sábado, septiembre 25, 2010

"El kebab del diablo": una anécdota escatológicamente romántica con giro final al estilo Shyamalan

[Basada en hechos reales]

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Siempre me han gustado esas historias en las que un personaje firma un pacto con el diablo (o, al menos, un diablo) a cambio de que éste le conceda su más ansiado deseo, sólo para descubrir, una vez cumplida la petición, el significado de la máxima “cuidado con lo que deseas: podría llegar a cumplirse”.

La noche del pasado jueves salí a jalar en plan cutre con Lync y con C. A veces a uno le entra la pereza y pasa de cocinarse la cena en casa, prefiriendo airearse un poco y pillar algo de comida basura, que ya se sabe que no alimenta pero está asquerosamente buena. Fuimos a uno de los cientos (si no miles) de kebabs que pueblan las calles de Madrid y yo me pedí un menú doner con patatas y refresco. Ya de vuelta en casa hablamos de un millón de cosas, desde la nostalgia por la música de los 80 (a raíz del debut discográfico de Hurts) hasta la nostalgia por los años universitarios (con repaso fotográfico a nuestras mocedades desgreñadas y lisérgicas en Pontevedra).

En un momento dado C. miró al reloj de la pared de nuestro salón y, en pleno arrebato infantil (apropiadamente, dado que el tema general de la velada fue, como digo, la nostalgia) exclamó, del mismo modo en que involuntariamente a mí, a mis 27 años de edad, aún se me escapa un “por el culo te la hinco” cada vez que alguien menciona una cifra rematada en 5: “¡Es la 1 y 11, pedid un deseo!” Debo aclarar que yo nunca había oído eso de que en las horas capicúa uno podía pedir un deseo por toda la cara, pero dadas las circunstancias simplemente me dejé llevar por el impulso infantil y medité en silencio sobre mi anhelo más inmediato.

Contrariamente a mis hábitos (a diario intento acostarme como muy tarde a las 12 y media) terminé yéndome a la cama a eso de las 2. Traté infructuosamente de conciliar el sueño durante un buen rato, pero un creciente malestar me impedía encontrar una postura en la que yacer cómodamente sobre el colchón y, en última instancia, dormirme. A las 5 de la madrugada, experimentando ya un dolor estomacal de grado 8 en la escala John Hurt, acudí raudo al cuarto de baño para realizar una deposición (palabra esta tan fina como eufemística) al estilo Niagara. A continuación me sobrevino una torrencial emanación de sudor, un espasmo vertical recorrió mi sistema digestivo y comprendí que el grueso del ejército enemigo buscaba una ruta de salida alternativa. Luché contra las náuseas durante unos segundos que me parecieron eternos, pero finalmente me giré 180º y abracé el w.c. al tiempo que, acordándome de las madres de Lennon y McCartney, vino a mi pensamiento el título de uno de sus más celebrados éxitos musicales.

Volviendo al tema de los métodos de medición, yo diría que alcancé un glorioso 9 en la escala Regan.

El resto de la noche se desarrolló en un continuo ir y venir de la cama al excusado, repitiendo hasta cuatro veces (con una cadencia británica de hora y media de separación entre una y otra) el proceso purgante en sus dos formas básicas (siempre en el mismo orden, además). Al finalizar el último viaje al baño, regresando a mi dormitorio con los músculos totalmente contracturados por el esfuerzo y las sienes más castigadas que la batería de Lars Ulrich, pude apreciar la tenue entrada de la luz matinal por las rendijas de la persiana de mi cuarto. Fue entonces cuando en mis labios de bilioso regusto se dibujó una sonrisa de deportiva derrota. Mi deseo se había cumplido: por primera vez desde que entré a vivir en mi nuevo piso había conseguido pasar una noche entera sin soñar con ella.

Así se las gasta Mefistófeles, amiguitos.

13 comentarios:

Ѕilυiα dijo...

Jero, tu siempre sacando el lado positivo de las cosas! jajaja... pues a mi nunca me sientan mal los kebabs... a ver si tu estómago se está haciendo mayor..

J.J. González Haro dijo...

Muy bueno... Jero... a mi me encantan los Kebabs... pero cierto es que segun el sitio donde lo comas, y el tipo de especias que usen pueden hacer que el ojete se ponga como la bandera de Japon... en fin... no conozco bien tu historia pero me alegro que te alces frente a las noches adversas. Un saludo.

Nemo dijo...

Por qué crees que lo llaman comida exótica? Nunca sabes lo que te vas a encontrar dentro.

tenenbaum dijo...

Bonito final. Cuando leí el título pensé que el tema acabaría en plan onírico-escatológica rollo "Trainspotting", pero finalmente me recuerda más a "Olvídate de mí".

Anónimo dijo...

Vas a decir en algún post por dónde queda tu nuevo pisito??ó habrá que seguir leyendo cada esquinita de este blog por si acaso das alguna pista?...da igual,seguiré con la costumbre/necesidad de leerte "anyway"...
siento la mala noche...y me alegro de que sonrieras por la mañana...

un besiño...en realidad,no uno,sino miles...;-)

Jero Piñeiro dijo...

Silvia: pues igual es mi estómago, porque a Lync y a C. no les pasó absolutamente nada... Por cierto, cómo mola el repaso que le has dado a las últimas entradas. ¡Gracias! Y a ver si hablamos pronto, que el otro día con lo de las compras de Ikea te dejé con la palabra en la boca (o en el teclado, o como se diga, jajaja). ¡Besos!

Kin G. Haro: desde luego, el kebab no es lo que se dice una comida ligerita... y además uno se pringa tanto mientras jala que empiezo a pensar que quizás no compense en absoluto...

Fran G.: el encanto del misterio es sin duda un factor a tener en cuenta ;)

Tenenbaum: desde luego mi vida se parece mucho más a la peli de Gondry que a la de Boyle. Por suerte: al menos es más aseada, jajaja...

Anónima (o no tanto):

http://www.youtube.com/watch?v=y8bLOWzJ5tw

Es que me lo has puesto a huevo :)

Veo tus miles de besos y los doblo. Ahora enséñame tus cartas...

Ѕilυiα dijo...

Es bastante patético que un hombre como tu, en principio no materialista, me deje por Ikea pero bueno... jajaja... Di un repaso a las entradas porque fue uno de los pocos días que mi ordenador me dejo estar más de 10 minutos conectada... a ver si lo formateo.. Besos!

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=FOA7CcVOFIs&feature=related


Si sé dónde vives,si sé tu horario...podré saber cuándo y en qué parada ponerme nerviosa,preparar las palabras,el encuentro,la sonrisa,la sorpresa,la lágrima..."preparar el corazón"...somos tan responsables el uno del otro...y es que...estamos taaaan domesticados...
"Is it all have been a waste of time? no,because you wasted so much time on ME...you made me feel very important..."

David dijo...

¿Y esto es una de las 10 mejores?
Uuuummm... No sé, no sé...
Y no es por las referencias a los Fab, aclaro (ysq).

David dijo...

Ah! Qué chaval más simpático el de la foto..

Jero Piñeiro dijo...

Bueno, David, no eran "las 10 mejores" sino "10 de las que me siento orgulloso". Ésta en concreto, no sé, siempre me pareció divertida. Igual yo le tengo más cariño porque la "ella" en cuestión escribió esos dos comentarios anónimos de ahí arriba cuando servidor no se esperaba volver a saber nada de ella nunca más... Ya sólo por eso merece la pena rescatarla, ¿no crees?

Supongo que lo de la foto lo dices por la entrada de Pontevedra, ¿no? Está sacada delante de mi facultad, donde estudié Publicidad y RR.PP. (como tú). La imagen ya tiene sus años, la verdad (6 o así...) Curiosamente, yo no he envejecido ni un día desde entonces, jejeje...

Nacho (Faisán) dijo...

jaja, que gran estilo me gustó bastante. Y me causó mucha risa lo de la batería de Lars jajaja.

Postdata: Soy fan de Metallica! xD

Jero Piñeiro dijo...

De fan de Metallica a fan de Metallica: me alegro de que te haya gustado, Nacho ;) Bienvenido al blog y muchas gracias por tu comentario.