Si de algo no
puede quejarse el guionista escocés Grant Morrison (“Flex Mentallo”, "Los Invisibles", “All-Star Superman”) es
de que en DC Comics no le hayan dejado hacer (casi siempre) lo que le
dé la real gana. Sólo a él se le podría haber ocurrido a mediados
de la década pasada erigir un macroproyecto de siete series
limitadas argumentalmente interrelacionadas que únicamente
alcanzasen pleno sentido al ser leídas en el orden correcto. Un
concepto (casi) revolucionario, inspirado en unos “Siete Soldados
de la Victoria” originalmente creados por Mort Weisinger y Mort
Meskin, y que tiene mucho que ver con la propuesta que Jack Kirby
había hecho a la empresa propietaria de Superman y Batman tres
décadas atrás y que dio lugar al llamado “Cuarto Mundo”.
El asunto suena
complejo y requiere explicación: Morrison escribió siete
colecciones de cuatro números cada una, dibujadas por otros tantos
(y alguno más) dibujantes diferentes y protagonizadas
respectivamente por siete héroes que nunca llegan a cruzar sus
caminos, pero cuyas andanzas transcurren en paralelo y tienen
incidencia directa en las del resto de caracteres. Las miniseries,
publicadas en EE.UU. simultáneamente durante cuatro meses, fueron
las siguientes:
Zatanna
Hechicera
palindrómica que tanto se codea con la Liga de la Justicia como con el
menos glamouroso John Constantine, la hija del difunto Giovanni
Zatara fue creada en 1964 por Gardner Fox y James Murphy, y desde
entonces ha sido un personaje recurrente en el submundo mágico del
universo DC. En esta ocasión se nos presenta como una super-heroína
frustrada que acude a grupos de autoayuda y recurre a los saberes
arcanos para poner fin a su soltería invocando al hombre de sus
sueños... con desastrosos resultados, por supuesto. El espléndido
dibujo de Ryan Sook, deudor de Adam Hughes, ofrece algunos diseños
de página de lo más interesantes.
Guardián de
Manhattan
Puesta al día
del Guardián, otra antigua idea de Jack Kirby, la versión ofrecida
por Morrison convierte al ex-policía Jake Jordan en el héroe a
sueldo del periódico “The Manhattan Guardian”, un estrambótico
diario que utiliza a una legión de niños como redactores. Cameron
Stewart ilustra esta alocada historia con ribetes de la Edad de Plata
en la que se combinan piratas del metro de Nueva York, parques
temáticos homicidas y monstruos clásicos del cine mudo.
Caballero
Brillante
Único de los
Siete Soldados originales (los de Weisinger y Meskin) con título
propio en el puzzle morrisoniano, el caballero Justin es el último
superviviente de una primigenia Camelot (la del rey Arturo) masacrada
hace milenios por los Sheeda: una grotesca raza de ¿hadas? llegadas
desde un lugar remoto conocido como Final del
Verano. Escapando de la debacle de Avalon, Justin atravesará el
espacio-tiempo para caer en la Nueva York del momento presente, justo
a tiempo para una nueva invasión de los Sheeda. “Caballero
Brillante” es la miniserie más relacionada con la trama principal
de “Los Siete Soldados de la Victoria”, y está narrada de un
modo ligeramente confuso por el vistoso artista italiano Simone
Bianchi.
Klarion
Aparecido por vez
primera en 1973 en las páginas de “The Demon” (oh, vaya, Kirby
de nuevo), Klarion es un niño brujo que vive en el mundo subterráneo
de Villa Limbo, donde los cadáveres se levantan de nuevo como mano
de obra, convertidos en hombres
Grundy (en alusión al villano
clásico de Green Lantern, Solomon Grundy), y el fanatismo religioso
campa a sus anchas en una sociedad que remite directamente al
Puritanismo norteamericano del siglo XVII. El personal, atmosférico
y expresivo estilo gráfico de Frazer Irving eleva notablemente la
calidad de la miniserie más discreta de las siete que constituyen
este fresco super-heroico (en mi nada modesta pero siempre discutible
opinión, claro).
Bulleteer
Creación
original de Morrison y del excelente dibujante Yanick Paquette
(aunque inspirada en el personaje Bulletgirl que DC compró a Fawcett
Comics en 1972), Bulleteer es Alix Harrower, esposa cornuda de un
científico fetichista de las lolitas enmascaradas que convierte por
accidente a su mujer en una invulnerable escultura viva de metal. Los
conflictos matrimoniales, las convenciones de héroes en horas bajas
y las webs de super-pornografía se dan la mano en la cabecera más plena de inventiva del conjunto.
Frankenstein
Desvarío pulp
tan divertido como intrascendente (entiéndase todo ello en el mejor
de los sentidos), la versión que Morrison propone de la criatura
literaria creada por Mary Shelley tiene más que ver con el
“Hellboy”de Mike Mignola (monstruo cazador de monstruos al
servicio de una organización secreta internacional) que con la
clásica encarnación victoriana del Moderno Prometeo. Dramáticamente
inerte, este carrusel de acción e ideas extravagantes funciona a las
mil maravillas gracias a la fantástica labor artística de Doug
Mahnke. Tanto, que incluso se ha ganado una colección regular propia
entre las recientes Nuevas 52 de DC Comics. Lamentablemente, en
manos de otros autores.
Mister Milagro
Enésimo remake de
un personaje creado por Kirby en estos Siete Soldados, Shylo Norman
es un super-escapista de gran presencia mediática que acomete su
número más peligroso: superar la gravedad aplastante del interior
de un agujero negro (es Morrison, gente: sabíais a lo que veníais). La
cosa se complicará cuando Norman capture la atención de un oscuro
grupo de ¿mafiosos? ¿deidades cósmicas? que se reúne en el
misterioso club Dark Side. El “Cuarto Mundo” es revisitado aquí
por el chamán alopécico para poner en marcha los acontecimientos
que mucho después conducirían al crossover “Crisis Final”,
del mismo modo en que anteriormente el guionista había plantado las
semillas de “Los Siete Soldados de la Victoria” en las páginas
de “JLA: Clasificado” (en las que había presentado fugazmente a
los Sheeda). Pese al innegable interés de esta “Mister Milagro”,
el baile de dibujantes (de Pasqual Ferry a Freddie E. Williams II
pasando por el discreto Billy Dallas Patton en sólo cuatro números)
actúa en perjuicio del balance global de la miniserie.
Además de los
siete títulos que componen el corpus central del proyecto, Morrison
escribió un capítulo de presentación (el número 0 de “Los Siete
Soldados de la Victoria”) y un epílogo coral (el numero 1) en el
que se ataban (casi) todos los cabos que cada una de las siete
miniseries había dejado sueltos y donde se ofrecía una conclusión
satisfactoria a la trama principal de la invasión Sheeda. Ambos
números suponen sendas cumbres cualitativas del proyecto y fueron
dibujados por el inigualable J. H. Williams III, a quien los
lectores de “Promethea” (aquella soberbia meta-fantasía onírica
escrita por Alan Moore para sus America's Best Comics) recordarán
como uno de los artistas más polivalentes (por su variedad de
registros), inventivos (por su capacidad para la composición de
página) y admirables (por la belleza incontestable de su trazo
detallista) del actual panorama mainstream
USAmericano.
La edición
española de “Los Siete Soldados de la Victoria” a cargo de Planeta de Agostini se llevó a cabo en siete tomos mensuales, dedicados
cada uno a un personaje distinto, además de dos tebeos de grapa (los números 0 y 1) publicados en los meses inmediatamente anterior y posterior al primer y último tomos, trastocando el plan original de
lanzar simultáneamente cada episodio de las distintas miniseries
y ofreciendo una imagen de conjunto distorsionada en la que resultaba
complicado identificar todos los puntos de tangencia entre unas y
otras cabeceras. Releídos ahora en el orden diseñado por Morrison,
estos “Siete Soldados de la Victoria” me han parecido una nueva
demostración del talento de un escritor genial aunque excesivamente
convencido de su propia genialidad, probablemente más inspirado en
el terreno de las ideas que en el de los resultados.
Arriesgada, densa
y siempre entretenida (incluso en sus momentos más bajos), “Los
Siete Soldados de la Victoria” padece una acusada dispersión
narrativa, un cripticismo en ocasiones gratuito y una inevitable
irregularidad en el aspecto visual. Se trata de un festín de
referencias cruzadas y tramas intencionadamente enmarañadas que
resultará indigerible para el neófito pero muy sugerente para el
lector iniciado: una de las propuestas más ambiciosas y sorprendentes de cuantas hemos disfrutado dentro de la
continuidad oficial del universo DC en los últimos 10 años.
Un tebeo muy bueno, muy irregular y decididamente no apto para todos los públicos.
7 comentarios:
Buenas, una entrada estupenda de un material que personalmente no conocía. Me gusta Morrison, pero no le sigo al fin del mundo y descubrir un título tan interesante como aquí se presenta es algo estimulante.
Edición "definitiva" en ciernes o el material por vd comentado es el único disponible en castellano???
Sea como fuere me lo apunto!
Saludos en paralelo.
Uno de esos cómics de los que he escuchado bastantes cosas, la mayoría de ellas buenas.
Curioso tu comentario sobre las similitudes Hellboy-Frankestein, porque es justo lo que me venía a la cabeza leyendo la nueva serie de Frank escrita por Jeff Lemire (incluso hay parecido entre los secundarios: Abe Sapien y la Dra. Nina, por ejemplo).
A mí el nuevo Frankenstein sí me gusta, sin haber leído la revisión original de Morrison en la que se inspira. Es verdad que el cómic de Lemire está cargado de clichés y tiene la profundidad de un charco, pero me parece un pulp muy divertido. Como curiosidad, "el Moderno Prometeo" lleva saliendo en los cómics DC desde los albores de la editorial, si no recuerdo mal, la primera vez en un Detective Comics enfrentándose a Batman.
Iñaki: que yo sepa no hay ninguna reedición anunciada, así que la de Planeta es la única versión disponible en nuestro país (bueno, a saber, después del cambio de derechos y todo el rollo de deshacerse del stock igual ya está ilocalizable en tiendas). De todos modos, siendo Morrison y tal y como está la política de reediciones de ECC (que están recuperando mucho material de la última década en tomos recopilatorios), estoy convencido de que en un par de años tendremos una nueva edición.
David GB: el "Frankenstein, agent of S.H.A.D.E." de Lemire y Ponticelli me parece una versión descafeinada del de Morrison y Mahnke. Presenta algunas buenas ideas y el dibujo tiene personalidad, pero no me parece uno de esos títulos en los que dejarse el dinero mes a mes. Leí hasta el crossover con OMAC y decidí que tampoco me estaba aportando demasiado. Quizás con la sustitución de Lemire por Matt Kindt a los guiones la cosa haya ido a mejor, quién sabe... Vamos, que si te gusta el nuevo Frankie, el de Morrison te va a encantar. No sabía que el monstruo de la Shelley se había partida la cara con Batman, pero no me sorprende: estar libre de derechos tiene resultados como ése...
De lo peor de Morrison. Parece como si el escocés se hubiera embarcado con Alan Moore en convertir sus cómics en ejercicios de arqueología plagados de referencias nostálgicas que sólo comprenden cuatro iniciados, y en las que, de vez en cuando, de atisba en el horizonte el esbozo de una historia con planteamiento, nudo y desenlace. Para tebeos de superhéroes buenos de verdad recomiendo leer 'Empire', de Mark Waid; 'Next Men' de John Byrne o el 'Starman' de Robinson y Harris.
Bienvenido al Abismo y gracias por su comentario, doctor. Disiento sobre que estos "Siete Soldados" sean de lo peor de Morrison: trabajos más conocidos del escocés como "New X-Men", "Crisis Final" o su larga y todavía inconclusa etapa en "Batman" me parecen bastante inferiores (pese a sus puntuales destellos de calidad, sobre todo en la cabecera mutante). Ya no digamos obras menores como "Sebastian O" o "Skrull kill krew". De Moore, por otro lado, yo no tengo queja alguna: en mayor o menor medida me gusta prácticamente todo lo que hace (dejemos a un lado encargos alimenticios como "Violator" o "Spawn: Blood feud"). Su producción para America's Best Comics me parece impecable y su último proyecto fuera del mainstream, "Lost Girls", es una obra deliciosa. Aunque tal vez yo sea, sin saberlo, uno de esos "iniciados" que se relame con cada nueva referencia velada incluida en su trabajo. "Empire" la leí hace muchos años, cuando se publicó serializada en nuestro país, y me dejó un poco frio. La premisa era interesante, pero creo que Waid no acabó de redondear el guión. Y Barry Kitson por otro lado me parece un dibujante del montón. "Starman", en cambio, sí me parece un maravilloso tebeo de super-héroes. Lo decía por aquí hace un tiempo. "Next Men" no la he leído, aunque tengo buenas referencias sobre ella. De hecho, no recuerdo haber leído nada de John Byrne como autor completo; laguna que pienso subsanar en cuanto ECC reedite su "Superman" post-Crisis.
El problema de Morrison es que es como una caja de bombones: cuando abres uno de us cómics no sabes los que te vas a encontrar, al Morrison bueno (We3, JLA, Arkham Asylum), o al malo, (Final Crisis, Batman: RIP). Y de Byrne, qué decir... Tendrá sus cosas, pero cuando quería el tío era DIOS: la mayoría de los guionistas DC de hoy en día están en deuda con su etapa en Superman, lo que hizo en los X-Men y los Cuatro Fantásticos aún está por ser superado, (¿Hickman?, ¿Millar?, ¡ja!, no me hagáis reír), y sus Next Men le devolvieron el lstre al género de superhéroes en una época en que todo eran músculos anabolizados, frases supuestamente 'guays' y armas ridículamente grandes. Y el Superman post-Crisis de ECC va pa' la saca, fijo.
XD
Gracias por tu comentario, Mario, y perdona el retraso en mi respuesta. Llevo unos días alejado del blog-verso. Yo creo que si Morrison la caga casi tanto como acierta es por el gran riesgo que entrañan normalmente sus propuestas. También influye, claro, el hecho de que el tipo esté absolutamente encantado de haberse conocido y crea que todo lo que sale de su pluma es una genialidad. Sobre Byrne, ya digo, poco puedo opinar: mi conocimiento de su trabajo es muy limitado, aunque tengo muchas ganas de leer alguno de sus trabajos como autor completo. Tu recomendación de su Superman no hace sino redundar en mis propias ganas de acercarme a ese material. En cuanto se publique me lo pillo :D Por otro lado, aún no he leído los 4F de Hickman (que me despiertan mucha curiosidad), pero lo que hizo Millar con la Primera Familia Marvel me parece de lo más discretito. Como casi todo lo que viene haciendo el escocés desde los tiempos de "The Ultimates", por otro lado...
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