Triangles are my favorite shape
Three points where two lines meet
(...)"
"Tessellate", Alt-J
Me
quejaba hace poco del decepcionante año musical que nos estaba
dejando el 2012, y casi como un acto de justicia cósmica el universo ha
respondido a mis críticas con el debut de Alt-J, “An awesome wave”. Tiras el gargajo al aire y te cae en la
cara. Típico.
Recientes
ganadores del Mercury Prize al disco del año, Alt-J (comando de Mac
para escribir la letra griega Δ
o delta)
son un cuarteto de jovenzuelos modernísimos
de Leeds que han pasado de ser unos absolutos desconocidos a banda
revelación en apenas unos meses. Su
primer largo arranca con una de esas prometedoras intros que
inmediatamente despiertan la curiosidad, para luego descolocar con un interludio a capella (¿interludio? ¿a capella? ¿en la segunda pista?)
que allana el terreno para el primer hit genuino del álbum: “Tessellate”.
Un corte a caballo entre la sensibilidad dubstep de los penúltimos Radiohead y la mayor inmediatez pop de TV on the Radio que, unidas a
la personalísima voz del cantante Joe Newman y a esa referencia más
o menos velada a “El bueno, el feo y el malo” de Sergio Leone
(“...three guns and one goes off / one's empty, one's not
quick enough (…) Search the graves while the camera spins...”),
redondean un sencillo incontestable.
Las
alusiones a la cultura popular están también presentes en la
balada “Matilda”, inspirada en el personaje de Natalie Portman en
“Leon, el profesional” de Jean-Luc Besson; en “Ms”, en la que
se construye una metáfora con juguetes LEGO; o en “Breezeblocks”,
donde se hace mención explícita al “Where the wild things are”
de Maurice Sendak. Éste último es además otro single evidente: más ritmo,
más capas de voces y sonidos, más TV on the Radio y unos “please
don't go, I love you so”
finales que enamoran.
A
medida que continuamos avanzando en el álbum, los estilos e
influencias se mezclan con desparpajo (guitarras acústicas, arreglos
electrónicos, originales maniobras vocales y hasta toques étnicos)
sin que uno pueda destacar claramente unos temas sobre otros, tanto
da que sean interludios aparentemente anecdóticos (con poco que ver
entre sí, además) o composiciones de aspiraciones más grandilocuentes. “An
awesome wave” bascula entre lo minimalista y lo barroco sin que uno
acuse abrupción o desenmascare del todo el pastiche. Es un disco
extraño dentro de sus convencionalismos, que fluye ajeno a ideas
preconcebidas pero que no requiere de esforzadas segundas y terceras
escuchas para plantear el meollo de su cuestión; un trabajo que
parece rematadamente difícil de hacer, pero también
sorprendentemente fácil de disfrutar. Tan inexplicable pero rotundo como el hecho matemático de que todos los ángulos de un triángulo sumen siempre 180 grados, sin importar lo agudos u obtusos que se pongan.
Y
yo creo que le debo una disculpa al 2012.
3 comentarios:
sí, un gran descubrimiento musical, me acabo de enganchar a sus sonidos y creo que va a ser la banda sonora de mis tardes por lo menos una buena temporada.
Yo sigo volviendo a este disco casi a diario, Tentadora. Es uno de mis grandes descubrimientos musicales del 2012.
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