La súbita desaparición de dos niñas en un pequeño pueblo del norte de Estados Unidos supone el punto de partida de "Prisioneros", una de las cintas que mejores reacciones está generando entre crítica y público en las últimas semanas. El realizador canadiense Denis Villeneuve, conocido principalmente por su turbador (y algo culebronesco) largometraje anterior, "Incendies", cuenta en esta ocasión con un reparto de lujo encabezado por Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal. El primero, al que en los últimos meses hemos podido ver en registros tan dispares como el de Jean Valjean en la adaptación del musical "Los Miserables" o en su ya célebre rol de Lobezno, interpreta al padre de una de las crías desaparecidas con la profesionalidad todoterreno a la que ya nos tiene acostumbrados. El segundo, eternamente asociado a su papel protagonista en la lynchiana "Donnie Darko", da vida al detective de policía encargado de resolver el aparente secuestro, y lo hace con corrección aunque sin resistir la comparación (en cuanto a presencia y carisma) con el australiano de oro. Algo debe haber visto Villeneuve en Gyllenhaal, sin embargo, cuando ha vuelto a contar con él para su siguiente film, presentado en el último Festival de Cine de San Sebastián y cuyo estreno comercial está previsto para febrero de 2014: "Enemigo".
Jackman y Gyllenhaal están arropados en pantalla por un puñado de prestigiosos secundarios como son Terrence Howard, Maria Bello, Viola Davis, Melissa Leo o el siempre magnífico Paul Dano, caracterizado aquí como un presunto discapacitado mental, principal sospechoso del secuestro de las niñas desaparecidas. Es precisamente la relación establecida entre los personajes de Jackman, un fundamentalista cristiano con una visión de la justicia arraigada en el Antiguo Testamento, y Dano, escalofriante tarado de dudosa inocencia, la que genera los mejores momentos del film y pone toda la carne ética en el asador: ¿qué límites estaría dispuesto a cruzar un padre desesperado para encontrar a su hija perdida? Entroncando con este maquiavelismo de tintes bíblicos, Villeneuve no oculta su rechazo a la religión al situarla en el origen de muchos de los traumas y comportamientos aberrantes de sus personajes (y, por extensión, de la sociedad que habitan), e incluso toca tangencialmente el tema de la pedofilia por parte del clero en una escena más o menos anecdótica, pero que subraya la opinión que el director quebequense tiene del estamento religioso.
Con una sobria puesta en escena y una cuidada caligrafía visual, "Prisioneros" entronca con el espíritu atormentado y malrollista de "Mystic River" y con el áspero cine policial con psycho-killer al estilo David Fincher ("Seven", "Zodiac"), aunque sin llegar a las cotas de brillantez de ambos referentes. Mientras la parte psicológica y emocional del film, asentada en el personaje de Jackman, funciona estupendamente (en gran parte gracias a la poderosa composición del australiano), la investigación protagonizada por el detective al que encarna Gyllenhaal incurre en algunas torpezas impropias de una cinta de estas ambiciones. A este desequilibrio entre ambos aspectos, el drama psicológico y el cine policial, se une una duración excesiva: 153 minutos en los que uno no pestañea, cierto, pero que vistos en perspectiva resultan innecesarios, más aún si tenemos en cuenta que una de las subtramas no lleva a ninguna parte y sólo sirve para engañar (intencionadamente) al espectador.
Jackman y Gyllenhaal están arropados en pantalla por un puñado de prestigiosos secundarios como son Terrence Howard, Maria Bello, Viola Davis, Melissa Leo o el siempre magnífico Paul Dano, caracterizado aquí como un presunto discapacitado mental, principal sospechoso del secuestro de las niñas desaparecidas. Es precisamente la relación establecida entre los personajes de Jackman, un fundamentalista cristiano con una visión de la justicia arraigada en el Antiguo Testamento, y Dano, escalofriante tarado de dudosa inocencia, la que genera los mejores momentos del film y pone toda la carne ética en el asador: ¿qué límites estaría dispuesto a cruzar un padre desesperado para encontrar a su hija perdida? Entroncando con este maquiavelismo de tintes bíblicos, Villeneuve no oculta su rechazo a la religión al situarla en el origen de muchos de los traumas y comportamientos aberrantes de sus personajes (y, por extensión, de la sociedad que habitan), e incluso toca tangencialmente el tema de la pedofilia por parte del clero en una escena más o menos anecdótica, pero que subraya la opinión que el director quebequense tiene del estamento religioso.
Con una sobria puesta en escena y una cuidada caligrafía visual, "Prisioneros" entronca con el espíritu atormentado y malrollista de "Mystic River" y con el áspero cine policial con psycho-killer al estilo David Fincher ("Seven", "Zodiac"), aunque sin llegar a las cotas de brillantez de ambos referentes. Mientras la parte psicológica y emocional del film, asentada en el personaje de Jackman, funciona estupendamente (en gran parte gracias a la poderosa composición del australiano), la investigación protagonizada por el detective al que encarna Gyllenhaal incurre en algunas torpezas impropias de una cinta de estas ambiciones. A este desequilibrio entre ambos aspectos, el drama psicológico y el cine policial, se une una duración excesiva: 153 minutos en los que uno no pestañea, cierto, pero que vistos en perspectiva resultan innecesarios, más aún si tenemos en cuenta que una de las subtramas no lleva a ninguna parte y sólo sirve para engañar (intencionadamente) al espectador.
Son defectos menores en un
conjunto notable: la clase de peros
que diferencian a las buenas películas (como ésta) de las grandes películas. De todos modos, "Prisioneros" sigue siendo una experiencia cinematográfica muy recomendable y
un nuevo ejemplo de la innegable capacidad de Villeneuve para crear atmósferas malsanas y plantear las más peliagudas cuestiones morales.
4 comentarios:
A mí "Incendies" me gustó muchísimo y, es cierto, tiene cierto toque culebronesco pero ¿no lo tienen todas las historias que tienen que ver sobre la búsqueda de la identidad? . Tengo ganas de ver "Prisioneros" y, por lo que cuentas, parece que vuelve a salir el tema de los lazos de sangre -¿nos unen irremediablemente, es antinatural querer romperlos, es una construcción social y nada más?-por lo que parece que ya vamos teniendo un hilo temático en este director. Ya te contaré cuando la vea. Me gustó mucho el post.
Gracias por pasarte a comentar, Sigrid. Es todo un honor ;) Incendies me parece una pelicula muy buena (mejor que ésta, de hecho) con un último giro que bordea por un lado la tragedia griega y por el otro el culebrón venezolano. Lo cual no sería tan negativo si no fuese porque ese mismo final me impide entender las motivaciones del personaje protagonista. Creo que la peli sacrifica coherencia para ganar en impacto, pero a mí me cuesta entrar por el aro... Decir más sería spoilear, me temo. Aún así, los valores cinematográficos de Villeneuve y la potencia de sus premisas me justifican sobradamente sus deslices en el guión, tanto en Incendies como en Prisioneros.
Confieso que fui a ver "Prisioneros", por un lado, porque la opinión del público en webs tipo filmaffinity se mantenía por encima del notable (aunque no esté de acuerdo con otras muchísimas opiniones, esto me llamó la atención mucho más que el trailer, que explotaba poco o nada las virtudes de la película) y, por otro, por aquello de la fiesta del cine y poder arriesgarse más a ver películas que, cada vez, hay que pensarse más la inversión que supone ir al cine. Muy de acuerdo contigo, muy buena película con un Jackman inmenso, y un Gyllenhaal correcto, aunque a veces no sepas si algunos tics son del actor o del personaje. No se me hizo larga en ningún momento, y salí del cine con la satisfacción de haber visto una buena película.
tenenbaum: lo de la fiesta del cine debe haber sido estupendo en las ciudades pequeñas, porque lo que es en Madrid ha sido un éxito tan masivo que había que estar horas (literalmente) haciendo cola para poder ver una película. Y hablo de cines en versión original, a los que se supone que no va tanta gente. Yo me quedé sin entradas para la fiesta del cine y tuve que ir a ver "Prisioneros" otro día, pagando la tarifa normal... De Filmaffinity me fío así-asá, aunque más en este tipo de pelis (digamos) menos comerciales que en las grandes super-producciones con mucho hype a cuestas, que empiezan con las notas infladísimas y hasta unos meses después no de les va viendo el plumero. Lo del tic de Gylenhaal es algo que hablamos mi novia y yo al salir del cine: tampoco tenemos claro si es algo suyo propio o de la composición del personaje...
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