En lo que a un servidor respecta, el mainstream super-heroico actual está lejos de pasar por su mejor momento. Mientras el volumen de series mensuales que colecciono va decreciendo a pasos agigantados, los únicos proyectos que parecen sacarme del hastío más absoluto suelen ser one-shots o miniseries que vienen abaladas por el nombre de guionistas más o menos reconocidos.
Es el caso de los tres tebeos que hoy nos ocupan:
En primer lugar tenemos el tomo recopilatorio de la mini-serie “Namor: en las profundidades”, escrito por el infravalorado Peter Milligan (pues tiene en su haber títulos tan recomendables como “Enigma”, “Blanco humano”, “X-Statix” o la deliciosa “Shade, el hombre cambiante”) e ilustrado por el estupendo portadista y ocasional dibujante de interiores Esad Ribic, que ya había puesto el listón muy alto con sus versiones al gouache de Thor (en el estupendísimo “Loki”) y Estela Plateada (bajo el subtítulo “Réquiem”).
En esta ocasión el personaje abordado es el rey submarino de Atlantis, que se presenta al lector en el contexto de un universo Marvel anterior a la II Guerra Mundial donde aún no existen los super-héroes y el propio Namor no deja de ser conocido más que como una leyenda urbana comparable al Big Foot o el Chupacabra. Precisamente en torno al viaje que emprenderá a las profundidades marinas el profesor Stein, un experto en desmentir falsos mitos sobre monstruos y criaturas sobrenaturales, girará el argumento de este tebeo de Namor sin Namor. El monarca de los siete mares será una presencia constante en el relato pero no se mostrará ante los personajes (ni ante el lector) hasta que la narración esté casi concluida, adoptando el aura misteriosa de los personajes clásicos del cine de terror. La tensión argumental nacerá, entonces, de la convivencia de los miembros de la expedición a bordo de un submarino, recordando a fims subacuáticos como “Abyss” (o espaciales, como “Solaris”) donde la presión psicológica juega una mala pasada a la tripulación. No obstante, quizás la referencia más destacable sea “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, intercambiando la jungla de aquél por el océano en que Namor aguarda a sus visitantes.
No es éste “Namor: en las profundidades” un tebeo sobresaliente, pero cuenta con el virtuoso grafismo de Ribic y con un guión interesante aunque algo escueto de Milligan, por lo que, sin ser un imprescindible, probablemente satisfaga a los marvelitas de pro y también a muchos otros que nunca se hayan acercado a un tebeo protagonizado por el hombre submarino.
En segundo lugar tenemos la incursión del guionista super-estrella Neil Gaiman en el universo batmaníaco (más allá de aquella interesante historia corta publicada en “Batman: black & white” con dibujos de Simon Bisley y de un par de relatos centrados en Poison Ivy y El Acertijo para “Secret Origins”). Se titula “Batman: ¿qué le sucedió al cruzado enmascarado?” y narra el funeral del caballero oscuro de Gotham desde el punto de vista del propio finado.
Como no pretendo spoilear más de lo necesario (y tampoco es éste un tebeo especialmente extenso), me contento con decir que, más que una historia en sí misma, este “¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?” viene a ser un sentido homenaje al personaje de Batman y las muchas versiones que ha vivido a lo largo de sus siete décadas de andadura editorial. Apoyado por un correcto Andy Kubert (nunca me ha gustado especialmente este dibujante; tampoco su hermano Adam, ya puestos), que se adapta aquí a los registros estilísticos de Bob Kane, Bruce Timm, Neal Adams o David Mazzuchelli para darle al conjunto el apropiado tono de un “greatest hits”, Gaiman presenta un relato entretenido que no aporta mucho al imaginario del héroe de Gotham y que finalmente no termina dejando un recuerdo demasiado profundo en el lector.
Resulta, por consiguiente, que “¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?” no pasará a la historia como uno de los títulos imprescindibles protagonizados por el hombre murciélago, pero sí es verdad que se lee con agrado y complicidad, y que está a años luz de la mierda que habitualmente se nos vende como tebeos de super-héroes de calidad.
En la misma categoría, la de “muy-por-encima-de-la-media”, entraría también el tercer título reseñado en esta entrada: “Incógnito”.
Desarrollado por el guionista Ed Brubaker y el dibujante Sean Phillips (el mismo tándem que parió la excelente serie “Criminal” y uno de mis tebeos favoritos de la década pasada, “Sleeper”), este recopilatorio de la miniserie del sello Icon de Marvel nos presenta a Zack Aniquilación, un super-villano reconvertido en aburrido oficinista merced al programa de protección de testigos al que entró a formar parte tras traicionar a sus jefes. Hastiado de una vida monótona y sin motivaciones personales, Zack verá de pronto respondidas sus plegarias cuando recupere sus super-poderes y decida volver a vestir su antiguo uniforme de criminal meta-humano. Por supuesto, tanto la comunidad de héroes como el cónclave de villanos verán con malos ojos este cambio de actitud, complicando la vida de Zack hasta límites insospechados.
Es menester decir que “Incógnito” es un tebeo muy divertido, bien escrito y áun mejor dibujado, que desgraciadamente adolece de un defecto derivado de su autoría: todo en él recuerda poderosamente tanto a “Criminal” como, sobre todo, a “Sleeper”. Y, aunque esto podría sonar estupendamente para todos aquellos que, como yo, hayan disfrutado a rabiar de las correrías del agente doble Holden Carver, lo cierto es que en este caso servidor hubiese preferido algo más de originalidad en cuanto al desarrollo de la trama y el perfil psicológico de la mayoría de personajes, que no dejan de ser un eco de aquellos que ya conocimos en los mentados títulos.
Nos quedan así, en resumen, tres tebeos que merece la pena leer pero que, siendo justos, se quedan a las puertas de un éxito más rotundo y trascendente. No está mal, vistos los tiempos que corren, pero también es cierto que podría haber estado mejor.
4 comentarios:
Bufff Ribic es un fenómeno. De Namor realmente he leido más bien poco...y lo poco que leí me lo pasasté tú. Como no...jejeje
Eso si. Tengo unas cintas beta con episodios de este petulante superhéroe en sudaka que me veía una y otra vez cuando era pequeño...Todo un tesoro.
No recuerdo esa serie con doblaje sudaca, jejeje... de hecho, tampoco recuerdo qué tebeos de Namor te presté. En fin, seguro que molaban un montón, para variar ;)
Y sí: ¡Ribic mola!
Me estoy leyendo "Incógnito" y de momento, me está gustando, ya te contaré...
Charlie: a mí me gustó. Me pareció divertido, entretenido, etc. Pero creo que está un peldaño por debajo de "Criminal" y dos de "Sleeper". Aún así, aguardo tu opinión ;)
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