Retorcido, provocador, meticuloso, irreverente, ácido, constantemente referencial y, sobre todo, desequilibrado y genial a partes iguales. Así podría describirse a Quentin Tarantino, un director de cine que ya es, con tan sólo cinco películas y tres cuartos (si contamos “Grindhouse” y el capítulo final de “Four Rooms”), no sólo un referente absoluto para toda una generación de espectadores, sino prácticamente un estilo en sí mismo, un género cinematográfico propio, como atestiguan los innumerables intentos de seguir su estela que nos ha dado el cine reciente (“Snatch: cerdos y diamantes” y “RocknRolla”, “Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto”, “El caso Slevin”) con diversos resultados, nunca cercanos siquiera al trabajo del maestro.
Con un apabullante saber cinematográfico a cuestas, Quentin se atreve a mezclar el western con las artes marciales con el mismo desparpajo con que escribe una conversación entre dos asesinos de la mafia que discuten sobre el significado oculto de un masaje en los pies o las diferencias entre la comida rápida de EE.UU. y Europa.
Para no repetir calificativos diré que “Reservoir Dogs”, “Pulp Fiction” y las dos partes de “Kill Bill” son, cada una a su modo, cuatro putas obras maestras plagadas de escenas memorables, planos atrevidos (como las secuencias del restaurante retro en “Pulp Fiction” y del japonés en “Kill Bill Vol.1”), homenajes brutales (la odisea de la Mamba Negra, en particular, es un puro goce para quien sepa captar todas las referencias), diálogos descacharrantes (“Ahora voy a llamar a un par de negros empapados en crack para que te disequen con un soplete y unos alicates. Practicaremos el medievo con tu culo, ¿me has oído?”), un uso hilarante de la violencia (el bailecito del Sr. Rubio a punto de hacerle “un Van Gogh” al policía en “Reservoir Dogs”, el combate contra los 88 maníacos en “Kill Bill”) y un incansable amor por los pies, una de las filias erótico-sexuales de Quentin, según se puede deducir por el masivo protagonismo que tienen en sus películas.
Es muy posible que, entre mis 20 ó 25 películas favoritas de todos los tiempos, 3 ó 4 sean las susodichas firmadas por este monstruo del celuloide, discutiéndose “Pulp Fiction” y “Kill Bill” alguno de los primeros puestos (unas veces una y otras veces la otra, dependiendo de cuál haya revisado más recientemente, o de si tengo el “día pistola” o el “día katana”).
Ahora toca cruzar los dedos para que un servidor no haya sobredimensionado equivocadamente sus expectativas respecto a su nueva película, “Inglourious basterds”, cuyas primeras imágenes prometen un nuevo espectáculo de violencia y humor negro como sólo Quentin podría regalarnos.
5 comentarios:
Me gusta mucho Quentin Tarantino, pero me parece que Reservoir dogs es sin duda su mejor pelicula, y desde ahi va cuesta abajo. Gustandome sus peliculas, menos su parte de Grindhouse que me parece muy larga y aburrida, pero con unas persecuciones de coches de quitarse el sombrero.
Y me temo que ¿como la han llamado aqui?... Ah si Malditos bastardos, no va a ser ninguna obra maestra. Seguro que es muy divertida, y eso es algo que se agradece mucho, pero no creo que este cerca de sus primeras obras.
Un saludete
Pues a mi me pasa como a ti, según el día me gusta mas Pulp Fiction y según el día me gusta mas Kill Bill (con decirte que el año apsado me disfrace de La Novia por carnaval!!!)
Me encantan sus diálogos que no vienen a cuento sobre la propina correcta, o sobre los gay que es Top Gun!!
Y aunque Dead Proof no fue lo que esperaba (me gustó pero no tanto como las otras) espero ansiosa estos "Inglorious Basterds" me da la impresión que va a ser supercachonda!
Chache: respecto a "Death proof" opino más o menos lo mismo. Estilísticamente es estupenda, pero le sobra metraje (sobre todo diálogos de las chicas). Aún así, el primer accidente (en multiángulo y con repetición a cámara lenta) es impresionante. De todos modos, yo considero que después del bajón de nivel que supuso "Jackie Brown", Quentin supo recuperarse con "Kill Bill", que para mí sí es imprescindible. "Malditos bastardos"... pinta muy bien (y además siento simpatías por Pitt), pero hasta que no la vea no podré opinar. Quizás se quede en un divertimento macabro, pero conservo la esperanza de encontrarme con un Tarantino en plena forma...
Marguis: pues coincido plenamente con tu opinión. Y qué disfraz más cojonudo, ¿no? ;)
Yo me quedo con Pulp Fiction y Kill Bill, y entre estas dos, aunque lleva más fama la primera, no se yo si me quedaría con Kill Bill...umm! habría una dura pugna. Death Proof no la he visto, asi que no puedo opinar. Reservoir Dogs no la he vuelto a ver desde que la vi por primera vez en el cine, me gusto en su momento pero no tanto como Pulp Fiction y Kill Bill (no obstante, creo se merece que la revisite después de tantos años, no?). Jackie Brown, bueno no esta mal, pero tampoco es para tirar cohetes y desde luego está a años luz de las otras dos.
Y Malditos Bastardos, bueno hasta que no la vea no me fio de nadie que ya se sabe que con Quentin hay opiniones para todos los gustos...Yo tengo unas ganas de verla de la hostia (y además está ambientada en la 2ª Guerra Mundial!! Para correrse, vamos...)
Charlie: pues si tienes dos horas muertas vuelve a ver "Reservoir dogs" ;) Es increíble lo que Quentin consigue con tan poco (aparentemente): un puñado de actores y un garaje, nada más. Para mí, es al género negro lo que "Doce hombres sin piedad" al drama judicial... (ahí es nada). A mí lo que me da más esperanzas respecto a "Malditos bastardos" es que, al igual que "Kill Bill", es un proyecto en el que Quentin lleva trabajando muchos muchos años, con lo que supongo que no se quedará satisfecho con poca cosa. "Death proof", sin embargo, me parece más un capricho fruto de un arrebato. Échale también un ojo: sin ser una pasada (es una broma alargada), está a años luz de muchas otras pelis que causan más revuelo (y técnicamente es la hostia).
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