Tengo que
reconocerlo: en lo que respecta al cine de animación, y más
concretamente al que proviene de la factoría Pixar, soy incapaz de
ser objetivo. Es superior a mí. En cuanto me pongo a hablar del
tema, me emociono tanto como Tomás Roncero recordando el penalti a lo Panenka de Sergio Ramos. Cualquier película de animación que
cumpla los estándares mínimos de calidad (que últimamente están
muy altos, ojo) me tiene ganado para su causa desde el minuto uno, y
es probable que si hiciésemos un estudio de cuántas veces se me ha
escapado la lágrima tonta viendo una película en el cine,
más de la mitad de los casos coincidirían con cintas animadas. Con
prácticamente todas las de Pixar, desde luego. Se quedan fuera
“Cars” y “Cars 2” (y “Bichos” porque no la vi en pantalla
grande), pero en lo que respecta a todas las demás, ahí me tendréis
echando el moco, con el corazón más desbordado que los de todos los
niños que me rodean juntos.
Sospechaba ya
desde los primeros avances vistos hace meses que “Brave”, la
nueva cinta de Pixar que aterrizó en las pantallas españolas el
pasado fin de semana, no iba a ser la excepción. Y no me equivoqué.
El film está
protagonizado por Merida, una princesa coronada por una maraña de
bucles pelirrojos que vive en continuo conflicto con su madre,
monarca de unas regiones escocesas que remiten tanto al medievo de
kilts embarrados de “Braveheart” como a la mitología fantástica
del estudio Ghibli. Merida aspira a una existencia indómita en
compañía de su arco y su corcel, en una fuga constante “hacia
lo salvaje” (que diría Amaral), mientras la reina se afana en
convertirla en una dama de maneras irreprochables y en encontrarle un
pretendiente entre los vasallos de su marido para que su vínculo
afiance la frágil paz que mantiene unido al reino. En la película
hay también magia potagia, humor coyuntural (al más puro estilo
“Hércules”; demonios, cómo me gusta esa peli) y osos salvajes, pero el meollo del
asunto es el conflicto educacional entre padres e hijos; la necesidad
de encontrar una armonía entre la obligatoriedad de una dirección
impuesta por los primeros y los deseos ajenos a responsabilidades de
los segundos.
Conceptualmente,
“Brave” no es ni la mitad de original y arriesgada que sus
hermanas mayores, pero en términos de resolución es igual de
brillante. Juega en un terreno que hasta ahora le era ajeno a la
factoría Pixar y que parecía ser el feudo indiscutible de los
clásicos Disney, el de la fantasía de princesas y encantamientos,
pero lo hace al mismo tiempo estableciendo sus propias reglas y
permaneciendo en el terreno conocido de los arquetipos esenciales. Un
equilibrio muy delicado del que “Brave” sale airosa no tanto por
su desarrollo argumental, que abraza el tópico en sus últimos
compases, como por el carisma arrollador de sus dos protagonistas y
por la enorme pegada emocional de muchas de sus escenas.
Alabar una vez
más el poderío técnico de una producción del estudio Pixar cae
directamente en el saco de la obviedad. Podríamos sacarle punta al
tema de la física perfecta de los cabellos de Merida o al
espectacular trabajo de iluminación y post-producción que realza
cada magistral movimiento de cámara, pero a estas alturas sonaría a
Perogrullo: “Brave” es un prodigio de la animación infográfica.
Punto.
Quedan en el
“debe”
un villano de mayor empaque (aquí apenas un mcguffin)
y una mayor consistencia en el ritmo: la cinta es ágil y enérgica
salvo en ciertos compases centrales en los que se demora demasiado en
reescribir, a golpe de gag visual, el nuevo status de los personajes;
un pequeño bache que se salva con creces en el siguiente montaje
musical (la escena del río), que de tan lírico y estéticamente
bello hizo que se me saltase una primera (aunque no última) lágrima
furtiva.
El resultado es
una película que muchos se sentirán tentados a calificar como menor
dentro de la filmografía del estudio, porque carece de la sutileza y
de la frescura de ideas de otras propuestas como “Up” o
“Ratatouille”, pero que sería todo un estandarte de calidad en
cualquier otra factoría de animación occidental, al nivel de “Kung
Fu Panda” y apenas un peldaño por debajo de la estupendísima
“Cómo entrenar a tu dragón” (por citar mis dos cintas favoritas
de Dreamworks Animation, la distinguida competencia del estudio
capitaneado por John Lasseter). No todas las obras de Pixar son
maestras, pero incluso las menos
buenas
son 100% recomendables. Más aún cuando las precede un cortometraje
como “La luna”, auténtica estrella de la función pese a su
brevedad.
La
pieza dirigida por Enrico Casarosa es un compendio milagroso de
talento, sensibilidad y belleza, todo en uno: Saint-Exupéry
feat. Pixar.
Acompañado de la música sublime de Michael Giacchino (que si no es
el heredero natural de John Williams poco le falta), “La luna”
emana la clase de grandeza, de sense
of wonder
(como les gusta decir a los angloparlantes), que te deja boquiabierto
al tiempo que te abre las espitas del moqueo involuntario. Y es que los
7 minutos de esta hermosísima miniatura compensan por sí solos los
7 euros de la entrada del cine. Tras su visionado, el hecho de que
justo a continuación se proyecte “Brave” casi parece un extra, una
propina que sabe a gloria.
¿Lo
veis? Ya he vuelto a emocionarme.
4 comentarios:
SPOILERS y eso para que el anfitrión no me borre el comentario.
mmmm... Empiezo por el corto.
Maravilloso. Me encantó. Tengo un par de libros con dibujos de Casarosa, a medias con Ronnie Del Carmen; y sus dibujos no es que me terminaran de... pero el corto es precioso, emotivo, ingenioso, etc... De los mejores de Pixar.
La película. Está bien. Visualmente, gráficamente y todo eso, genial. Pero es una película más Disney que Pixar. Sí...Alguno dice que Disney no hubiera hecho lo de la madre en plan oso, pero no lo creo. Cuando voy a ver una peli Pixar, busco otra cosa a una de Disney. Aquí, casi me encontraba con los mismo. La ligera "variante" de que "no haya príncipe" es lo único que falta en las de Disney...pero aparte de eso... Así que me fui sintiendo defraudado a medida que avanzaba la peli, porque comparada con cosas como Up, Los increíbles, los Toy Story, Wall-E, Buscando a Nemo, etc... Esto no tenía ese toque que tenían aquellas.
Por otra parte, a mí las de Disney me encantan... y a medida que avanzaba la trama, me fui enganchando más y la disfruté.
Pero mira... el tema de las pociones en plan línea de teléfono con la bruja es el típico chiste anacrónico de un montón de clásicos Disney que rara vez me convence.
El final de la de "Como entrenar tu dragón" con esa "mutilación" al protagonista, es más arriesgado que este final. Que tampoco iban a dejar a la madre convertida en oso, peroooooooo...
Cuando la protagonista descubre la pifia que ha hecho no se da cuenta de la gravedad de la situación. Casi parece un "esto lo arreglamos enseguida. Tú tranquila, mamá"... Y aunque sea una "osa-mamá".. la cosa es muy-muy grave... y ahí me faltaba "dramatismo". Pero claro, la peli iba por el tono de comedia amable típico de los productos Disney. El drama de Up nada más empezar y la mala leche del viejo están fuera de lugar en este producto "Disney" (totalmente disfrutable, por otra parte).
Así que...buena...pero no es para tanto. Otras de Pixar sí lo son.
yo tengo muchas ganas de ver Brave... si te soy sincera, cuando vi las primeras imágenes pensé "esta es mi Pocaspecas que se ha hecho mayor..." y claro, princesa rebelde pelirroja con pecas... eso hay que verlo!!! y lo de los pelos hechos uno a uno y eso también... jeje
No sabía que proyectaban un corto antes... mayor razón para verla en el cine... (y más con tu crítica!)
Biquiños!!
Justo cuando me llamaste el sábado ibamos a ver esta peli y me gustó. Aunque como ya sabes, no tengo mucha experiencia viendo estas películas, así que no puedo opinar mucho. Solo que todo el toque celta que tiene la peli, solo eso, ya me engancha. SPOILER!!Acertado cometnario de David sobre el dramatismo en la conversión en oso. Nos vemos pronto. Un abrazo. Lync
David: lo cierto es que opinamos más o menos lo mismo, porque yo también le veo esas inconsistencias y obviedades a la trama, y creo que la diferencia es que tú eres más exigente en el global. Ya digo que "Brave" no es una obra maestra y que para muchos será una obra menor de Pixar (yo creo que "Up", "Ratatouille" o "Los Increíbles" están muy por encima), pero eso no quita para que me lo haya pasado muy bien viéndola y que me parezca una buena película.
Gatoni: pues yo lo primero que pensé al ver a Merida cabalgando libre y salvaje con su arco fue ESTO, jajajaja. El corto es maraviloso, lo mejor de la función. Bicos!
Lync: la ambientación y la banda sonora están muy cuidadas y son uno de los puntos fuertes de la película. Aunque la animación no sea tu tipo preferido de cine, si yo fuera tú me vería algunas de las "grandes" de Pixar como la trilogía "Toy Story", "Buscando a Nemo", "Los Increíbles", "Wall-E", "Ratatouille" o "Up". Independientemente de su condición de cine familiar, son de lo mejor que yo he visto en pantalla grande en la pasada década. Y como sé que el factor Boyero puede inclinar la balanza a su favor, te invito a que mires los comentarios de nuestro "crítico favorito" en Filmaffinity, jejeje... Aquí otra y aquí otra más...
Publicar un comentario