jueves, febrero 19, 2009

"Puedes sacar a un negro del ghetto, pero no puedes sacar el ghetto del negro"

En esta vida no hay muchos nombres que sean garantía de un trabajo bien hecho. Hasta los más grandes tienen un traspiés: Alan Moore escribió “Violator vs. Badrock” y a Messi hay días en que no le sale nada. Es un hecho. Por eso me parece tan llamativo el caso de la cadena de televisión estadounidense HBO. A día de hoy aún no he visto una sola serie que lleve su firma y que no sea, como mínimo, estupenda. Además, la HBO se atreve con todos los géneros: humor (“Sexo en Nueva York”), drama intimista (“Six feet under”, “In treatment”), western (“Deadwood”), fantástico (“Carnivale”), bélico (“Band of brothers”), terror (“True blood”) o criminal (“Los Soprano”). Mi último descubrimiento (y motivo de esta entrada) se adscribe al drama policial y se llama “The Wire”.


Siendo honesto, no es tanto un descubrimiento como una confirmación, porque ya llevaba meses oyendo y leyendo acerca de esta serie, la cual todo el mundo que la había visto, sin excepción, alababa exageradamente, o eso creía yo hasta ahora (el antes mentado Sr. Moore dijo en una entrevista que “The Wire” era lo único que merecía la pena ser visto en televisión hoy en día).


Resulta que dichas alabanzas no eran exageradas. Sí, ya sé que estáis cansados de leer esta clase de afirmaciones en el Abismo: que si “Lost” es una puta maravilla y bla bla bla, que si “Six feet under” es una puta maravilla y bla bla bla, que si “Dexter” es una puta maravilla y bla bla bla… De tanto decirlo, acabará por perder su valor, como un “te quiero” después de veinte años de matrimonio. En mi defensa diré que hay dos razones para que me repita tanto: la primera es que normalmente en el Abismo sólo escribo sobre las series que me gustan (si queréis me descargo del eMule el último capítulo de “Los hombres de Paco” y así me quedo a gusto despotricando) y la segunda es que actualmente se están haciendo un montón de series en la tele americana que se merecen la calificación, sin paliativos, de “puta maravilla”.

Volviendo a “The Wire”, la acción en esta primera temporada nos transporta a la ciudad de Baltimore, económicamente deprimida y llena a rebosar de malaje criminal; el lugar ideal para ser un detective tocapelotas como Jim McNulty (interpretado por Dominic West): bebedor, mal padre y peor marido (ex-marido, realmente), y con una facilidad espectacular para cabrear a todos los que le rodean. Pero es un poli de la hostia. Tanto es así que el tipo se las arregla para, en contra de los intereses de sus superiores, instigar una ambiciosa investigación con la finalidad de encerrar a uno de los intocables señores del crimen organizado de la ciudad, responsable en las sombras de más de una docena de asesinatos y de llenar las calles de Baltimore de ingentes cantidades de droga.

Así descrita, “The Wire” podría parecer una más de entre las innumerables historias de polis que llevamos viendo toda la vida tanto en cine como en tv. Pero no conviene llevarse a engaño: “The Wire” no es una serie efectista, ni “molona”, ni está plagada de frases de tío duro a lo John McClane o tiroteos al más puro estilo “Dos policías rebeldes”. Tampoco hay zooms imposibles al interior de las vísceras de una víctima de homicidio (eso se lo dejamos a “CSI”) ni filtros fotográficos que consigan que todo parezca más “cool” y cinematográfico. Por no haber, no hay ni banda sonora (salvo la música que escuchan los propios personajes). “The Wire” está filmada en un tono muchas veces cercano al documental, con unas pretensiones de realismo pocas veces vistas en el audiovisual reciente (me viene a la cabeza la película “Zodiac” de David Fincher, cercana al espíritu de esta serie), desdeñando premeditadamente cualquier llamamiento a la espectacularidad en pos de que nos creamos a pies juntillas todo cuanto ocurre ante nuestros ojos, como si pudiera estar pasando exactamente lo mismo a dos manzanas de nuestra casa en este preciso instante. Y vaya si nos lo creemos.


Una parte vital de la acción transcurre de despacho en despacho, mostrándonos el laberinto burocrático que los policías protagonistas (la unidad formada para llevar a cabo la investigación) deben recorrer para conseguir un permiso para, por ejemplo, retener a un sospechoso o pinchar una línea telefónica. Debido a ello, “The Wire” es una serie sobria y lenta (nunca aburrida, jamás de los jamases) en la que se tardan 13 episodios (una temporada completa) en despachar un único caso. Gracias a ello disfrutaremos intensamente del trabajo policial diario, del descubrimiento de cada nueva prueba, de todos y cada uno de los interrogatorios (espectacular el del final del capítulo 7) y de las pequeñas pinceladas que se nos van revelando acerca de la vida privada de los personajes. Y, por supuesto, de toneladas de corrupción.

Otra de las grandes virtudes de la serie es que se muestran simultáneamente todos los puntos de vista de la investigación, no sólo el policial. Las historias personales de los camellos (desde el narco más poderoso hasta el pringado que vende la merca en el parque) y de los yonkis que compran la droga son tan importantes como las de los polis que intentan chaparles negocio y vicio respectivamente. Las desventuras de los delincuentes, exentas del glamour criminal de “Grand Theft Auto” (las historias de los drogatas tienen la crudeza de un reportaje de “Callejeros”), difuminan la imperceptible línea moral que separa buenos y malos hasta llegar al punto en que uno ya no sabe por quién sentir más simpatías, si por los polis (llenos de vicios y debilidades) o por los cacos (poseedores de sentimientos positivos en ocasiones sorprendentes).


Los actores, por cierto, están todos en estado de gracia. Según he leído, algunos ni siquiera son profesionales, sino gente de la calle que interpreta papeles muy próximos a su vida real, reafirmando esa sensación de extremado realismo de la que antes hablaba. Lo bueno es que después de conocer el dato y despacharme la primera temporada completa, sigo sin saber distinguir quién de ellos interpreta a un personaje y quién se interpreta a sí mismo. Así de buenas son las actuaciones en “The Wire”.

Por supuesto, después de todo lo dicho no puedo más que recomendar encarecidamente su visionado al completo y en rigurosa versión original. Quizás, debido a su lentitud y detallismo, el primer contacto no sea del agrado de todos (yo mismo me quedé un poco frío al terminar de ver el episodio piloto), pero puedo prometer (y prometo) que una vez vistos los tres o cuatro primeros capítulos no podréis morir tranquilos sin saber qué coño va a pasar en los nueve o diez restantes.

¿Veredicto? ¡Una puta maravilla!

6 comentarios:

marguis dijo...

Como últimamente estoy de cacería en serie, y lo último decente que he visto ha sido Deadwood (que ha sido una puta maravila) te voy a hacer caso y empezar con ésta, por supuesto en versión original (¿acaso hay otra forma de miar las series?) y así me cambio de época y temática pero no de cadena... la HBO.. si tuvieramos por aquí una cadena como esta yo no necesitaría bajarme todas las series que miro...

Un saludo y ya te diré cosas.
:)

Jero Piñeiro dijo...

"Deadwood" es otra puta maravilla, sí, señora. Y en vista que te ha gustado tanto, no tengo dudas de que "The wire" te encantará. Ambas son series lentas y detallistas, anticlimáticas, totalmente alejadas del patrón de la tele pública americana ("House", "Prison break", "Lost"), por lo que el perfil del espectador es más exigente, y por lo tanto es más difícil recomendarlas sin miedo...

Anónimo dijo...

Estoy ya terminando de ver Friends, XDXD, ya iba siendo hora, y bueno me empezare a ver esta junto con la ultima temporada de Battlestar Galactica, si os digo la verdad una serie increible, direis, nahh otra a lo Star Trek,... pero que va, no es de tantas batallitas ni nada de eso, os la recomiendo tambien, y bueno como ya me termine los soprano tengo que buscar algo nuevo para remplazar el vacio que ha dejado terminarla XD, que pedazo de serie, te lo digo, hasta ahora la mejor que he visto, tambien es que me gusta mucho el tema, me encantan la pelis de cine negro, tambien sera por eso y por que es , la unica serie sobre la mafia que yo conozca. Confio en tu criterio Jero, y como tenemos gustos parecidos para estas cosas seguro que me gustara, ya te contare cuando la empieze a ver. Un saludo desde el sur XD

Anónimo dijo...
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Jero Piñeiro dijo...

Jesus: teniendo en cuenta tus gustos (que, como bien dices, se parecen mucho a los míos), yo te diría que te lanzases a ver esta serie, porque estoy convencido de que tu gustará y mucho. Ya sabes cómo son las series de la HBO, claro, hay que tener paciencia con el desarrollo de las tramas y no guiarse por las primeras impresiones (a mí el capítulo piloto de "The Wire" no me convenció, pero en cuanto vi un par más ya estaba irremediablemente enganchado). De la nueva Galactica he oído muchas opiniones positivas, y la tengo archivada como "pendiente de ver" (lo que pasa es que ese archivo está lleno a rebosar de series, pelis, libros y tebeos, y el número no sólo no mengua sino que crece y crece y crece...) En cuanto acabe "The Wire" (ahora estoy empezando la 2a temporada) le tocará el turno a la 5ª de "Lost" y luego, ya sí, a "Los Soprano" toda del tirón. ¡Qué ganas!

Por cierto, recuerdo lo bien que os lo pasasteis en agosto "Nechu" (jajaja) y tú viendo "Friends" mientras yo me pasaba las tardes y noches dibujando, jajaja. Qué envidia... Yo enteras me vi las 6 primeras temporadas, creo, y de las otras 4 capítulos sueltos. Para mí, junto con "Los Simpsons", la gran comedia de la historia de la televisión...

Un abrazo desde el norte, tío!

charlie furilo dijo...

Pues si señor, una puta maravilla.

No sabía lo de los actores no profesionales, que interpretan papeles muy próximos a la vida real. Que punto! pero la verdad es que no se nota una mierda.

Ay! ese Omar Little, como me mola. Y que decir del jodido McNulty... y ese crack llamado Lester Freamon?