Y así estuvieron las cosas durante un tiempo, a la caza de sustitutos más o menos afortunados (los más destacables, sin duda, son los chicos de “Runaways” de Brian K. Vaughn y Adrian Alphona) que no te hacían sentir como el Spidey de antaño.
Todo eso terminó cuando un guionista desconocido llamado Robert Kirkman se juntó con el dibujante Cory Walker para crear el comic de super-héroes adolescentes definitivo: “Invencible”.
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A primera vista, “Invencible” no aporta nada nuevo a un género que tiene ya setenta años a sus espaldas. A segunda vista, tampoco. Ni siquiera en un tercer vistazo. Pero Kirkman, escritor también de ese otro “must-have” del comic actual que es “Los Muertos Vivientes”, parece haber tomado la resolución de, en lugar de innovar, recopilar y abrillantar los lugares comunes. Volvemos a tener por enésima vez el uniforme de colores chillones, los invasores alienígenas, los viajes interestelares, los científicos locos, los robots de destrucción masiva, los asesinos de super-héroes, los super-grupos juveniles, los romances de instituto, las identidades secretas, los líos familiares… Vamos, nada nuevo bajo el sol.
Todo esto podría parecer un defecto más que una virtud pero, gracias a Murphy, el gran valor de “Invencible” no estriba en su originalidad, sino en su planificación y su libertad creativa. Por un lado, se nota que Kirkman lleva años preparando su opus magna super-heroica, y con una facilidad pasmosa consigue presentar, entrelazar y mantener una, dos, tres o hasta seis líneas argumentales que transcurren en paralelo a lo largo de decenas de números, otorgando al conjunto una sensación de solidez y continuidad muy pocas veces vista en un comic de super-héroes. Por el otro, Kirkman y Walker son propietarios de sus personajes y pueden hacer con ellos lo que quieran, algo que las majors Marvel y DC jamás permitirían en sus series estrella, por lo que si en “Invencible” algo debe ocurrir, ocurrirá, y ninguna resurrección de última hora ni ninguna imposición editorial castrarán el buen hacer del equipo creativo. [Dicho esto, hay que tener cuidado con los personajes a los que se coge cariño, porque Kirkman es un cabrón implacable… advertidos estáis.]
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Además, Kirkman conoce perfectamente las convenciones y topicos del género y sabe por tanto explotarlas con inteligencia y, sobre todo, complicidad con el lector. Si a eso le sumamos unos diálogos con chispa, una capacidad insólita de pasar del humor al drama en un abrir y cerrar de ojos y, no menos importante, un dibujo sencillo (con un aire cartoon) pero terriblemente eficaz y empático, que resiste además al cambio de equipo artístico (empieza siendo obra de Cory Walker, creador visual del personaje, pero a los pocos números lo sustituye Ryan Ottley, que incluso mejora las carencias del anterior), no cabe duda de que nos encontramos ante un tebeo de super-héroes fresco, divertido y muy adictivo.
Sólo espero que Mark Grayson (el Invencible del título), no crezca demasiado pronto.
Un par de apuntes:
- Ediciones Aleta acaba de publicar en nuestro país el volumen 8 de la colección, titulado “Un mundo diferente”, que recopila los números 25 al 30 de la edición original USA. Cada nuevo tomo que sale me deja con la sensación de que “wow, éste ha sido el mejor de toda la serie”.)
- Otra opinión sobre “Invencible”, aunque bastante coincidente con la mía, está a vuestra disposición en el blog de elduende.
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