De un tiempo a esta parte, a los productores yankis les ha dado por pensar (bastante acertadamente, creo yo) que el futuro de lo audiovisual pasa, inevitablemente, por la televisión. Será esto, supongo, porque ahora que el top manta se lía la ídem a la cabeza para hacerle la pascua a la recaudación de taquilla, los beneficios más substanciosos deben provenir de la publicidad, y de eso en la caja tonta vamos más que sobrados.
Así que, ¿para qué invertir un dineral en producir una película que mucha gente irá a ver pero que otra mucha se bajará de internet a los dos días? ¿Para qué gastarse las pelas en una edición en DVD si el 95% (este dato es totalmente inventado e improvisado) de los mortales la tendrá gratis al día siguiente en calidad DVDRip? ¿No es mejor intentar generar un producto que:
a) se siga semanalmente, con lo cual se gana una fidelidad y, sobre todo, unas estimaciones de éxito realistas, que una película en cines no tiene?
b) se obliga al espectador a, si quiere estar al día y verlo antes que nadie, sentarse a la hora H del día D en su butacón de casa y estar pendiente de la programación y no hacer zapping (porque los guionistas aprovechan para introducir terribles “cliffhangers” justo antes de los bloques publicitarios)?
c) el espectador, enamorado de los personajes y situaciones, acabará irremediablemente haciéndose con la oportuna edición en DVD, que en el caso de las series sí demuestra tener una gran salida económica (en comparativa, a quién no le parece barato pagar 50 € por 15 horas de “Lost” en vez de pagar 20 por 2 horas y media de “Superman Returns”)?
Todo esto viene a cuento porque hoy he empezado a ver ooooootra serie más, “Heroes”, que viene a ser (en principio, que sólo he visto el episodio piloto) un plagio bastante descarado a la filosofía de los comics Marvel de “super-héroes con problemas” y sobre todo del concepto mutante propio de los “X-Men”, aderezado con las teorías conspiratorias que ya son habituales en productos como “Lost” o “Prison Break”. Dicho así, casi parece que no me ha gustado, ¿qué no?
Pues no. Me ha parecido acojonante. Bien escrito, bien interpretado, técnicamente muy bien realizado, con ritmo (intensísima la primera escena de la cheer-leader, grabada con video-cámara), con algunas imágenes preciosas (el eclipse, con una BSO muy adecuada; o los japoneses haciendo gimnasia en el tejado), con unos efectos especiales que no cantan nada y con un humor muy sano (no es que tenga mucho humor, la verdad, pero ahí están las referencias a “Star Trek” o “X-Men”, dando a entender que los propios guionistas son unos frikis que rinden homenaje a sus fuentes de inspiración).
Y, sobre todo, parece un producto serio, ambicioso y hecho con respeto al espectador. Y eso, cuando se trata de super-héroes, es toda una alegría (y, desgraciadamente, una “rara avis”).
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