lunes, mayo 03, 2010

Camp metálico de diversión masiva

Como se puede comprobar echando un rápido vistazo tanto a la cartelera como a los inminentes estrenos cinematográficos, la primavera marca el inicio de la época anual de blockbusters (que se extenderá hasta el final del verano, más o menos) y que en el presente 2010 tuvo un arranque absolutamente decepcionante con el execrable remake de “Furia de titanes”. No obstante, muchos teníamos en mente que, más allá de la incursión de Tim Burton en el País de las Maravillas, uno de los platos fuertes de la temporada sería la secuela de “Iron Man” a cargo (de nuevo) de Jon Favreau.


Decía en aquella entrada que dediqué a la primera entrega de la saga en el momento de su estreno que “Iron Man” tenía tres grandes virtudes: casting, desenfado y fidelidad respecto al original tebéistico. La secuela reincide en estos aciertos y, si bien no mejora el nivel de calidad esgrimido en el film precedente, tampoco lo empaña en absoluto.


Tenemos de nuevo a Robert Downey Jr. comiéndose la pantalla con su composición de Tony Stark, una suerte de cruce entre Howard Hughes, Steve Jobs y Paris Hilton que disfruta frívolamente de su super-heroica celebridad, acompañado esta vez por dos interesantes villanos encarnados por Mickey Rourke (qué bien me cae este tío en pantalla, con lo poco que me inspira fuera de ella) y Sam Rockwell (quien ya demostró su talento como intérprete en la sugerente “Confesiones de una mente peligrosa” o la fallida “Moon”, en la que de todos modos él estaba estupendo). Don Cheadle hace acto de presencia como sustituto de Terrence Howard en el papel de Jim Rhodes y uno apenas percibe la diferencia porque su personaje poco aportaba al conjunto en la primera parte y tanto de lo mismo en esta segunda (salvo la posibilidad de disfrutar en pantalla de la presencia de Máquina de Guerra, héroe segundón del universo Marvel que nunca ha sido santo de mi devoción). Completan el plantel actoral una cumplidora Gwyneth Paltrow que repite como Pepper Potts, Samuel L. Jackson y el propio Favreau (de nuevo como Nick Furia y Happy Hogan, respectivamente) y la incorporación de una explosiva (aunque insípida) Scarlett Johansson como la flamante Natasha Romanov. A la que, espero, veremos un poco más en futuras entregas del proyecto cinematográfico marvelita.


Es precisamente en este proyecto a gran escala, que derivará en 2012 en la película de Los Vengadores, donde “Iron Man 2” parece cargar las tintas de su argumento. Quizás también de aquí se derive su mayor flaqueza. Cuando aún quedan dos títulos por estrenarse para presentar a la plantilla vengadora al completo (“Thor” y “The first Avenger: Captain America”), “Iron Man 2” parece servir de capítulo intermedio entre la primera etapa de esta carrera por la franquicia definitiva (etapa que comprendía la primera entrega de las aventuras del vengador dorado y “El increíble Hulk” de Louis Leterrier) y lo que se augura como la gran traca final (que posiblemente esté dirigida por Joss Whedon, a tenor de los últimos rumores al respecto). Así, “Iron Man 2” se presenta no como una historia cerrada, sino como un tramo de obligado recorrido en una estructura narrativa mayor, minimizando su posible impacto como película autoconclusiva. Hay, es verdad, líneas argumentales con su presentación, su nudo y su desenlace, pero resulta bastante significativo que lo más comentado entre todos los que ya han visto la cinta sea esa escena incluida al finalizar los créditos que, en la sesión a la que yo asistí, hizo que una pandilla de varones treintañeros con (asumo) muchas horas de lecturas super-heroicas a sus espaldas jaleasen y brincasen de satisfacción con frenesí parejo al de la afición española tras la victoria sobre Alemania en la última Eurocopa de fútbol (así que si aún no habéis visto la peli tomad nota: hay que quedarse hasta el final de los créditos; sí o sí).


De la propia película, ¿qué conclusiones podemos extraer? Que es condenadamente divertida, que respira encanto marvelita por sus cuatro costados y que, pese a tener poca acción y mucho, muchísimo más diálogo de lo que uno esperaría de un blockbuster del palo, cumple con las cotas exigidas (exigidas por mí, se entiende) de espectacularidad, FX chulos, macarrada super-heroica y humor de perfil bajo. Sigue sin ser cine de auténtica entidad, pero esperar eso de “Iron Man 2” me habría parecido una insensatez. Tal vez ése sea un terreno (el de las grandes películas protagonizadas por super-héroes) sólo reservado para directores de la talla de Christopher Nolan. Una talla que a Favreau le viene grande, pero a la que tampoco parece aspirar.


Y, qué queréis que os diga: frente a vacíos ejercicios de ridícula épica infantiloide como “Los Cuatro Fantásticos”, “El Motorista Fantasma” o “X-Men Orígenes: Lobezno”, una película tan entretenida y que se toma tan poco en serio a sí misma como ésta no deja de parecerme un acierto, se mire por donde se mire.

4 comentarios:

charlie furilo dijo...

A mi me vale con que ofrezca todos lo que dices, que es precisamente lo que ire a buscar cuando la vea (algun día de estos, porque entre el trabajo y la apretada "agenda social" que tengo ultimamente (cumpleaños, despedidas de solteros, conciertos, cenas y demás jolgorios) no se cuando sacaré tiempo para ir al cine. Esperar otra cosa de "Iron Man 2", como bien dices, sería una memez.

Jero Piñeiro dijo...

Dices eso de "cumpleaños, despedidas de soltero, conciertos, cenas y demás jolgorios" como si fuera un castigo divino, jajajaja... Ojalá yo tuviera más de todo eso aquí en Madrid ;)

¡Espero que te guste la peli!

charlie furilo dijo...

Jejejeje, castigo divino? No, lo único que castigo es mi cada vez más envejecido organismo. Ya no estoy para estos trotes, pero continuamente me engaño a mi mismo y cual Peter Pan, no quiero crecer y me apunto a todos los saraos...

Jero Piñeiro dijo...

La edad es un estado mental, Charlie. Uno puede sentirse muy viejo con 25 y otro saberse un chaval con 70 (aunque es verdad que de las borracheras uno no se recupera igual cuando ya va teniendo unos añitos, jejeje).