martes, septiembre 08, 2009

Novelista en Nueva York

Además de cantautor, mi amigo Link es un montón de cosas. Entre otras, un incansable buscador de nuevas experiencias literarias y uno de los mejores conversadores que he tenido la suerte de conocer a lo largo de mi vida. Fue gracias a sus recomendaciones que tuve la oportunidad de acercarme a libros que han supuesto, cada uno a su manera, un antes y un después en mi experiencia como lector, tales como “El lobo estepario” de Hermann Hesse, “Rayuela” de Julio Cortázar o “City” de Alessandro Baricco.

La penúltima de sus siempre acertadas recomendaciones fue la “Trilogía de Nueva York” de Paul Auster. Curiosamente, años atrás un servidor le había prestado a Link la (ahora lo sé) sobresaliente adaptación al comic que Paul Karasik y David Mazzuchelli habían hecho de “Ciudad de cristal”, primero de los tres relatos que componen la susodicha trilogía.


Por tanto, yo ya tenía una vaga idea de lo que este libro podía aportarme: historias que navegaban entre el género detectivesco y la metafísica literaria. Lo que no podía haberme imaginado era el excelente nivel de la prosa de Auster (anteriormente sólo había leído una obra suya, la breve autobiografía “A salto de mata. Crónica de un fracaso precoz”, totalmente alejada de las ambiciones del título que hoy nos ocupa) y lo sublime de las ideas (y su posterior desarrollo) en que se asientan estas tres narraciones interconectadas.


La “Trilogía de Nueva York” (tetralogía, si contamos la mencionada adaptación al comic, tan compleja y enriquecedora en su estructura narrativa que puede compartir sin complejos el mismo escalón que la versión literaria de Auster) no es una lectura sencilla. Exige un considerable esfuerzo intelectual, no tanto por el modo en que está escrita (directo y gramaticalmente asequible) como por la necesidad de una cierta voluntad de interpretación por parte del lector. Como en el cine de David Lynch o en los tebeos de Dave McKean, en la “Trilogía de Nueva York” el autor presenta múltiples niveles de existencia cuyos ecos rebotan en círculos concéntricos de realidades autocontenidas (ficciones dentro de ficciones) para enfatizar conceptos comunes: la obsesión de un hombre (Quinn en “Ciudad de cristal”, el señor Azul en “Fantasmas” o el narrador en “La habitación cerrada”) por encontrar a su némesis/homólogo/alter ego, la desintegración de la unidad familiar (ya sea una unidad pasada, presente o simplemente anhelada) a causa de dicha obsesión, el poder de la verbalización (el lenguaje no sólo refleja la realidad, sino que la conforma) y, en última instancia, el acto mismo de la creación literaria.

Son conceptos abstractos de difícil digestión (más aún en una reseña que, como ésta, pretende no revelar las sorpresas que el argumento del libro tiene reservadas para el lector) que Auster maneja con gran soltura, consiguiendo que la lectura de la “Trilogía de Nueva York” no sea la paja/cagarro mental que supondría en manos de un escritor menos talentoso, sino una experiencia dinámica, entretenida y absorbente, que encuentra su mayor virtud argumental en una conclusión que despeja todas las incógnitas (al menos todas las que es estrictamente necesario despejar) permitiendo al mismo tiempo que el lector no desestime sus propias conclusiones.


Un fenómeno, este Auster.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que a Branville lo estés disfrutando también..Madrid está expectante ante tu inminente debut en su ritmo. Un abrazo Lync

Jero Piñeiro dijo...

Acabo de empezar con la lectura de "El mar", llevo sólo unas 30 páginas. Tenías mucha razón en tus apuntes sobre Branville: escribe maravillosamente bien, como si conociese el nombre exacto de todas las cosas e ideas, pero exige un ritmo pausado y reflexivo. Para ser un libro tan corto (en páginas) seguro que me lleva más tiempo de lo habitual... Ya te contaré in person. ¡Un abrazo para ti también!

lost in translation dijo...

Si te ha gustado La Trilogía de Nueva York, te recomiendo El libro de las ilusiones. Para un cinéfilo como tú, puede ser incluso más interesante...

Jero Piñeiro dijo...

Traductora: anotada la recomendación. Lo cierto es que tengo muchísimas ganas de leer más obras de Auster, pero voy a espaciarlas un poco. No me gusta leer dos libros seguidos del mismo autor (salvo que formen parte de una saga o algo así) porque se establecen entre ellos comparaciones algo injustas...

entre líneas dijo...

No ocurre con todos los autores, yo , por ejemplo, leí espaciadamente varios libros de McEwan, empecé por "Expiación" más tarde le siguieron "Amsterdam" y "Chesil Beach",dejé un tiempo prudencial entre libro y libro, para que las historias no se conectaran en mi cabeza convirtiéndola en una sóla con diferentes caras ( no muy difícil teniendo en cuenta mi pequeño mundo particular y mi mente dispersa)...y plufff! la decepción! las dos últimas no son ni la sombra de "Expiación", un libro redondo,en mi humilde opinión.

Ahora que están tan de moda las novelas de crimenes y misterios sin resolver con un cierto aire nórdico, que sale un autor "autóctono"y parece que en la región se multiplican por esporas los escritores que se dedican a relatar el mismo tipo de historias (que pereza de literatura ;)...pues a lo que iba, que me metí de lleno en la lectura de la triología "Millenium"...y llevo meses atascada en las últimas 20 páginas de las 2ªparte!!! es que ni siquiera tengo el más mínimo interés en saber cómo acaba...y es que es más de lo mismo...y es que parece una utopía que cuando el ser humano descubre la fórmula mágica deje de repetirla hasta la saciedad, llegando a resultarnos insoportable.

La próxima saga que voy a leer es "Corazón de Tinta", y espero leermela de carrerilla, ya te contaré...ah!pero te dejo una anécdota por si ves la película, la chaqueta de lana azul que lleva la protagonista es de una de las colecciones para las que trabajé yo cuando era diseñadora, de hecho me quedé con uno de los prototipos sobre los que hacíamos correcciones de medidas y esas cosas...se lo regalé a mi hermana.

entre líneas dijo...

Por cierto, me encanta la foto, creo que es un magnífico retrato de Paul Auster

Jero Piñeiro dijo...

A alguien le ha dado por releer, ¿eh? Jajajaja... "Expiación" la tengo anotado como lectura pendiente. "Millenium" no sé si caerá, son muchas páginas y no me llama tanto la atención como los otros cientos de libros que quiero leer... Y no sabía lo de "Corazón de tinta" (la anécdota sobre la peli) pero lo cierto es que no me llama mucho la atención...