¿Nuevos aires?
Lamentablemente no. “Mátalos suavemente” pretende ser un híbrido
entre el expeditivo cine de gangsters de Martin Scorsese, la agudeza
introspectiva de los hermanos Coen y la pluma verborreica de Quentin
Tarantino. Lo cual no tendría por qué ser necesariamente malo si no
fuese porque la propuesta de Dominik (guionista además de director) deja las costuras perfectamente
a la vista y, peor todavía, no ofrece un argumento de peso que
sustente el copy & paste estilístico.
La cinta, basada en la novela "Cogan's Trade" de George V. Higgins, presenta
a Pitt como el metódico asesino a sueldo Jackie Cogan, contratado para
localizar a dos atracadores de perfil bajo que
irrumpieron escopeta en mano en una partida de cartas entre jefes
mafiosos, llevándose en la huida un botín considerable. Alrededor del asunto
orbitan una serie de personajes (el abogado que actúa como enlace
entre la mafia y Cogan, un gangster local sobre el que recaen
inicialmente las sospechas y otro asesino a sueldo inmerso en una
depresión autodestructiva) que aportan algo de sal a la receta, pero
cuyas subtramas no llegan en ningún caso a cuajar totalmente.
Lo cierto es que
“Mátalos suavemente” se percibe como una cinta dispersa, que
funciona mejor por escenas aisladas que en su conjunto. La excelente selección musical, la fabulosa fotografía a cargo de Greg Fraiser y
la gran variedad de recursos plásticos que Dominik
despliega en pantalla permiten percibir una inteligencia audiovisual
genuina, capaz de sacar gran partido a los (muy) puntuales estallidos
de violencia insertados en la trama. Sin embargo, el esfuerzo se queda en vacío
recurso estético cuando el guión insiste constantemente en cargar
las tintas en unos diálogos tan largos como insulsos que se adueñan
(por omnipresentes) de una historia que no necesitaba tanta
palabrería ni minutaje. Para mi desgracia, Dominik carece del nervio
de Scorsese, de la ironía nihilista de los Coen y del verbo ágil de
Tarantino.
Tampoco ayuda que
la interesante (a priori) crítica a la identidad ferozmente capitalista de los Estados Unidos que recorre el metraje desde sus primeros compases
quede finalmente explicitada de un modo tan torpe y directo. No creo
que haya nada menos sutil que oír a un personaje verbalizando frente
a cámara la lectura que debe hacer el espectador del material que
está viendo.
Hay poco que
reprochar, por otro lado, a un reparto verdaderamente entregado que,
además del de Pitt (contenido y solvente), incluye nombres tan
atractivos como los de Ray Liotta, Richard Jenkins, Sam Shepard (en
un cameo cuya duración se cuenta en segundos) y un soberbio James
Gandolfini, y que sirve de trampolín a un reconocimiento
mayor para Scoot McNairy y Ben Mendelsohn, que interpretan a los
atracadores marginales que dan el golpe en la timba. No es
suficiente, ni con estos estupendos actores ni con el buen hacer de
Dominik en el terreno estrictamente formal, para despertarme un
interés real por lo que el cineasta australiano pretende contarme.
“Mátalos
suavemente” me parece, en fin, un bello y pretencioso ejercicio de
posmodernismo mal entendido. Y si ya antes me daba pereza enfrentarme
a “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford”, ahora
ni os cuento.
4 comentarios:
Con ese título, ya no figuraba entre mis aspiraciones (a pesar del reparto)... me encantan los "pie de foto" de cada una de las imagenes...sobretodo el de la última! ;-) Lync
A mí el título no me suena tan mal en inglés. Supongo que porque me gusta bastante la canción de Roberta Flack. Me alegro de que te gusten mis pies, tío. No va con segundas, tranquilo ;)
Yo tampoco he visto el anterior trabajo del dúo Dominik/Pitt, pero "Mátalos suavemente", si bien no me ha entusiasmado, sí que lo considero un título muy interesante. En un principio sí que puede parecer que los largos diálogos es un intento de seguir la estela de Tarantino, pero por lo que he leído parece ser que procede de la novela original (no lo he podido comprobar personalmente).
A mí me atrae la película precisamente por su heterodoxia, por huir de los lugares comunes, por pararse en los tiempos muertos antes que en la acción, pero, al mismo tiempo, me resulta muy cargante su artificio visual hasta caer en el manierismo más vacío.
Andrew Dominik nos ofrece en 'Mátalos suavemente' un thriller intenso, con ritmo, repleto de escenas vibrantes y diálogos frescos, con humor y drama, una película de factura clásica pero que debe gran parte de sus hallazgos a contemporáneos como Tarantino o Michael Mann. La escena entre Brad Pitt y Tony Soprano, James Gandolfini, es soberbia. No es una obra maestra pero defraudará a pocos. Un saludo!!!
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