viernes, enero 21, 2011

Canciones y puertas

Hay canciones que, más allá de gustarle, le hacen a uno pedazos.

En un primer momento, el impulso eléctrico que se genera desde el tímpano del oyente recorre raudo el sistema nervioso en busca del tálamo para convertirse en pensamiento musical. Pero estas canciones, ya digo, no quieren seguir el camino que se les presupone, así que emplean todas sus artimañas para confundir a los guardavías de la línea de ferrocarril sensorial y consiguen forzar un kamikaze cambio de agujas hacia el corazón sin haber pasado antes por el encéfalo. Uno apenas sí puede reaccionar, claro, porque el impacto emocional lo aturde, y lo que esperaba recibir como información cognitiva se convierte, sin previo aviso, en un afilado dardo que atraviesa aurícula y ventrículo como un cuchillo que se hunde en una tarrina de mantequilla templada.

Sin alcanzar todavía a comprender el por qué, al oyente le asaltan recuerdos largo tiempo encerrados bajo candado y llave de una sonrisa juguetona y unos ojos grandes como lunas que hablan más que mil palabras. Las defensas, levantadas con duro esfuerzo durante meses, han caído por culpa de 4 minutos y 46 segundos de piano y voz. Y el oyente, incapaz de contener el torrente de ayeres que regresan para resquebrajar su cordura emocional, percibe un hilo de humedad que resbala paralelo a su nariz hasta volverse salado en la comisura de los labios y maldice a la dulce Adele por haberle recordado que todavía sigue habiendo puertas que es mejor mantener cerradas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa la letra, preciosa la canción. Pienso en tantas cosas que me genera... y todas ellas cuando llegan a mis dedos no las escribo. Porque en todas me hago la misma pregunta: ¿ Cuánto hay de verdad en mi reflexión ? No sé puede medir, son mis verdades. El amor es lo único que construye, perdona, comprende, acepta...amar es un reto vital! ( se nota que estoy de resaca ehh?) Lync

Jero Piñeiro dijo...

Se nota, jajaja.

Fíjate cómo las canciones que nos "llegan" consiguen inspirarnos para escribir cosas que llevamos con nosotros pero que de otro modo permanecerían escondidas. Uno puede pasarse una buena temporada haciendo su vida sin pararse demasiado a pensar en según qué cosas (sé que te gusta esta expresión xD) y de pronto llega una canción y le zurra "zas! en toda la boca", y algo se despierta en su interior.

Por eso escribí esta entrada, porque me parecía mucho más interesante "analizar" (de forma algo ñoña, vale) el proceso por el que una canción te conmueve que simplemente enlazar el vídeo de YouTube con un simple "escuchad este temazo del nuevo disco de Adele".

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=wfEPvebGGJM

Jero Piñeiro dijo...

Anónimo: se me ha puesto un nudo marinero del tamaño de mi puño en la garganta...