Nostalgia. Pero
no como la de Tarkovski. Ni la de Veidt. Nostalgia de la otra, de la
que consigue que aquello que era una basura incuestionable hace
treinta años hoy casi parezca patrimonio de la humanidad.
“Los
mercenarios 2”, secuela de aquel ejercicio de revisionismo
testosterónico ochentero titulado (claro) “Los mercenarios”, es
una píldora de nostalgia irracional, visceral, primitiva. Estúpida
hasta límites insospechados, vaya. Existe porque hace tres décadas
se hicieron un montón de películas igualmente primitivas, estúpidas
y peligrosamente fascistas (a poco que uno se las tome en serio) que
nos alegraron a unos cuantos las tardes de fin de semana cuando aquel
negocio llamado videoclub (“¿qué era eso?”, me
preguntarán mis nietos) suponía, junto a las tiendas de música (ídem
para mis nietos), un auténtico sancta sanctorum de la cultura de masas.
Los 80, santo
cielo: Ronald Reagan era el líder del mundo libre, Prince era
un icono (hetero)sexual, “MacGyver” la serie estrella de la
televisión, Johan Cruyff todavía fumaba tabaco... y Arnold
Schwarzenegger, Sylvester Stallone, Jean-Claude Van Damme y Dolph
Lundgren eran los reyes del mambo en el cine de videoclub. Ahora
vuelven (otra vez) a la gran pantalla como esas viejas glorias del
rock que hacen su gira de reunión para sacar rédito a la nostalgia
y poder pagarse el yate, el chalet nuevo o el penúltimo divorcio (o
su próximo ciclo de Dianabol y Decadurabolin, en el caso que nos
ocupa), pero los greatest hits de su repertorio suenan
apolillados y sólo convencerán a aquellos fans que se dieron sus
primeros morreos cuando “The final countdown” era número 1 en
las listas de éxitos y desde entonces no han sabido besar a la
parienta si no es con la voz de Joey Tempest haciéndole la segunda a
su respiración entrecortada.
“Los
mercenarios 2” resulta (acaso fuera posible) una película
infinitamente más absurda, delirante y estúpida que su predecesora.
Donde aquella fingía unos mínimos de coherencia interna y lógica
dramática (sin pasarse, ojo), ésta opta directamente por ser un festival de incongruencias sin justificación; por la negación de
los mínimos que deben definir a un personaje, por secundario (o
terciario) que sea; por la renuncia al raccord, los FX dignos,
el menor atisbo de una estructura reconocible en el guión o
por la asunción de que el público descerebrado al que se dirige
esta propuesta no tiene, por definición, derecho a reclamación.
Por el Chuck
ex machina (con Chuck Norris fact de regalo, para más
inri).
Simon
West, director mercenario (no es un juego de palabras, lo juro) que
en el pasado firmó títulos como “Con Air” o “Lara Croft: Tomb
Raider”, toma el mando de una producción que reúne a los
protagonistas de la anterior entrega (salvo Mickey Rourke, cuyo
personaje ni se menta) e incorpora a Jean-Claude Van Damme (y sus ojeras de politoxicómano) en el papel del pérfido
villano Villain (tampoco es un juego de palabras, ¿no?), al
cachocarne Scott
Adkins como lugarteniente del anterior, al yougurín
Liam Hemsworth (hermano de Thor y prometido de Hannah Montana: ¡toma c.v.!) como joven ¿promesa del género? y a la “china
genérica número 721” (una
tal Nan Yu) como contrapunto femenino de la viril pandilla
protagónica. Lo de Chuck Norris queda en cameo, aunque el recuerdo
de su barba de poriespan negro (enmarcada por unos acordes inmortales
de Morricone) sea a la postre una de las impresiones más memorables
de la cinta. El argumento se resume en una línea (Van Damme fastidia a los Mercenarios y éstos deciden cepillárselo
caiga quien caiga) y el resto es puro slapstick
de destrucción masiva (con sangre digital a borbotones) y un
atentado continuo contra los estándares narrativos, lógicos y
estéticos más elementales.
Así,
cuando Sly sonríe el celuloide se arruga produciendo el efecto
licuado de un cuadro de Dalí, y de esta grotesca imagen sólo logran
distraernos los omnipresentes bíceps de un Terry Crews cuyos únicos
méritos interpretativos son haber participado en unos extravagantes anuncios de Old Spice y haberse colado en un par de episodios de la
estupenda teleserie “The Newsroom” (otro día, si procede,
hablamos de ella). Schwarzenegger y Willis repiten con un par de
escenas más que en la primera entrega sólo para que sus nombres
puedan lucir bien grandes en el póster y Jet Li aparece diez minutos
para recordarnos que igual sale en la tercera (junto al confirmado
Nicolas Cage) si alguien lo echa de menos en ésta. Por su parte, y
como si de una Ana Obregón escandinava e hipertrofiada se tratase, el polivalente Dolph Lundgren se limita a aprovechar cualquier ocasión que le brinda el
libreto para recordarnos que es ingeniero químico. Finalmente Randy
Couture, que sólo tiene cuatro frases (y ninguna de más de cinco
palabras), se marca el momento más descacharrante (asumo que
involuntariamente) de la cinta al aparecer en una escena leyendo un
libro y hasta con las gafas puestas.
Tampoco
es que “Los mercenarios 2” engañe a nadie, claro. Se veía venir
desde el trailer, y aún desde el final de su primera entrega, que
esto no iba a ser “Centauros del desierto”, precisamente. Así
que lo más increíble, a la postre, es que un servidor haya ido a
ver semejante atentado contra el buen gusto por decisión propia y
hasta pagando el precio de la entrada (¡con la que está cayendo!).
Tal
vez no sea nostalgia. Tal vez se trate, simple y llanamente, de ser un poco
gilipollas.
15 comentarios:
Si con la peli me río la mitad que con tu crítica, habrá merecido la pena pagar el IVA de Mariano... y larga vida a todos los que creímos que el ejército tenía soldados universales, los polis se llamaban Cobretti y San Chuck estaba ahí para hacer aparecer a los desaparecidos en combate.
El día que nos cobren un plus por la nostalgia no habrá dinero que pague el cine.
Plas, plas, plas, plas...
PD: al final respondes a mi pregunta, ¿screener o taquilla?
PD2: ¿Cómo Sly pudo escribir/dirigir Rocky? Llevo dos décadas haciéndome esa pregunta.
Estimado señor, es de mi agrado invitarle a leer la batería de cinco artículos relativos a la poco conocida historia de la tecnología infrarroja alemana implementada en una reducida proporción de equipo militar durante las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial. Un saludo.
Anónimo: yo me reí mucho viendo la película, pero porque fui con quien fui y en el plan en el que fuimos. Si la llego a ver solo, igual hasta me salgo a mitad de peli de la sala...
David GB: estoy filosóficamente en contra de los screeners. Si voy a ver algo descargado de internet, prefiero esperar 6 meses y hacerlo en calidad HD (o al menos algo que se le parezca). No hay ninguna prisa en ver "Los mercenarios 2", créeme. Como si no la ves nunca, ya puestos. Seguro que tienes cosas mejores que hacer ;) Por otro lado, Sly sólo escribió "Rocky" (en una noche, dicen: una noche MUY inspirada); el director fue John G. Avildsen, responsable también de títulos como "Karate Kid" y sus secuelas. Es una película que me gusta bastante ("Rocky"), aunque la gran incógnita sobre su éxito es, al menos para mí, cómo pudo llevarse el Oscar a mejor película compitiendo con "Todos los hombres del presidente", "Network" y, sobre todo, "Taxi Driver" (Alvidsen ganó también como mejor director mientras que Scorsese ni siquiera estaba nominado). 5 años después Sly participaría en el guión de su otra gran película, "Acorralado", y desde entonces no hace más que vivir de rentas pasadas...
Arcana Mundi: estimado señor. Me importa un pimiento su batería de cinco artículos sobre "la poco conocida historia de la tecnología infrarroja alemana implementada en una reducida proporción de equipo militar durante las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial". De hecho, me repatean estas maniobras de spam indiscriminado que ni siquiera se disfrazan con un amable "Qué bueno lo tuyo, sigue así de bien" (léase con voz monocorde de Hal 9000). Sepa, no obstante, que siempre será bienvenido para opinar (a favor o en contra de la opinión del abajo firmante) sobre cualquiera de los temas que se traten en este blog. Para eso están los comentarios. Un saludo.
Me encantan estos post en los que, a partir de una película vamos a decir mala, das un repaso sentimental a aquellos tiempos de las tiendas de discos y los entrañables videoclubs. Sólo no estoy de acuerdo en una cosa: la SERIE de entonces fue “El equipo A”, que prefiero no volver a ver para no cargarme el recuerdo (ya que, la verdad, me temo lo peor…) y a la que lo único que le reprocho fue haber sentenciado la ya errática carrera del gran George Peppard.
Un saludo.
PS ahora que lo pienso: ¿soy el único que opina que los primero diez minutos de “Rambo”, la uno, son magistrales, y que si la película siguiera por ahí seria casi una obra maestra?
Saludos ochenteros.
No sabía que Avildsen había sido también el director de Rocky! (tenía tan asumido que era obra de Sly, que ni me he parado a mirar los créditos). Pero eso explica muchas cosas, porque Karate Kid me parece otra gran película (y con bastantes paralelismos, ahora que lo pienso).
Y lo del screener era por buscar una explicación, jeje. No te veía mucho de screeners, la verdad ;)
Banacek: muchas gracias por tu comentario y bienvenido al Abismo :) Es verdad eso que dices de "El equipo A": posiblemente sea la serie más recordada de aquella época. Al menos en nuestro país; no sé cómo estará la lucha de popularidad en EE.UU. (estoy seguro de que "MacGyver" allí es celebérrima; si hasta la mencionaban regularmente en los primeros episodios de "Los Simpson"...) Por otro lado, a mí me cuesta mucho reconciliar la imagen de George Peppard en "Desayuno con diamantes" con la del John "Hannibal" Smith de "El equipo A". La que no he visto es la serie de la que sale tu nick: he oído hablar a mis padres de ella, pero por cuestiones de edad (y de falta de reposiciones) me queda un poco a desmano... "Acorralado" (o "Rambo I") la vi por primera y última vez hace ya unos años, así que no la tengo tan fresca como para entrar en detalles. Aún así, recuerdo que me pareció una película muy potente en el sentido dramático, y que combinaba muy bien la acción con el mensaje social (que no está tan lejos de obras que gozan de un mayor prestigio cinematográfico... como "El cazador", por ejemplo)
David (GB): sí que hay unos cuantos rasgos temáticos comunes entre "Rocky" y "Karate Kid". Y probablemente también estilísticos, aunque tendría que revisar ambas películas para comprobarlo. La de Pat Morita y Ralph Macchio es un clásico incontestable de la infancia: ¿quién no hizo la grulla como Daniel-san y soñó con conocer algún día a una muchacha como Elisabeth Shue? Y aquel temazo de Joe Esposito...
No he visto, ni tengo intención de ver, ni esta ni la primera parte, pero creo excesiva la critica en el sentido de que como señalas es una peli que no engaña a nadie. Vas a lo que vas e imagino (o eso me han comentado quienes si la han visto) que da lo que promete, con lo que como minimo es honrada, no todas las peliculas pueden decir eso hoy en días.
No sé, Fer, tampoco creo que me haya ensañado. O igual sí, jajaja. Pero todo lo que he dicho ha sido sin acritud; sólo quería reírme un poco más a costa de la película, la cual sabía de antemano que iba a ser espantosa, así que no me siento engañado por lo que finalmente he visto. Lo realmente sorprendente es que sea mucho (pero muchísimo) más espantosa que la primera parte.
Jero, con tu crítica yo me puedo imaginar el toque que podría haber tenido la pelicula si la hubiese dirigido Tarantino... Me he reido con ella y he estado a punto de ir a verla estas vacaciones...pero al final caímos en el engaño de un Tim Burton productor... de ese no hay testimonios ? Lync
Me adelante, si lo hay... estos muchachos están en todo...Lync
http://www.youtube.com/watch?v=cyhz5oT_j3M
Demonios, Lync, ¿fuisteis a ver "Abraham Lincoln: cazador de vampiros"? :P
La verdad es que el 90% del mundo se lo pasa bien viendo esta pelicula. Algo tendra por muy de recochineo que sean nuestras criticas (me incluyo)
ElRinconDelTaradete (¿puedo llamarte Taradete para abreviar? jejeje): ante todo, bienvenido y muchas gracias por tu comentario. Yo creo que lo que tiene esta peli es un reparto que nos pone "tiernos" a los que nacimos y crecimos en un momento determinado. Y absolutamente nada más. De hecho, si se cambiase al elenco protagonista por otros actores cualesquiera (actores mejores, incluso... lo cual no sería difícil), la cinta perdería todo posible atractivo. "La nostalgia, la nostalgia..."
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