martes, julio 19, 2011

Ascenso y caída de Bruce Wayne y los hombres murciélago de Gotham

Grant Morrison es un guionista al que le gusta meterse en berenjenales: tomar conceptos clásicos y llevarlos hasta extremos a los que nadie haya llegado antes. Tal vez por eso sus etapas al frente de cabeceras segundonas (hasta aquel momento) como “Animal Man” o “Doom Patrol” fueron recibidas a finales de los 80 y principios de los 90 como un soplo de aire fresco dentro de una industria, la norteamericana, que ya estaba al rojo vivo gracias a la fértil creatividad de la British Invasion tebeística (Alan Moore, Neil Gaiman, Jamie Delano...) También por eso sus obras personales son a veces demasiado personales, y cuando uno las lee (caso de “Los Invisibles” o “El Asco”) no consigue quitarse de encima la sensación de estar perdido en una ensalada de referencias, recursos metalingüísticos y boutades escatológico-lisérgico-sexuales de difícil decodificación. Últimamente, el escocés ha venido desempeñando una importante labor como ideólogo del actual universo super-heroico de DC Comics, colaborando en títulos troncales como la deliciosa “Los siete soldados de la victoria”, la olvidable “52” y la irregular “Crisis final”, aportando además una glamourosa revisión del mito fundacional kryptoniano, fuera de continuidad, en la exquisita “All-Star Superman”. Su último gran movimiento dentro de la editorial, al menos en lo que respecta a lo publicado en nuestro país, es una extensa saga protagonizada por Batman que ha reescrito su mitología de un modo difícilmente imaginable.


Acompañado por una pléyade de dibujantes que van de lo sublime (el exiguo Frank Quitely o el siempre sorprendente J.H.Williams III) a lo horripilante (Georges Janty o Tony Daniel), pasando por la mediocridad del supuesto dibujante titular, el sobrevalorado Andy Kubert, Morrison comienza su andadura dándole a Bruce Wayne un hijo, el díscolo Damian, para luego introducirlo en una trama de conspiraciones ancestrales, guerras entre dioses y viajes en el tiempo que en ocasiones se asemeja más a un trabalenguas impronunciable que a un argumento con una presentación, un nudo y un desenlace perfectamente reconocibles.


La incontinencia creativa de Morrison, ésa que lo posee con la necesidad de introducir diez ideas bizarras por página, le juega aquí una mala pasada al impedirle reconocer que, por primera vez en mucho tiempo, su propuesta no sólo no es novedosa, sino que cae directamente en el terreno del autoplagio. Más allá de las obsesiones recurrentes del guionista (¿alguien ha dicho "viajes en el tiempo"?), su epopeya gothamita posee tantos paralelismos con su propio trabajo en los “New X-Men” de Marvel Comics que asusta. El concepto de Batman Inc., con rueda de prensa incluida, discurre paralelo a la fundación de una Patrulla X internacional con sede en las distintas capitales del mundo. La presencia de un misterioso enmascarado llamado Oberon Sexton recuerda poderosamente (así como su ridículo desenmascaramiento) a cierto tipo con el rostro oculto que Grant introdujo sin asomo de rubor en su etapa al frente de la franquicia mutante. También esa presencia antediluviana (llamémosle Barbatos) comparte aspectos en común con el enemigo definitivo de los mutantes que Morrison se sacó de la chistera en la saga “Aquí llega el mañana” (que culminaba su estancia entre los homo superior). Y, por supuesto, la respuesta a todos los grandes enigmas llega en ambos casos en un conflicto que arrastra a nuestros héroes al final de todas las cosas, en un futuro lejano donde la integridad misma del espacio-tiempo está a punto de rasgarse.


Posiblemente no me sentiría tan decepcionado si estas mismas ideas, interesantes pese a la inevitable sensación de déjà vu, se hubiesen plasmado en viñetas de un modo divertido, ágil y dinámico. Pero el Batman de Morrison y cía resulta, salvo momentos muy puntuales (sus primeros capítulos o los tres dibujados por el mentado Quitely), una lectura farragosa que hay que seguir con lápiz y papel a mano, pues las piezas del puzzle argumental chirrían tanto al encajar unas con otras que en multitud de ocasiones me han asaltado dos pensamientos: un primero que reza “¿de dónde demonios sale esto?” y un segundo que responde “¿y a mí qué rábanos me importa?”.

Independientemente de la mayor o menor calidad del tebeo, reconozco que existe otro impedimento, éste profundamente personal, que me impide disfrutar del Batman de Morrison. Se trata del concepto mismo en que se asienta la narración: éste no es mi Batman.


Está claro que un personaje con tantas décadas de historias a sus espaldas, con tantísimas encarnaciones distintas (muchas irreconciliables e incluso contradictorias), admite la reinvención propuesta por el guionista escocés tan bien (o mal) como cualquiera de las precedentes. El problema, mi problema, es que no todas esas versiones de Bruce Wayne y su alter ego noctámbulo me atraen. Mi Batman es otro: uno que no lucha contra deidades alienígenas, que no viaja en el tiempo ni se enfrenta a amenazas de índole metafísica. Mi Batman es el detective, el justiciero urbano, el hombre más peligroso en un mundo de hombres (locos, la mayoría, pero hombres). El Batman de “Año uno”, “El regreso del caballero oscuro”, “La broma asesina”, “El largo Halloween” o incluso “Arkham Asylum” (próximo a lo paranormal, pero siempre bajo el prisma de la psique humana). El Batman de Christopher Nolan, también, quien nos ofrece actualmente, en la gran pantalla, las mejores aventuras del hombre murciélago que un aficionado al personaje pudiera desear.

Aventuras que, sin embargo, siempre deberían tener un lugar entre las páginas de un tebeo.

2 comentarios:

charlie furilo dijo...

Buag! Pensaba darle una oportunidad, pero leyendo tu reseña me parece que voy a pasar. Decididamente mi Batman también es el tuyo. Además, últimamente Morrison me empieza a cansar con tanta paja mental y tanta bizarrada. Si por lo menos lo dibujara todo Quitely, pues aún...

Jero Piñeiro dijo...

Desde luego, el de este "Batman" no me ha parecido el Morrison más inspirado. De todos modos es una etapa que parece estar gustando mucho a otros lectores, así que yo no me tomaría mi no-recomendación al pie de la letra. Con todo, no sé si has leído el resto de la obra del escocés lisérgico, pero hay títulos como "Animal man", "Doom Patrol", "Arkham Asylum", "JLA: Tierra-2", "Los Invisibles", "We3" o "Los siete soldados de la victoria" que, siendo algunas incluso más enrevesadas y, en fin, "morrisonianas" que este "Batman", yo te recomendaría mil veces antes ("All-Star Superman" ya sé que sí lo has catado). Además están pendientes de publicación en España dos de sus obras para Vertigo que más me apetece leer: "Joe the Barbarian" y la demoradísima "Flex Mentallo"...