“Trascender el género, tocar el techo de lo universal, es una meta que muchos proyectos artísticos se marcan al ser alumbrados, pero que muy pocos consiguen siquiera rozar. Tomar como partida los engranajes propios de un discurso tipificado, definido y delimitado para, sin romperlos, indagar en el terreno de las reflexiones atemporales, de las grandes cuestiones que nunca serán respondidas por el hombre (y por el bien de la poca magia que aún le queda a nuestras vidas, esperemos que nadie venga a traernos la respuesta), es lo que eleva a las grandes obras de la literatura, la música, el cine o el comic a la categoría de “maestras” (una categoría que, actualmente, se otorga con demasiada celeridad).”
Lo escribí hace bastante tiempo en esta entrada, pero hoy viene de nuevo al caso tras el visionado de “District 9”, ópera prima del realizador sudafricano Neill Blomkamp.
Tampoco conviene llevarnos a engaño: “District 9” no es “Blade Runner”. Pese a ser una peli cojonuda, no es una obra maestra del cine. Pero sí trasciende el género y alude a cuestiones universales (al menos en el ámbito de lo humano) tomando como partida unos códigos preestablecidos y sacándoles el máximo rendimiento sin salirse de sus márgenes.
Empecemos por el principio:
El planteamiento argumental de “District 9” presenta el naufragio de una nave alienígena en nuestro planeta (concretamente en la ciudad de Johannesburgo) y la posterior reclusión de sus tripulantes (algo más de un millón de criaturas insectoides) en un campo de concentración llamado Distrito 9 donde se les obliga a vivir en condiciones miserables. Veinte años después de este anti-glamouroso primer contacto con formas de vida extraterrestre, los aliens son considerados apestados sociales y sufren las consecuencias de la segregación: marginalidad, abuso por parte de mafias e incluso un brutal control de natalidad. Es en este momento cuando la MNU (una especie de ONU privatizada) envía a sus agentes para informar a los alienígenas de su inminente desalojo del Distrito 9 y su posterior traslado a un nuevo campo, el Distrito 10. La persona encargada de coordinar estas labores burocráticas es Wikus Van Der Merwe (estupendamente interpretado por el desconocido Sharlto Copley), protagonista de la cinta y uno de los anti-héroes más interesantes (por pringado, calzonazos e incompetente) del cine fantástico reciente.
Resulta bastante obvio que “District 9” pretende poner el dedo en la llaga del apartheid, esa política de racismo institucionalizado que la población negra de Sudáfrica (la elección de Johannesburgo como marco para la acción es poco sutil y muy reveladora) sufrió durante la segunda mitad del siglo XX. Pero la película no se conforma sólo con eso, sino que arremete también contra el tráfico de órganos, la existencia de negocios clandestinos capitaneados por señores de la guerra y los intereses armamentísticos que dirigen la política internacional del primer mundo. Todo ello, en definitiva, para retratar la mezquindad del ser humano en un relato en el que lo de menos resultan ser los aliens o la tecnología futurista de ciencia-ficción. “District 9” utiliza brillantemente los resortes del género fantástico para escarbar en nuestros errores como especie (sistemáticamente repetidos a lo largo de la historia y, según parece, inherentes a nuestro propio concepto de civilización) y lo hace además sin moralina barata, sin palmaditas en el hombro e inverosímiles maniqueísmos de esos que tanto abundan en el cine fantástico de los últimos tiempos.
La clave del éxito de la película reside, en parte, en la figura del productor Peter Jackson, hoy realizador superestrella (a él debemos la magnífica adaptación al cine de “El señor de los anillos”) con un interesantísimo pasado en el cine gore independiente. Si el guión de “District 9” hubiese caído en malas manos (la maquinaria hollywoodiense, básicamente) tendríamos a Will Smith (o peor, Tom Cruise) protagonizando una cinta apta para mayores de 7 años (por eso de hacer taquilla), prácticamente exenta de humor negro (gracietas a lo “Men in black” y poco más) y con un final redentor en el que el muy comprensivo presidente negro de los EE.UU. (me valen tanto Morgan Freeman como Danny Glover) cerraría el Distrito 9 para que el tribunal de La Haya juzgase a sus responsables por crímenes contra la no-humanidad. Todo muy limpito y de diseño, con aliens guapetes que nunca han roto un plato, dirigido por Alex Proyas y con canción para los créditos a cargo de Nickelback.
Gracias a la presencia de Jackson, la idea original del debutante Blomkamp (firma el guión junto a Terri Tatchell) conserva todos los valores que hacen de “District 9” una película de ciencia-ficción realmente importante en un momento en que el género está tan manoseado y denostado (pese a que aún responda en taquilla) que cualquier soplo de aire fresco es recibido como una bendición. “District 9” es una película sucia e hiperbólicamente violenta, repleta de humor macabro y personajes antipáticos, pero también humilde, con un sano tono de serie B con la factura técnica de una peli de división de honor. Por momentos parece un compendio de las mayores virtudes del cine fantástico de los 80, con ramalazos de Paul Verhoeven, James Cameron, David Cronenberg (este último con homenaje a “La mosca” incluido) y, por qué no, también del propio Peter Jackson, con ese empleo ridículamente divertido del gore que recuerda a “Braindead (Tu madre se ha comido a mi perro)” o los momentos puramente “mockumentary” que aluden a “Forgotten silver (La verdadera historia del cine)”.
Si tuviese que ponerle un “pero” a la película lo encontraría en algunas lagunas explicativas que el guión prefiere directamente ignorar, dando a entender que no es necesario que todo tenga una respuesta verosímil siempre y cuando uno asuma que lo realista y lo coherente (dentro de la lógica interna del relato) no siempre tienen por qué ir de la mano.
Por todo lo expuesto, “District 9” me parece una cinta de ciencia-ficción excelente, capaz de ser delirantemente divertida sin marginar el factor dramático, bien rodada y mejor montada (¡menudo ritmo!) y que al final le deja a uno con la sensación de que, si se le permite seguir sus propios instintos como realizador (como ahora ha hecho Peter Jackson), Neill Blomkamp puede convertirse en un director a tener muy en cuenta de cara a la próxima década.
Espero, eso sí, que los rumores de secuela se queden simplemente en eso: rumores. La cinta tiene un final especulativo y abierto que, precisamente por ello, resulta mucho más satisfactorio que cualquier posible anécdota que una nueva entrega pueda narrarnos a posteriori.
5 comentarios:
Estaba en negociaciones con mi mejor amigo para ir a verla (él quería y yo no) porque yo era un poco escéptica con esto de "otra peli de ciencia ficción, alienigenas y disparos" que normalmente englobo en "pelis para chicos" pero bueno... se hará el esfuerzo si dices que está bien...
Así iré al cine en el que no ponen anuncios ni cortos y que lo estrene...
Gracias por el comentario!jeje
Me gustan mucho los dibujos, sobre todo el primero.
Cristian y yo fuimos a ver los bastardos!!nos gustó mucho!!
un besiño!
A mi la verdad es que me gusto mucho, tanto como esta rodada, y la historia, aunque me parecio algo predecible me encanto. Y bueno, Jero, ya sabes que soy fan de Tarantino asi que me falto el dia de su estreno para ir a ver la de Malditos Bastardos, y como me imaginaba, me gusto XD. Ya comence las clases asi que te tendre que escribir desde la facultad hasta las proximas vaciones XDXD. Abrazos desde el sur.
Tengo muchas ganas de ver esta peli (pero Tarantino también era prioritario para mi, jejeje... y también me gustó mucho "Malditos Bastardos": la reseña algún día de estos).
Muy bueno lo de Will Smith, Tom Cruise, el presidente negro de los EEUU-Tribunal de La Haya y....Nickelback, jajaja, que grande!
JUGÓN!!
Silvia: recomendada por mi parte. Aunque hay que tener en cuenta que es una peli de ciencia-ficción, alienígenas y disparos, jejeje...
Zowie: gracias a ti por el pollo melocotonado y todo lo demás. Bicos!
Jesus: yo la vi antes del estreno de los bastardos. Curiosamente, me ha gustado más esta "District 9" que la nueva de Tarantino...
Charlie: es que la industria yanki a veces es taaaaan predecible... ;)
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