miércoles, enero 23, 2013

El Método Palahniuk para ligar en grandes superficies

Paseando hace unos meses por la librería de la FNAC de Callao fui testigo involuntario de una conversación que llamó mi atención. Un chico y una chica de unos veinte años1 hojeaban novelas de bolsillo mientras él intentaba impresionarla: “¿No has leído a Chuck Palahniuk? Es mi escritor preferido. He construido toda mi personalidad a partir de su obra”. Supongo que es una suerte que en ese momento yo no estuviese tomando algún tipo de bebida, porque posiblemente habría escupido un torrente de líquido sobre las obras completas de Vete-Tú-a-Saber-Quién que tenía entre las manos2.

No tengo nada particular en contra de Chuck Palahniuk, salvo el hecho de que me parece uno de los escritores más sobrevalorados de los últimos veinte años. Vale, igual eso sí es tener algo contra él.

El tipo saltó a la fama cuando David Fincher convirtió en película de culto su primera novela, “El club de la lucha”, demostrando de paso que la máxima “el libro era mejor” tiene sus honrosas excepciones3. Aunque no he leído (ni lo pretendo) todos los títulos de su bibliografía, sí he podido comprobar gracias a sus obras “Monstruos invisibles” y “Asfixia” (además de la mentada "El club de la lucha") que el bueno de Chuck es obstinado a la hora de autoplagiarse y dar vueltas incansablemente sobre los mismos temas: sexo duro, terrorismo social y la hipocresía del modo de vida estadounidense.


Perdido el interés por su producción tiempo atrás, a finales del pasado año me encontré en la biblioteca pública compostelana una novela suya que no conocía, la penúltima publicada en castellano por Mondadori en nuestro país, titulada “Pigmeo”. El libro captó mi interés por dos razones: la primera es que me apetecía comprobar si las obsesiones y el estilo literario de Palahniuk habían evolucionado en los ocho años que separaban la publicación de “Asfixia” y “Pigmeo”. La segunda, su bizarra sinopsis, que reproduzco a continuación: Pigmeo forma parte de un grupo de terroristas adolescentes enviados a Estados Unidos para cometer un atentado masivo. Camuflado como estudiante de intercambio, el agente 67 deberá convivir con la típica familia americana mientras planifica el ataque. Para conseguir su objetivo cuenta con unos conocimientos avanzados de química y el dominio de las artes marciales. Está entrenado para detonar un artefacto mortífero en el momento preciso, si consigue, eso sí, controlar sus inoportunas erecciones.”

Justo en aquellos días acababa de finiquitar un ladrillo considerable, las más de 1.700 (maravillosas) páginas de “Los Miserables” de Victor Hugo, y me apetecía leer algo breve y fácil de digerir, así que me lo llevé en préstamo. La gratuidad de las (benditas) bibliotecas favorece que uno le preste atención a libros y tebeos que jamás habría pagado por leer, y a veces eso es motivo de sorpresas tan positivas como inesperadas. Lamentablemente éste no fue el caso, pues en “Pigmeo” me reencontré con el mismo escritor autoconvencido de su condición de enfant terrible, fascinado por el sexo duro, el terrorismo social y la hipocresía del modo de vida estadounidense, repitiendo incansablemente sus autocomplacientes tics estilísticos.

Palahniuk, una suerte de aspirante a Bret Easton Ellis o Kurt-Vonnegut-wannabe4, tiene de transgresor lo mismo que los últimos trabajos de Garth Ennis y Mark Millar, guionistas afincados desde hace años en el caca-culo-pedo-pis y la violencia disparatada que presumen de escribir tebeos “sólo para adultos” que sin embargo ponen cachondos a niños y adolescentes5. Además, “Pigmeo” es la cuarta novela de Palahniuk que leo y la cuarta que termina peor que cómo empieza porque su autor no tiene los redaños suficientes para dejarse llevar por el delirio y tirar la casa por la ventana. Mucho ruido y pocas nueces, Chuck. Fincher lo entendió a la perfección cuando vislumbraba su adaptación de “El club de la lucha” y subió las apuestas hasta hacer saltar la banca (por los aires, literalmente). Por eso su película todavía será recordada cuando las novelas de Palahniuk no tengan más prestigio que los westerns miniaturizados de Marcial Lafuente Estefanía.

Hasta que ese día llegue, el novelista estadounidense seguirá escribiendo fantasías adolescentes para que miles de varones con ganas de arrimar la cebolleta puedan construirse personalidades cool con las que seducir a sus ingenuas compañeras de facultad. ¿Puede haber algo más mainstream y convencional que eso?



1: Tal vez más o tal vez menos. Me cuesta mucho reconocer si una chica es mayor o menor de edad, lo cual a veces acarrea problemas. Por otro lado, me importa un bledo la edad legal que puedan tener los chicos, así que en su caso tiendo naturalmente a no esforzarme demasiado en mis intentos de datación.

2: No pongáis esa cara. Sí, lo sé: yo también dije tonterías en su momento creyendo que me harían parecer más interesante. Yo también fui joven e inocente. De hecho, maldita sea, aún lo soy.

3: Tal vez conozcáis a algún primate gafapasta que afirma haber leído “El club de la lucha” antes de que se estrenase su adaptación cinematográfica. Si el simio en cuestión es una especie autóctona lo más probable es que mienta, porque la novela de Palahniuk no se publicó en España hasta 1999, el mismo año en que la película de Fincher aterrizaba en las salas.

4: Igual aquí patino, porque no he leído ninguna novela de Ellis posterior a “American Psycho”, y de Vonnegut sólo conozco la excelente "Matadero 5". Pero ¡qué demonios! Sin riesgo no hay gloria.

5: A cuento de las obras para adultos, recomiendo la lectura de esta entrada en el blog vecino Safari Nocturno. De una forma totalmente egocéntrica, además, porque hay un par de comentarios míos en el libro de visitas.

9 comentarios:

David GB dijo...

Lo pones fino al tipo, luego dirás que no es personal XD Estoy contigo en que la máxima de "el libro era mejor" no se cumple siempre, ahora mismo se me ocurre Blade Runner, muy por encima de la novela de Phillip K. Dick.

Ah, donde tengo que levantar la mano para protestar es en lo de meter a Garth Ennis y Mark Millar en el mismo saco. ¿Tú has leído The Boys y MAX Punisher, alma de cántaro? Están a parsecs de las últimas mamarrachadas perpetradas por Millar.

David dijo...

Jajaja...Iba a decirte..eh! De lo de adultos hablé hace nada y me encuentro con la nota 5 (jaja)
No he leído nada de este hombre. Pero tengo que reconocer que la sinopsis de Pigmeo es curiosa...curiosa no es sinónimo de interesante. Y en este caso, no me interesa... Además, que estoy con el ladrillo que tú dejaste.
Por lo menos los dos (los tres) estabais mirando/ojeando en la sección de libros...
Yo, con 16 le dije de salir a una chica y cuando me dijo dónde... le dije que podíamos ir al Museo de Bellas Artes. No tengo que añadir "me caes bien" y nunca más nos vimos (jaja) Qué gilipollas era, Dios Mío (bueno, sigo siéndolo). Lo peor es que no lo dije por hacerme el interesante...quería visitar el Museo desde hacía tiempo...Fui solo (jaja)

David dijo...

El Padrino 1 y 2 me gustaron más que el libro de Puzo. Son medios distintos.

Fer1980 dijo...

Si yo tampoco metería a Millar y a Ennis en el mismo saco, por lo de más de Palahniuk solo he leído una novela "Superviviente" y me gusto mucho, me pica "El Club de la lucha", aunque Int ya me ha advertido que el final no llega tan lejos como la peli.

José M. García dijo...

Hubo una época, ya lejana, en la que Palahniuk era mi escritor favorito. Esto no vino de "El club de lucha", la cual, si bien es buena, es muy inferior a la gran película de Fincher.

Lo que atrapó fue "Superviviente", sin duda, su obra maestra en la cual el estilo y la filosofía de su autor está plasmada con más ingenio y gracia que nunca.

Concuerdo en que se ha ido desinflando. "Monstruos invisibles", "Asfixia", "Nana" o "Fantasmas" demostraban que su autor había perdido el punch, quizás ya agotado del todo. Hace tiempo que he perdido el interés de los lanzamientos de nuevas obras.

Por otro lado, Bret Easton Ellis tampoco puede presumir mucho porque tras la mítica "American Psycho" su prosa ha perdido interés. "Los confidentes", que recopila algunos cuentos tempranos de su autor, resulta irregular y reiterativa. "Glamourama" no está mal, pero resulta excesivamente derivativa, cambiando a los brokers de Wall Street por el mundo de la moda y el cine. "Lunar Park", una de casa encantada, me aburre. Lo más interesante son los apuntes autobiográficos.

Pablo dijo...

Completamente de acuerdo. Para mí Palahniuk es la versión USA de sobrevalorados escritores patrios como Lucía Etxebarría o Ray Loriga, que van de provocadores y rupturistas cuando llevan años repitiendo la misma fórmula. Y si al menos escribieran bien, pero ni eso... Pero toda la pedantería y las ganas de epatar del autor de "El club de la lucha" se quedan en nada comparadas con los desvaríos narcisistas de otro pope del gafapastismo llamado David Foster Wallace, un tipo cuya novela más famosa, (la ilegible "La broma infinita"), hace que "En busca del tiempo perdido" de Proust parezca una película de Michael Bay.

Jorge dijo...

Aparte de expresar mi admiración por tus reflexiones sobre Palaniuk y sobre todo lo que escribes aquí, quería decir que, en mi humilde opinión, el fulano que dijo lo de su personalidad y la obra del escritor se pasó cuatro pueblos.
Un saludo.

Jero Piñeiro dijo...

David GB: todavía no he leído "Sueñan los robots..." Lleva años en la Torre de Lecturas Pendientes (léase con voz de ultratumba) a la espera de una oportunidad. Como tantos otros, vaya. Del "Punisher" de Ennis leí sólo los 12 números de la primera serie en Marvel Knights y los dos o tres primeros de la regular que le siguió, y me pareció más que suficiente para mandarlo a tomar viento fresco. De "The Boys" leí el primero e ídem de lienzo. Total, que a Ennis en los últimos años sólo le he conocido un título interesante: la primera saga de "Crossed".

David: no dejé el ladrillo; lo terminé felizmente. "Los Miserables" es una joya. Tampoco me parece tan mal plan ir con una chica a un museo. Pero bueno, yo también soy un rato gilipollas, jajajaja... No he leído "El padrino" de Puzzo, pero a priori no me interesa mucho. Creo que para el caso con las pelis me llega.

Fer1980: no he leído, así que no puedo opinar. Lo de "El club de la lucha" es un caso extraño: normalmente las adaptaciones al cine me parecen una especie de "esqueletos" de la novela que se quedan con lo imprescindible y desdeñan el detalle (por cuestiones de crono, claro). En cambio, la película de Fincher tiene muchísimos diálogos ingeniosos que no salían en la novela, y ésta parece un esbozo (o poco más) de lo que acabaría siendo la peli. Además, el final que Palahniuk le dio a la historia me parece de lo más cobarde, mientras que la película pone toda la carne en el asador.

Int: a mí "El club de la lucha" no me parece una novela especialmente buena. La idea sí, pero la ejecución es bastante mediocre. De "Superviviente" no puedo opinar. Ellis, con lo poco suyo que he leído, me parece un escritor bastante mejor en términos estilísticos. De todos modos, supongo que a todos los enfants terribles se les acaba terminando el crédito si se dedican únicamente a epatar.

Pablo: qué fastidio eso que dices de Foster Wallace. Tengo "La broma infinita" en la estantería de mi habitación mirándome de forma desafiante desde hace un año. Ahora me va a dar aún más pereza ponerme con él. De Lucía Etxeberría no he leído nada, y a Ray Loriga lo conozco únicamente por sus artículos en la revista dominical de "El País". Y he de decir que me gustan/gustaban bastante.

Jorge: muchas gracias por el elogio ;) El chaval sólo quería parecer "peligroso" para ligar con la chica. Si me hubiese tomado en serio la frase habría llamado inmediatamente a un manicomio. Un saludo.

Jero Piñeiro dijo...

Mi anterior comentario está cargadito de errores: no es "Sueñan los robots..." sino "Sueñan los androides..."; Mario Puzo se escribe con una sola Z (no "Puzzo"); en la respuesta a Fer obviamente quería decir "no he leído "Superviviente", así que no puedo opinar", y he escrito "EtxebErría" en lugar de "EtxebArría". Sembrado, vamos.