita como un agujero negro.

Sobre la pólémica del momento, diré lo mismo que Tanaka Music: The Third Twin son lo padres ;)

charlie furilo dijo...

A mi en este caso el hype no me afectó en absoluto (por una vez). Ni la original me parece gran cosa, ni espero nada de este remake, reboot o lo que hostias sea. Además, pude ver más de 20 minutos del film en un pase previo (la Tron Night o algo así) al que me invito un compañero bloguero de Zaragoza, y lo que vi no hizo que me entreran muchas ganas de verla.

A la banda sonora si que le daré una oportunidad.

Y, como creo ya sabes (porque ha salido en alguna que otra "conversación") coincido completamente en la hiper-mega-sobre-valorada "Fábulas" y en los totalmente inmerecidos 8 oscars de "Slumdog Millionaire" (¡Manda huevos! con la de films infinitamente mejores que hubo ese año)

Jero Piñeiro dijo...

Lo de "Slumdog" no lo recordaba, pero sí nuestra tirria común a "Fábulas", jejeje. Si lo que has visto en la "Tron night" esa no te ha gustado, posiblemente la película en conjunto acabe resultándote tan execrable como a mí. Pasa de ella olímpicamente y entra al saco con la BSO, que está muy maja (aunque poco tiene que ver con los Daft Punk de "Homework" o "Discovery"...)