viernes, enero 13, 2012

Maynard James Keenan y la mayonesa casera

Se ha convertido en hábito que apenas unos días después de publicar en El Abismo el tradicional top 10 con mis discos favoritos del año que acaba de concluir, servidor descubra ese álbum que debería haber estado en aquella lista pero que, por supuesto, no está. No falla: a principios de 2010 Fanfarlo deslegitimó descaradamente la selección de mis LP's preferidos de los doce meses anteriores reclutándome para su causa desde la primera escucha del imprescindible “Reservoir”; en enero de 2011 sucedió algo similar con el "American Slang" de The Gaslight Anthem, feliz ejercicio de punk amable que homenajeaba a los Springsteen, Morrison y U2 más icónicos, y hoy la historia se repite con un álbum muy diferente pero igualmente recomendable, “Conditions of my parole” de Puscifer.


Maynard James Keenan, la voz cantante de Tool (ese grupo de metal progresivo que hace historia con cada nuevo lanzamiento discográfico) y A Perfect Circle (formación que también alberga a antiguos miembros de Nine Inch Nails y Smashing Pumpkins), puso en marcha su proyecto en solitario Puscifer con la publicación en 2007 de un primer disco, “V is for Vagina”, que estaba más emparentado con la electrónica oscura y pastosa de Trent Reznor que con los delirios cósmico-matemáticos de “Lateralus” o “10.000 days”. Más allá de la curiosidad por comprobar cómo Keenan se desenvolvía en territorio desconocido, “V is for Vagina” no pasaba de trabajo (muy) menor en la trayectoria del compositor estadounidense.

Sin embargo, el año pasado Puscifer volvió a la carga con “Conditions of my parole”, un segundo asalto que amplía el espectro musical explorado por su antecesor y ofrece 50 minutos de pura creatividad en los que se combinan el rock industrial de bases sintéticas, ritmos propios del trip-hop y apuntes de metal con el sonido de banjos, mandolinas e instrumentos orientales en un todo tan ecléctico como sorprendentemente coherente. Como no podía ser de otro modo, las habituales jeremiadas depresivas de Keenan se adueñan una vez más de la faceta lírica en números intimistas que hablan de incomprensión y soledad, describiendo al músico de Ohio como un tipo que dista leguas de ser la alegría de la huerta, precisamente.


Ninguna de las canciones de “Conditions of my parole” es en sí misma un hit inmediato (de hecho prácticamente todas son medios tiempos de cadencia repetitiva e hipnótica), pero de la concatenación de estos doce cortes surge un LP que tarda varias escuchas en calar pero de cuyo poder de atracción después resulta imposible zafarse.

Y así, desde el rincón más inesperado de la discografía de un artista impredecible me asalta a mediados de enero, como manda la tradición, ese álbum que debió tener (y no tuvo) un lugar en mi top 10 de discos favoritos del 2011.

¡Ah, las listas! Pasatiempo ridículamente solemne cuya validez es más perecedera que la mayonesa casera...

2 comentarios:

tenenbaum dijo...

Estoy de acuerdo contigo, "Conditions of My Parole" es bastante bueno. Lo que pasa es que se me antoja tremendamente complejo (Tool también, la verdad) como para emitir juicios de valor en poco tiempo. No se por qué, pero mi preferido de Keenan sigue siendo el debut de A Perfect Circle.

Jero Piñeiro dijo...

Realmente yo casi no he escuchado nada de A Perfect Circle. Tool, por otro lado, son actualmente uno de mis grupos favoritos (y eso que me metí de lleno en su música hará poco más de un año). Sí te reconozco que Keenan huye de las soluciones fáciles y que sus composiciones suelen ser bastante intrincadas, pero también ahí reside la gracia: por mucho que revisites sus discos, siempre encuentras detalles nuevos que te sorprenden.

Se da la circunstancia, además, de que a mí me pierden las estructuras barrocas, las fusiones imposibles y los delirios progresivos, así que a poco que un grupo me ofrezca algo más que el consabido estrofa-estribillo-estrofa y no tenga voz de ultratumba (lo de siempre: no puedo con el metal gutural) ya se ha ganado mi atención...