miércoles, abril 22, 2009

El buen pirata

En mi ruta mañanera de webs, blogs y demás espacios virtuales habituales, me he encontrado con un interesantísimo artículo firmado por Hernán Casciari para su vitácora “Espoiler” (un lugar estupendo donde enterarse de qué se cuece en el mundo televisivo). El artículo en cuestión reflexiona sobre la polémica levantada por las declaraciones de la nueva ministra de cultura, Ángeles González-Sinde, acerca de la piratería informática (nada que ver con esos señores somalíes que atacan barcos en alta mar). Personalmente el término “piratería” no me gusta demasiado, creo que Tote King dejó muy claras sus connotaciones en un corte (hablado por David Bravo) de su disco “Un tipo cualquiera”, que suscribo al 100%. Podéis escucharlo aquí.

Pero en fin, iré al grano.

Se hace difícil juzgar las intenciones del texto, porque el blog de Casciari está alojado en ElPais.com, medio de comunicación de gran afinidad (siendo delicados) con el partido que gobierna España, y porque por mucho que en el artículo de marras critique la emisión de contenidos sin subtítulos (o con subtítulos de dudosa calidad) de Digital +, su autor firma todos los meses algún artículo publicado en la revista para socios de dicha plataforma de televisión por satélite (y asumo, por tanto, que su crítica no es más que una de cal para suavizar el texto y pretender equiparar al autor con el “hombre/internauta de la calle”). Digital +, por cierto, pertenece al mismo grupo mediático que el diario “El País”, con lo que ya veis que todo queda en casa.

No obstante, eso no es óbice para que el analista televisivo no tenga parte de razón en lo que dice. Al menos en lo que se refiere a la remuneración del trabajo bien hecho a sus autores. Descargar artículos de ocio de forma indiscriminada me parece, en cierta medida, inmoral.

(Ahora es cuando soltáis a los perros, lo sé, pero prometo no echar a correr antes de explicarme).

Existen tantas opiniones sobre este asunto como usuarios, así que me veo irremediablemente obligado a personalizar. En mi caso, no puedo negar que hago un gran uso de las descargas de archivos, ya sea con servidores estilo Rapidshare o Megaupload como con programas P2P como eMule, pero intento respetar una suerte de código ético que, al menos, me hace dormir mejor por las noches. Este código ético (que algunos podréis tachar de inocentón y simplista), se concreta en los siguientes tres puntos:


1- Nunca veo una película bajada de internet (independientemente de la calidad de la copia) si puedo verla en cine. Por un lado, porque la experiencia no es comparable a ningún nivel. Por el otro, porque ir al cine una vez a la semana no es un derroche tan exagerado para según qué personas (entre las que me incluyo), teniendo en cuenta que existen infinidad de cosas intelectualmente menos enriquecedoras y mucho más caras en las que a veces gastamos tontamente nuestro dinero (por ejemplo, aunque no exclusivamente, las copas que uno se mete en el cuerpo cuando sale de marcha). Esta primera norma de mi dudoso código ético pretende que, al menos en lo que a mí respecta, los exhibidores de cine no se arruinen y dentro de 20 años sigamos pudiendo ver estupendas películas en pantalla grande y, al mismo tiempo, que un servidor no se sienta culpable por descargarse cintas como la muy reciente “Déjame entrar”, que en el momento de su estreno en salas no ha contado con ninguna mísera copia en toda la comunidad autónoma gallega (y es que, reconozcámoslo, algunas distribuidoras sencillamente se lo buscan).


2- Si algo me gusta de verdad, acabo pasando por caja. Echando cuentas, puedo afirmar con rotundidad que desde que me descargo ocio por internet compro más que antes. Así, me gusta tener mis DVD’s originales de “Lost”, “Six feet under”, “Futurama”, “Samurai champloo”, “The wire” o “Deadwood” (¿para cuándo las terceras temporadas de estas dos últimas?), buenas ediciones (cargadas de extras, documentales y audiocomentarios) de mis pelis favoritas y, cuando el año va llegando a su fin, no faltan en mi carta de Reyes algunos de los discos de música que más me han entusiasmado a lo largo de los 365 días precedentes (estas Navidades, entre padres, hermanos, padrinos y demás familia me hice con 5 de los 10 que conformaban mi Top 10 2008, otro ya lo tenía desde el día mismo de su lanzamiento y el resto esperaré a adquirirlos cuando los rebajen a la “serie media”... pero eso no es ilegal, ¿no?). A mayores, también es cierto que desde que descargo música he ido a muchísimos más conciertos de grupos que de otro modo no hubiera conocido porque no me habría arriesgado a comprarme sus discos sin haberlos escuchado antes (véase Russian Red o Quique González). No quiere esto decir que el precio de los CD’s de música no sea abusivo, pero lo que está claro es que tampoco aquí es todo blanco o negro. ¿Mi última adquisición? ¡Esta preciosidad! (editada en una elegante caja en blanco y negro):


3- Los libros y los comics no se descargan. Si en el caso del cine la experiencia varía muchísimo de la sala de proyecciones a la pantalla de PC, en el de las lecturas podríamos decir que pierde rotundamente todo su encanto. Aunque sé que hay mucha gente a la que no le molesta en absoluto, yo soy incapaz de leerme un libro en la pantalla del ordenador o incluso impreso en folios en blanco. Me parece, sin ánimo de ofender, una pequeña aberración. Además, si uno realmente quiere leer un libro sin pagarlo siempre tiene la posibilidad de conseguirlo en la biblioteca más cercana (que en España hay muchas, y algunas especialmente bien surtidas). Y si no, tampoco creo yo que los libros sean los bienes de consumo más caros, teniendo en cuenta que una edición de bolsillo de “1984”, “El retrato de Dorian Gray” o “Rayuela” no va a pasar de los 12-15 € y te va a dar muchas horas de buena literatura. En cuanto al comic, leer en una pantalla de ordenador un tebeo previamente escaneado desvirtúa totalmente el concepto de composición de página (intentad leeros el “Promethea” de Moore y Williams III o el “Jimmy Corrigan” de Ware en vuestro portátil y ya me contaréis qué tal).


Debo reconocer que yo he descargado algún comic por P2P, pero en mi defensa añadiré que se trataba de obras totalmente descatalogadas e imposibles de conseguir en nuestro país (e incluso en el extranjero por problemas de derechos), como el “Miracleman” de Alan Moore y Neil Gaiman, el “Daredevil” de Ann Nocenti o las historias cortas de Shintaro Kago (que ni siquiera existen en lengua castellana). De hecho, me resisto a bajarme el “Flex Mentallo” de Grant Morrison y Frank Quitely por si sucede el milagro y alguien tiene la bondad de publicarlo en nuestro país (si se ha podido con “Cerebus”, impossible is nothing).


Enunciados mis “3 mandamientos del buen pirata”, supongo que a algunos les parecerá que busco justificarme (como si eso me importase un rábano, visto el panorama), y a otros que estas medidas éticas no cambiarán nada y que por tanto es inútil adoptarlas. Tampoco yo quiero insinuar que mi comportamiento sea el correcto, tan sólo hacer entender que considero necesario que cada uno reflexione acerca de la mal llamada “piratería” y sus posibles repercusiones y obre en consecuencia, en lugar de simplemente disfrutar del pillaje sin plantearse que tal vez el día de mañana sea su propio trabajo el que no esté recibiendo el merecido beneficio económico (así como un cierto respeto artístico) mientras todo el mundo lo disfruta de forma indiscriminada.

Probablemente el soporte físico del cine y la música haya muerto y él aún no lo sepa (o se está haciendo el sueco), y quizás el futuro del tebeo pase por los webcomics y el de los libros por los lectores de e-books, pero está claro que o bien volvemos al trueque o bien la gratuidad del ocio acabará por pasarle factura a los autores, esas personas que con sus ideas, textos, imágenes y melodías nos hacen la vida un poco más agradable...

(Y dicho esto... ¡a correr!)

7 comentarios:

El chache dijo...

Yo solo veo peliculas por internet que ya he visto en el cine y que me apetece volver a ver antes de que salga en dvd.
Un saludete

marguis dijo...

Yo mas o menos, supongo que sigo tus "Mandamientos del buen pirata", voy al cine una o dos veces a la semana, solo me suelo bajar películas que, o bien son inencontrables, tipo serie B truño del año pum, la mayoría de las pelis orientales que nunca se les antoja poner en el cine y en fin, pelis raras que me canso de esperar porque ya hace años que se estrenaron en festivales y aquí no se las ve ni en sueños (por suerte en mi caso "Déjame Entrar" la han estrenado en una sola sala en V.O.)
Es verdad que me bajo TODAS las series que veo... en mi caso empezó porque la cadena que emitía Buffy al principio (el canal plus) durante el verano, decidió que emitiría las dos primeras temporadas dos años seguidos si emitir la tercera... y la paciencia de una tiene sus límites, harta de ser maltratada de forma tan vil, empecé con Buffy (que me acabé comprando entera), continue con Angel (que también tengo entera), hasta hoy... que soy incapaz de ver una serie por la tele (porque me pone nerviosa el doblaje y los anuncios), además si trabajo... es que no puedo ver nada a su hora!!!
He lído libros por mi tft, pero cansa muuucho, así que lo he dejado estar, además, leedora compulsiva como soy, leo mas rápido en papel.

Lo que creo yo es que todo este empeño por prohibir todos y cada uno de nuestros actos "delictivos" no va a llegar a ningún sitio. Inetrnet, el fenómeno, se ha hecho demasiado grande, en vez de pararlo, deberían asumirlo e integrarse, me gusta, por ejemplo que en el Reino Unido, muchas cosas que emiten por la tele sean luego libres y te las puedas descargar y ver sin sentirte un miserable. Las descargas de capítulos de Heroes cuando empezó la temporada, fue notado por los productores de la serie como un buen signo de su triunfo, no como un maldito robo.
Hay que moverse con el progreso, no ponerle trabas.


Y lo he vuelto a hacer. Me he enrollado como una persiana.
Que sepas que la culpa es tuya por proponer temas interesantes.
:P

Francisco J. Ortiz dijo...

Amigo, comparta o no tus apreciaciones, no me parecen nada peregrinas, ni simplistas, ni siquiera inocentes. Es un código ético personal, y como tal hay que respetarlo.

Personalmente, no comparto contigo el primer punto, más que por el dinero -que también-, por el tiempo: uno no siempre puede permitirse ir al cine cuando quiere.

En lo que sí coincido es en el segundo: independientemente de cómo vea uno determinada película, lo que me interesa de verdad lo acabo comprando.

Y también coincido en lo tercero: apenas he bajado algún cómic o revista, y siempre cosas inéditas en inglés. Lo que está editado en español, lo compro y lo leo como Dios manda: en papel.

Un abrazo y sigue así... Un blog muy interesante el tuyo.

Ѕilυiα dijo...

¿Cuanto dinero te gastas al mes en esas cosas pequeño ociópata? :p

Yo discos de gente que de verdad me gusta y admiro si que compro, pero películas no...

Jero Piñeiro dijo...

Fran: ante todo, devolverte el elogio porque tu blog está de puta madre... ¡Te has ganado un lector! Por otro lado, lo del cine tampoco puede tomarse de forma muy estricta: yo tengo la suerte de que a 500 metros de mi piso hay unos multicines (bastante malos, pero dan películas, qué carajo) así que tardo menos en ir allí y mirar la cartelera que en acercarme a un video-club a alquilar. En las ciudades grandes (yo vivo en una pequeñita, Santiago de Compostela) entiendo que es mucho más pesado desplazarse hasta el cine, que no es algo que se pueda improvisar tanto... En el caso de los comics, descargarlos me parece un pecado y una desnaturalización absoluta del medio (si ya el color de algunas reediciones es de escándalo, ni te cuento el aspecto que lucen en una pantalla) y sólo lo entiendo, como tú, para cosas imposibles de encontrar en nuestro mercado (y que, por tanto, no podríamos adquirir legalmente aunque quisiéramos). Yo además soy muy fetichista con el ocio, me gusta poder tocar los libros, los comics, los discos; me gusta verlos en mi estantería con los lomos alineados y todas esas cosas, jejejeje... Pero bueno, como dice Silvia, ¡soy un ociópata!

Silvia: ¡ahí le has dado! No puedo negar que me gasto mis buenos dineros en ocio, pero también es cierto que lo disfruto muchísimo (el ocio, no el gasto, jejeje). En series de tv y películas en DVD no gasto mucho: del cine reciente apenas compro nada (creo que de las pelis que se estrenan actualmente, sólo 4 ó 5 al año merece la pena verlas más de una vez después de su estreno en cines). Las series las compro de forma muy esporádica (la única con la que realmente me sangré el bolsillo fue "Six feet under", que me la compré casi al ritmo que la iba viendo porque ya estaban editadas en DVD las 5 temporadas... menudo vicio, jejeje) y no suelo comprarme más de 10 ó 12 discos al año, y si puedo espero a que salgan a buen precio. Los discos (al igual que los DVD's) se rebajan escandalosamente en cuestión de 12-18 meses, salvo los de grupos míticos como Queen, Pink Floyd o The Beatles, que casi siempre te los encuentras a más de 18 €.

Yo, al igual que tú, sí me compro algunos discos de grupos o artistas justo cuando salen, antes incluso de haberlos escuchado (el último de Bubnury, sin ir más lejos, me lo compré el mismo día de su lanzamiento, y seguro que cuando Muse o Arcade Fire editen nuevo álbum no me lo pensaré dos veces para hacerme con él).

En lo que sí me gasto un dineral es en comics. No me atrevo a hacer un cálculo del gasto mensual porque igual me deprimo, pero está claro que no baja de los 100 €...

Ahora bien, todo esto tiene un par de trucos, jeje:

1) Vivo con mi hermano (que es además mi mejor amigo) y los dos compartimos prácticamente todo nuestro ocio. Vemos las mismas series (o casi), leemos los mismos comics (aunque a uno le gusten más unos y a otro, otros) y sólo diferimos ampliamente en la música (pero casi mejor, porque así aprendemos el uno del otro). Vamos, que en casi todos los gastos ociopáticos vamos a medias, con lo que el gasto individual es mucho menor que el disfrute real obtenido.

2) Tenemos mucha familia con la que además mantenemos una relación inmejorable, por lo que en las celebraciones (cumpleaños, navidades) aprovechamos para dejar caer que nos gusta tal o cual peli, disco o libro, con lo que los artículos más caros (recopilatorios en tapas duras, temporadas de series de TV, discos en edición de coleccionista) suelen correr de la cuenta de algún padrino o madrina generoso, jejeje...

Ѕilυiα dijo...

Jero... entonces si compartes con tu hermano otra cosica es... pensaba que te gastabas más con toda la música que te gusta, series y demás...

Lo de los cómics es entendible siendo dibujante y dedicándote a eso... yo me gasto mis dineros en ropa... jajaja... que le vamos a hacer :)

villaviciosin dijo...

Me mola el restyling del blog. A ver cuando nos vemos, que tenemos asuntos alimentarios pendientes