martes, octubre 02, 2012

La ley de Bellamy

Si hay un disco que servidor llevaba esperando con auténtica impaciencia desde comienzos de 2012, sin duda ése es “The 2nd Law”, sexto LP de la banda inglesa Muse que hoy se pone oficialmente a la venta en nuestro país (aunque lleva ya una semana circulando por la red en forma de filtraciones y streamings varios). El trío de Teignmouth (Devon) formado por el bajista Chris Wolstenholme, el baterista Dominic Howard y el cantante, guitarrista, pianista, compositor e ideólogo Matthew Bellamy es, posiblemente, mi mayor debilidad en lo que respecta a la música actual. Los he visto tres veces en directo, tengo todos sus discos comprados en formato físico (incluso los que recogen sus shows en vivo) y considero que títulos como “Origin of Symmetry” y “Absolution” pertenecen por derecho propio a una hipotética lista de los 10 ó 15 mejores LP's publicados durante la pasada década. Soy una maldita groupie, ya podéis jurarlo.


Que “The 2nd Law” iba a ser un disco controvertido es algo que estaba cantado. A estas alturas de su carrera, sobre todo tras la división de opiniones generada por su LP inmediatamente anterior (“The Resistance”; número 1 en mi top 10 de discos favoritos de 2009), adoradores y detractores de la banda aguardaban el lanzamiento del nuevo álbum con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a defenderlo o defenestrarlo a la primera ocasión. Los propios músicos, grandes aficionados al trolleo, decidieron inflamar los ánimos advirtiendo hace unos meses que el disco tendría un componente dubstep influenciado por el sonido de Skrillex, lo cual provocó una avalancha de comentarios en los foros de internet que incrementó las expectativas tanto a favor como en contra de “The 2nd Law”. Lo siguiente que se supo fue que uno de los cortes del álbum, “Survival”, había sido escogido como himno olímpico para los juegos de Londres 2012: la recepción del tema fue tibia, aunque las posteriores reescuchas han revalorizado este improbable mash-up entre “The millionaire waltz” de Queen y el himno de la URSS. Lejos de semejante despliegue épico, el primer single oficial de “The 2nd Law”, “Madness”, presentaba un tema fuertemente influenciado por el pop-rock de los 80, con nombres como Queen (pero otros Queen), George Michael y (sobre todo) U2 repitiéndose con insistencia en la cabeza del oyente.


Asimilada al fin la totalidad del álbum, esta pluralidad casi esquizofrénica de referentes se manifiesta como la única constante de “The 2nd Law”. El disco es prácticamente un monstruo de Frankenstein que rescata en cada corte pedazos de otras canciones compuestas tiempo atrás por músicos de lo más diverso. Y si bien es cierto que Muse siempre habían abrazado sin complejos el pastiche más descarado, en “The 2nd Law” la apropiación de sonidos e incluso melodías es tan obvia que uno, por muy fan que sea, no puede evitar sentir cierto estupor ante el desfile de invitados a la velada.

“Supremacy”, una reedición del “Kashmir” de Led Zeppelin que rememora las bandas sonoras del cine de espías, abre fuego con su ritmo marcial y su ampulosa orquestación. Es uno de los temas más potentes del disco, sobrecargado con una dimensión épica que me recuerda por momentos a aquella estupenda colaboración entre la Sinfónica de San Francisco y la banda de trash por excelencia, Metallica. Bellamy libera su falsetto más histérico y uno alberga inmediatamente la esperanza de que “The 2nd Law” pueda suponer un retorno al sonido apocalíptico de “Absolution”. Un espejismo del que “Madness”, canción tanto más apreciable cuanto más se acomoda uno a la insólita imitación que Matthew hace de Bono en sus excelentes compases finales, nos saca a continuación.


“Panic Station” es la gran sorpresa de la función: un corte que comienza como el “Another one bites the dust” de Queen (la línea de bajo es potentísima) y prosigue retomando la tradición popular, tal y como hicieran antaño Led Zeppelin en “Trampled under foot” y Styx en “Renegade”, de homenajear al “Superstition” de Steve Wonder para componer un funky de manual. El guiño en el estribillo al “Thriller” de Michael Jackson redondea una canción pegadiza y adictiva como pocas en la trayectoria de Bellamy y cía. Lejos de ser una composición original, a mí me hace absurdamente feliz, y auguro que será single. Le sigue un breve interludio instrumental, “Prelude”, que apunta directamente al romanticismo de Frédéric Chopin y que ejerce de prólogo para el mentado himno olímpico, “Survival”.

Es triste comprobar cómo una mala producción puede echar a perder una canción con posibilidades. Escuchando hace unos días la interpretación en directo de “Follow me”, el tema que Bellamy dedica a su hijo recién nacido Bingham, difícilmente uno podría imaginar el desastre electrónico que nos acechaba en la sexta pista de “The 2nd Law”. El grupo de música house Nero (no confundir con el software para grabar CD's en el ordenador) toma los mandos para convertir el canto de amor de Matthew a su retoño en una degradación del “The Neverending Story” de Limal que tanto podría darle a Gran Bretaña un nuevo triunfo en Eurovision como animar las pistas de coches de choque en las fiestas patronales de tu pueblo. “El horror”, que diría el coronel Kurtz.


El contraste entre “Follow me” y el tema que le sigue, “Animals”, no podría ser mayor. Si la primera es sin duda una de las peores ideas que jamás haya pergeñado la banda, la segunda nos reconcilia con los artífices de “Origin of Symmetry” con su hipnótico tempo de percusión y su elegante guitarra.

Poco durará la alegría: el siguiente corte reincide en la obsesión de Bellamy por componer su Gran Balada para los Anales. Primero lo intentó con “Invincible”, uno de los temas más discretos de “Black Holes and Revelations”; más tarde trató de lograrlo con “Guiding Light”, la canción más anodina de “The Resistance”, y ahora vuelve a la carga con “Explorers”, una suerte de nana/villancico bañada en almíbar y cubierta de azúcar glacé que busca desesperadamente derretir el corazón del oyente. El susurrado “anywhere the wind blows” “go to sleep” del final deja a las claras cuál es el referente que Bellamy manejaba mientras componía esta arma mortal contra diabéticos. Mentalízate, Matthew: eres bueno en lo tuyo, pero no eres él y nunca harás nada como esto.


Seguramente “Big freeze”, la siguiente del lote, será una de las canciones más denostadas por los fans históricos de Muse. Su inconfundible aroma a “The Joshua Tree”, motivado tal vez por el reciente acercamiento entre ambas bandas, incita en un primer momento al arqueo involuntario de ceja, pero las sucesivas revisiones conceden al tema un lugar destacado en el conjunto del álbum.

Peor suerte correrán las dos mayores aportaciones de Chris Wolstenholme a la discografía de Muse hasta la fecha. El bajista, recientemente recuperado de su adicción al alcohol, compuso “Save me” y “Liquid state” como sendos ejercicios de exorcismo personal. Los otros dos miembros de la banda decidieron que sería un acierto que el propio Wolstenholme los cantase tanto en el álbum como en directo, por eso de mantener el carácter íntimo y autobiográfico de las canciones. Pese a lo bonito del gesto, el resultado es absolutamente intrascendente. Mientras la primera, con ecos evidentes del Steve Wilson de “Insurgentes”, acaba pareciéndome tediosa y alargada en exceso, la segunda supone un plagio inequívoco del riff sobre el que se construía el “Millionaire” de Queens of the Stone Age. Y lo que es más: ninguna de las dos recuerda ni remotamente al resto de cortes del LP ni, ya puestos, a nada que Muse haya publicado jamás; circunstancia agravada por el hecho de que ambas van seguidas en el disco, generando la sensación de sección totalmente descolgada dentro del tracklist de “The 2nd Law”. Sospecho que sería mucho más interesante que Wolstenholme iniciase una carrera paralela en solitario para publicar sus propios experimentos con gaseosa  a que contribuya, como es el caso, a aumentar la sensación de dispersión en un disco tan aquejado de trastorno de personalidad múltiple como éste.


Esa misma percepción perjudicará también a los dos temas encargados de cerrar el álbum, dos piezas (más o menos) instrumentales tituladas respectivamente “The 2nd Law: Unsustainable” y “The 2nd Law: Isolated system”. La primera es la tan cacareada composición dubstep que sembró la discordia en internet hace meses: una potente combinación de la grandilocuencia orquestal de Philip Glass con el estridente sonido electrónico de Skrillex que hubiera funcionado infinitamente mejor como intro del LP. La segunda, más atmosférica y contenida, supone un correcto cierre con reminiscencias del Mike Oldfield más cinematográfico.

Contemplado en conjunto, “The 2nd Law” es con enorme diferencia el peor disco de Muse hasta la fecha: un trabajo no exento de méritos (tiene cuatro o cinco canciones realmente disfrutables), pero excesivamente obvio en sus influencias y carente de la mínima cohesión interna. Algo que, por otro lado, podría haberse solventado, o al menos atenuado, poniendo un cuidado mayor al establecer el orden de reproducción de sus 13 cortes.

Sin ánimo de creerme más listo que nadie (bueno, tal vez sólo un poco), propongo desde aquí una versión alternativa de “The 2nd Law” (un Abismo's Cut, si os place el término), que considero que funciona infinitamente mejor que la decepcionante versión oficial del LP. Es una secuencia de 11 temas (se quedan fuera, porque no creo que pinten nada, las anodinas aportaciones de Chris Wolstenholme) que alcanza los 45 minutos de duración (exactamente lo mismo que “Black Holes and Revelations”). El disco que, fácilmente, “The 2nd Law” podría haber sido y no fue:

1- The 2nd Law: Unsustainable
2- Supremacy
3- Madness
4- Follow me
5- Explorers
6- Panic Station
7- Big freeze
8- Animals
9- Prelude
10- Survival
11- The 2nd Law: Isolated system

11 comentarios:

David Fernández dijo...

Buena crítica. Yo también soy -¿era?- incondicional de Muse: tuve la suerte de verles en directo hasta en cuatro ocasiones (dos en Santiago de Compostela, y otras dos en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid) y siempre defenderé que les sobra talento y que el espectáculo que ofrecen está a la altura de pocas bandas; especialmente Bellamy, todo un virtuoso a nivel compositivo, vocal e instrumentístico.

Cuestión diferente es qué hacen con todo ese talento; y si ya "The Resistance" me dejó un poco frío -pese a determinados temas realmente buenos-, "The 2nd Law" me ha parecido decepcionantemente inconsistente: demasiado obvias las influencias, que en lugar de digerir, asimilar y hacer propias para alimentar su propio estilo, terminan eclipsando la personalidad que construyeron durante sus cuatro primeros LPs: me parece fenomenal que les molen Radiohead, U2, Depeche Mode, INXS, Queen, Michael Jackson, Led Zeppelin... y hasta George Michael. Pero estaría bien que se midieran un poco, que tuvieran un mínimo de rubor o decoro.

Se agradece la vocación de intentar hacer algo diferente -ya iba tocando, el riesgo de empezar a repetirse era evidente-, pero no si ello implica sablear de semejante manera referentes tan evidentes que arrojan como resultado cortes casi paródicos; ni si la consecuencia es abrazar los rasgos más comerciales típicos de otras bandas (los ramalazos del U2 más popero apreciables hacia el final de "Madness" se me hicieron especialmente indigestos).

Tienen tiempo de enmendarse -son insultantemente jóvenes, de la quinta del 77/78-, pero la deriva que están tomando es bastante preocupante.

Y paro ya, disculpa el ladrillo que acabo de soltar. Hace tiempo que soy lector habitual de este blog, pero de los perezosos: no ha sido hasta hoy que me he animado a comentar. Enhorabuena por el trabajo que haces y, por cierto, un placer ser compañeros dentro del staff de articulistas de ECC Ediciones ;D

Un saludo,

Anónimo dijo...

Nunca será Freddy...Lync

tenenbaum dijo...

Juro que no leí nada de tu crítica antes de redactar la mía (ni siquiera abrí el Facebook para no verme tentado a leerla), y pese a ello veo que tenemos puntos en común. Eso sí, a mí "Follow Me" me gusta más que "Madness" (que ya sabes que no es santo de mi devoción).
PD: os gano a todos, los he visto 5 veces (jua jua jua - risa maligna)

Jero Piñeiro dijo...

David Fernández: ante todo, bienvenido al Abismo y muchas gracias por tu comentario. Sospecho que habremos coincidido en mis tres conciertos de Muse, porque yo los vi en el Palacio de Deportes en la gira de "Black Holes and Revelation" y en la de "The Resistance", y en el Monte do Gozo en los conciertos del Xacobeo 2010. Supongo que tu cuarta vez (primera cronológicamente) sería en el Xacobeo 2004, durante la gira de "Absolution", a la que me fastidió bastante no poder asistir. Muy de acuerdo en lo que dices sobre "The 2nd Law": está más que demostrado que el trío puede hacerlo infinitamente mejor. Y yo aún diría más: escuchada "Supremacy", que suena (casi) tan bien como algunos de sus hits precedentes, creo que si no lo hacen es porque a Bellamy no le da la real gana. Personalmente espero que la decepción se limite sólo a este disco, y que para próximos trabajos decidan experimentar antes que copy-pastear: va siendo hora de que "Muse" publique su "Kid A". O tal vez éste sea el inicio del fin... Muchas gracias por los elogios al blog. Para trabajo bien hecho el que hacéis vosotros diariamente en Zona Negativa. Se lo dije a Toni (Boix) cuando me propuso colaborar con ECC y te lo digo ahora a ti: sois un verdadero referente para todos los que intentamos juntar más de cuatro palabras sobre comic en internet. De hecho, acabo de pasarme por vuestra web para echarle un ojo a alguno de tus artículos y he recordado lo muchísimo que me gustó tu entrevista a Quitely durante el pasado Viñetas desde o Atlántico (allí también coincidimos, por cierto: yo estaba en la sala de conferencias ese día). Un saludo y muchas gracias por pasarte ;)

Lync: a mí me gustaría que siguiera siendo Matt Bellamy. Cuando Muse publicaba discos como "Origin of Symmetry" o "Absolution" no había necesidad de compararlo con nadie más...

Tenenbaum: estaba claro que, por afinidades, nuestras respectivas reseñas iban a tener más de un argumento en común. Curiosamente, ambos esperábamos este álbum bajo diferentes posturas. Lo cual no hace más que reafirmarme en mis impresiones sobre "The 2nd Law", porque si tú ya partías con cierta desconfianza a la hora de abordar el disco (los adelantos no te habían convencido), yo representaba al otro tipo de incondicional de la banda (al que sí le gustaba lo que se había escuchado previamente). "Follow me" es una canción mediocre a la que, en mi opinión, el envoltorio "maquinero" le sienta como un tiro. Creo que una producción más rockera le habría sentado infinitamente mejor. Y sí, la letra de "Madness" es una tontería, pero a mí la canción me ganó desde el principio: debe ser por lo mucho que me gustan los U2 de hace veinte años... Y ya que hablamos de quién mea más lejos (jajaja): ¿tienes pensado asistir a alguno de los conciertos de la nueva gira?

tenenbaum dijo...

Ya sabía yo que ibamos a coincidir en mayor o menor medida. Me ha parecido curioso que tengamos una opinión más semejante a la de Pitchfork (le han dado un 5'5) que a la de Hipersónica (Kaoru ha hecho una comparación entre Bellamy cagando en el patio del instituto y las canciones de "The 2nd Law" y le dio un 2'5 de nota). Eso teniendo en cuenta que, como sabemos, Pitchfork gusta de sembrar polémicas y otorgar notas ridículas (el debut de Mumford & Sons, por ejemplo).
No tengo planeado de momento ir a ningún concierto de Muse de momento, además para Madrid están agotadas. De todos modos, he leído que volverán en verano (¿FIB, BBK, Optimus Alive?), así que creo que tendremos otra oportunidad. De momento nos veremos en Fanfarlo, ¿no?

Jero Piñeiro dijo...

Tenenbaum: he leído la reseña de Kaoru en Hipersónica y debo decir que me ha divertido bastante, jajaja. Vale que un 2'5 es algo dramático, pero hasta cierto punto puedo entender su frustración. A mí no me gusta pensar en términos de puntuaciones, porque eso implicaría que existe un baremo objetivo con el que comparar unos y otros discos, pero sí sé que éste no aprueba en "mi escala Muse" (que no es la misma con la que juzgo los discos de, por ejemplo, Hurts: igual como disco de Hurts le daba un notable y todo... no sé si me explico). Yo ahora no tengo un gran interés en ver a Muse en directo. Los he visto ya tres veces, y cada vez me impactaron menos que la anterior. Además, el precio de las entradas está por las nubes y su repertorio ya no será el que fue: podemos olvidarnos de temazos como "Butterflies and hurricanes" o "Citizen erased" en vivo. Y para que me cuelen seguidas "Madness", "Undisclosed desires" y "Follow me"... pues va a ser que no. Si tocan en algún festival donde el resto de grupos me atraiga, entonces seguro que me lo planteo. Lo de Fanfarlo es casi seguro. Casi :S

Qwerty McQwerty dijo...

Joder, muy de acuerdo en todo. Tampoco me parece un disco infinitamente desastroso, debo decir que el tramo principal hasta "Survival" a mi me estaba convenciendo bastante, y "Big Feeze" la encuentro sorprendentemente adictiva, pero si que el resto me parecen anodinas.

Yo la conclusión que saco es que Muse nos han hecho un favor sacando un disco que es claramente el peor de su carrera, y nos han ahorrado muchas discusiones acaloradas como las que tuve en su día defendiendo el "The Resistance" jaja.

Jero Piñeiro dijo...

Kike: a mí también me estaba gustando bastante hasta el final de "Survival". Lo que pasa es que "Follow me" y "Explorers" son una bajona de cuidado, y el último tercio es una cosa extraña que no tiene nada que ver con lo anterior (pese a que "Unsustainable" y "Isolated system" no me parecen malas composiciones). Que sea el peor disco de Muse no implica que sea automáticamente despreciable de principio a fin... Y a mí "The Resistance" me sigue pareciendo estupendo, pero claro, "haters gonna hate" ;)

charlie furilo dijo...

Quizás, lo he escuchado poco como valorarlo en su justa medida, pero si que creo tengo elementos de juicio suficientes como para decir que empieza de manera bastante prometedora y conforme avanza va cuesta abajo y sin frenos, desinflándose hacia el tercio final de una manera que raya lo sonrojante.

Salvo que el tiempo y sucesivas escuchas, me hagan cambiar de opinión (cosa que dudo), pienso que es el peor disco de Bellamy y cía. con amplia diferencia y sin ninguna discusión. Los discutidos "Black Holes & Revelations" o "The Resistance" le dan cien mil vueltas.

Saludos camarada!!

Jero Piñeiro dijo...

Yo lo he escuchado bastante, Furi, y a día de hoy cuando lo pongo me limito a escuchar los 5 primeros cortes y, si acaso, "Animals" y "Big freeze". Sabía que "The Resistance" tenía casi tantos defensores como detractores, pero no tenía ni idea de que "Black Holes & Revelations" hubiese sido un álbum controvertido. A mí me vuelve loco.

charlie furilo dijo...

A mi me flipa, también, pero si que recuerdo hubo bastante controversia ("Supermassive Black Hole", por ejemplo, me viene a la cabeza que recibió furibundos ataques de los talibanes del "Origin of Symmetry")