miércoles, diciembre 19, 2007

Mi amigo cantautor

Tengo un amigo que es cantautor. Probablemente él no dé crédito a esta afirmación (si le preguntas, puede que responda que trabaja en un banco, o que estudia Antropología a distancia); pero a poco que uno lo conozca, sabe con certeza que el tío es un cantautor. Lo lleva dentro. En la sangre, o donde sea que se lleven esas cosas.

Cuando canta, siempre al reducido grupo de sus amigos (hace tiempo que no da un concierto para gente de fuera), sabes que luchan en su interior dos fuerzas en continua pugna: por un lado la necesidad de expresarse que caracteriza a todos aquellos que tienen el don de saber hacer arte, esa inevitabilidad de parir obras que otros puedan disfrutar, tan necesaria para el artista como lo es respirar para el resto de los mortales; por el otro, el pudor de quien se desnuda en público y nunca será consciente de que su cuerpo es un regalo a los ojos de quienes lo contemplan, el reparo de saber que cada palabra que da forma a sus canciones es un pedazo de su intimidad que comparte, un poco a regañadientes, con los demás.

Mi amigo es tímido pero talentoso. Cuando se suelta consigue llegar de verdad, hablar al corazón. Es en esos momentos, cuando se da cuenta de que toque lo que toque, sus amigos lo cantaremos a su lado a viva voz, cuando puede ser él mismo más que nunca. Y sé, casi con total seguridad, que son esos los momentos de la vida en los que más disfruta.

Supongo que por ello fue inevitable ver un atisbo de mi amigo en cada uno de los gestos, de las palabras, incluso de las sonrisas que Quique González esbozó para su público de A Coruña el pasado viernes en el Teatro Colón. Durante todo el concierto no hice más que ver sobre el escenario a mi amigo encarnado en el cantautor cántabro. Quizás no lo que mi amigo es hoy, sino lo que puede llegar a ser en cinco, diez años: una voz propia, una carrera musical firme y un artista que sabe llegar al corazón de la gente.

No puedo afirmar que Quique González sea uno de mis músicos favoritos. Ni siquiera me fascina como letrista. Tiene unas cuantas canciones cojonudas (“Salitre”, “Ciudad del viento”, “Pequeño Rock’n’Roll”, “Me agarraste” o “Vidas cruzadas”), pero para mí no está al nivel de Sabina, Bunbury, Calamaro o Fito.

No obstante, hay algo que no puede negársele, y es su maravilloso carácter sobre el escenario. Quique González es un tío que hace el amor con su público. Dialoga con ellos (incluso de forma literal, señalando con el dedo a un fulano de la fila 7 y preguntándole: “A ver, ¿a ti qué te apetece que toque?”) y los hace partícipes del espectáculo. Cuando habla, se le percibe introvertido. Cuando canta, se desnuda. Cuando se suelta, puedes notar que está haciendo lo que más le gusta en la vida y que en ese momento no se cambiaría por nadie en el mundo.


Y al final del concierto, cuando sales del teatro y los demás dicen: “Joder, no tocó tal canción” o “Me hubiera gustado que tocase tal otra” (yo también tenía mis propias preferencias, y es bien sabido que nunca un set list “llueve a gusto de todos”); la sensación que se te queda es que el show debió cerrarse con aquella canción que tu amigo siempre toca por petición popular en las fiestas y botellones, aquella titulada “Se largaron” que siempre te pone como escarpias los pelos de la nuca y que, aunque es obvio que Quique González no podía conocer, hubiera sido el fin de fiesta más apropiado para su espectáculo…

3 comentarios:

Noelia dijo...

En algun momento escucharemos "Se Largaron" en las butacas de un gran salón como disfrutamos del gran Quique Gonzalez, pero a día de hoy prefiero escucharlo en la intimidad y vivir ese momeno con los amigos de verdad.

P.D: haz una de mi tb comparandome con Querejeta jiji!!!!

Jero Piñeiro dijo...

Yo también espero a que llegue ese día.

Y esta entrada me salió sola, del tirón. No fue algo planeado, la verdad. La identificación entre nuestro cantautor y Quique me parecía inevitable. Incluso mi hermano y Eva lo comentaron al salir del teatro, ¿recuerdas? Cuando vea una peli (o un documental) que me haga pensar en ti, descuida que tendrás tu ración de sensiblería, jajaja...

Anónimo dijo...

Si, si, si... nuestro cantautor... Quique y "nuestro cantautor" están unidos desde el principio... en un reloj de plata... ;) mua riquiño!