viernes, julio 27, 2007

Benditos veintitrés

Empezaron al grito de “I can't get no”, con Mick Jagger haciéndote la segunda voz en el Dragón, y terminan con el vuelo de paloma de Andrés, codeándose él con Fito y tú con tu patrona lucense, al son de “Me equivocaría otra vez”. Por el camino, musas regalando gorgoritos al recién nacido en Madrid, maestros de marionetas metálicas en Lisboa, coitus interruptus con Penélope y la Magdalena ante el Apóstol y también la nueva voz de la M más mayúscula, aparcando unos días sus quehaceres capitales para viajar hasta Narón y recordarle al mundo entero que “se largaron, pero sé que volverán”.

365 noches durmiendo en La Coruña y soñando en Compostela, donde te toreó una diestra con mucha mano izquierda, que sin duda se llevó el rabo, pero quiero pensar que te dejó (quizás por piedad, quizás porque esto es sólo un descanso en esta tarde de toros que sigue sumando faenas) unas orejas en las que todavía resuena el estribillo de la canción de toda una vida. Es lo que tienen los estribillos, que se repiten entre estrofas.

Y así, después de bautizar a tus cuatro hijas aún por nacer, llegaron, como un solo de guitarra, las noches de píxel y RGB, las mañanas de entrega y las tardes de morir de cansancio, resucitando de nuevo la noche siguiente para gastar más píxel y RGB, afilar el 2B y llenar el escritorio de filfas verdes de Milan. Fue un no parar de hornear galletas, de “esquecer nomes” y convocar “treboadas”, de lanzarle votos digitales a esas Ps del Anticristo, de encestar tiros libres a la salud de los infantes, de enfermar piratas y conversar con taxistas de ultratumba. Sólo espero que tus personajes no vuelvan para pedirte cuentas, porque no tendrás con qué pagarles.

El éxito o el fracaso de las horas invertidas dependerá, en gran medida, del punto de vista del observador. Hay quien hubiera preferido que las malgastaras en un edificio gris que carecía de todo lo que pretendía albergar, bajo la tutela de unos profesores que nunca fueron maestros ni enseñadores, y de los que sólo habrías podido aprender el significado de la palabra frustración. Si de algo no se arrepienten estos veintitrés, es de haber escapado de allí sin volver la vista atrás.

Pero, más que de hechos, éste fue un año de gente. De mocosos que sabían más sobre el mundo de lo que te hubiese gustado imaginar, y que si aprendieron algo de ti habrá sido porque (a duras penas) de todo en esta vida hay un poco que aprender; de visitantes que venían desde calle abajo a media mañana, media tarde o medianoche, para compartir medio helado y media sonrisa (y, esperemos, dos medias visitas a Francia, que suman una entera, cuando juntos suméis cuarenta y ocho); de adorables productoras de regusto italiano, artesanas de la bollería industrial que dejaron la animación por el documental y te infiltraron en su comunidad del anillo por la puerta trasera; de story-boarders espartanos, siempre a medio camino entre el frío inhumano y el accidente aéreo en una isla remota, que estuvieron al otro lado del auricular cuando había que estarlo, y que nunca te mintieron, ni cuando hacerlo hubiera sido no sólo lo más fácil, sino también lo que más hubieras deseado (y debieras estarles siempre agradecido por ello); de hijas adoptivas de Macondo, que soñaban con la Pampa y la península escandinava, y que compartieron contigo noches de teclado, susto y corazones, ayudándote a transformar algo imposible en algo de lo que poder sentirte orgulloso (“e se queres um amigo: cativa-me!”); de cineastas pelirrojas con el porvenir bañado en oro que inspiraron ritmos transeúntes en la ciudad de los condes y el pan tumaca, haciendo leña de tu árbol caído (que es su bendita costumbre), y que te dieron el mejor consejo que has recibido en este año que agoniza; de periodistas partidistas, conductores suicidas y compañeros de viaje y concierto, blanquiazul el corazón, coloradas las ideas; de hijas inconsolables (muy a tu pesar), estudiantes esforzadas y profesionales de la caries y el infarto emocional, que dedicaban príncipes a mendigos y “tequieros” a deshora; de “fisios” predestinados, iluminados y algo majaras (para qué engañarnos), poseedores de energías que nunca alcanzarás a comprender, y capaces de mucho más de lo que uno apostaría por el ser humano (y de hacerlo además con honestidad y una sonrisa en la boca); de activistas humanitarios por necesidad (y también algo de convicción), con una mano en la guitarra y la otra garabateando pompas de jabón en una libreta, antropólogos inmigrantes en la urbe descorazonada, que te llevaron hasta África bailando por las calles de Madrid; de mensamaníacas incansables con apodo al aroma de cacao, que te enseñaron el significado de los abrazos infinitos, de los mugidos que esconden palabras más importantes que las letras que las forman, de la luz de las estrellas que se refracta sobre la arena, de los falsos nombres que dio al amor la (maldita) geografía, y que siempre te llevan dos quesitos de ventaja en vuestro Trivial particular (“…mi Annie Hall, mi Gioconda, mi Wendy…”); y, por último pero no menos importante (sería insensato hacer un ranking entre aquello que escapa a clasificaciones), de compañeros de piso y de hogar, de padre y de madre, de alegrías y tristezas, de desayunos, comidas y cenas, del hierro, el “montadito” y el trote, de cines, series, canciones y viñetas, figuras perennes desde el día en que naciste hasta el día en que te mueras, siempre un paso por delante de la sangre y la amistad, siempre un poco más cerca del horizonte, siempre, simplemente, un poco más.

Pero si este año fue de alguien, fue sin duda tuyo. Tus benditos veintitrés, que hoy se van al cadalso para reencarnarse mañana temprano en unos impredecibles veinticuatro, haciéndote un día más viejo que ayer pero una vida más sabio que hace un año.

Ojalá rías, llores, trabajes, saltes y bailes, tires, leas, viajes, aprendas y ames como lo hiciste a tus benditos veintitrés.

Que cumplas muchos más como éste que se va.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que cumplas muuchos más. me he vuelto a emocionar, o esoty muy sensible o voy a tener q dejar de leerte... te dejo un mugido que resume lo q llevo dentro... tu me entiendes! :) MU

Noelia dijo...

Hacia tiempo q no navegaba p aquí, y acabo de leer algo q, como muchas veces, sabes hacer q llegue de verdad.
Ojala estos 24 te traigan un año igual o mejor y yo q lo vea ;)
Bikos de tu productora favorita jiii!!!