Pero “un sentimiento
moderado revela amor profundo, en tanto que si es excesivo revela
falta de sensatez”1, y el cine desea tanto a
Shakesperare y de un modo tan enfermizo que en numerosas ocasiones se
ha enfrentado al legado del dramaturgo simplemente para vulnerarlo,
como Sexto Tarquino a la sumisa Lucrecia, de todas las formas
imaginables. A lo largo de los años hemos asistido a tantas
recreaciones cinematográficas notables de las piezas teatrales del
genio de Stratford-upon-Avon como impensables crímenes contra su leyenda.
Incluso la biografía del escritor ha sido abordada desde frentes tan
diversos como la comedia romántica, el thriller de conspiraciones históricas y hasta el crossover entre celebridades de la pluma y el papel. La maleabilidad de las fuentes literarias ha
permitido revisiones insospechadas de los textos del bardo inglés, y
echando la vista atrás uno puede recordar a un Hamlet ataviado con
un chullo peruano declinando su célebre “ser o no ser” en los pasillos de un vídeoclub, a Othello convertido en estrella adolescente del baloncesto, a Ricardo III despidiendo al
“invierno de nuestro descontento”
en una Inglaterra pre-II Guerra Mundial y a Romeo Montesco como gnomo de jardín o vistiendo una camisa hawaiana y armado con dos pistolas
semiautomáticas sobre las soleadas dunas de Verona Beach. Algunas
versiones han sido afortunadas, algunas nocivas, otras insólitas y
unas pocas simplemente inevitables. A mí, lo reconozco, siempre me
ha gustado ésta en concreto, pero lo cierto es que “el
éxito de un chiste depende más del que lo escucha que del que lo
hace”2.
El
último gran descontextualizador (no sé si existe esa palabra, ni me
importa) de la obra de Shakespeare ha sido el conocido y premiado
actor Ralph Fiennes, decidido a debutar como director de
largometrajes con una adaptación de la tragedia de “Coriolano”
todavía inédita por estos pagos (lo cual, por supuesto, nunca ha
sido impedimento para que el espectador realmente interesado acabe
haciéndose con una copia digital de legalidad imprecisa en versión
original subtitulada).
Siguiendo
los pasos de Kenneth Branagh, Baz Lurhmann o Julie Taymor (a quien la
crítica jamás perdonará su visión postmoderna y pasada de vueltas
de “Tito Andrónico”, pues “la libertad desenfrenada
se castiga con la desventura”3),
el guionista John Logan opta en “Coriolanus” por mantener el
texto original (recortado y reestructurado) aplicándolo a un
escenario muy distinto del propuesto inicialmente por Shakespeare.
Ahora el general Cayo Marcio combate contra el ejército volsco por
la gloria de Roma en una guerra del siglo XXI que recuerda más en su
puesta en escena al “Black Hawk derribado” de Ridley Scott (con
innegables connotaciones balcánicas) que a aquella República romana retratada por Mankiewicz en su “Julio César”.
Si
bien “toda cosa corregida no es más que remendada”4, el cambio de contexto choca brutalmente con el actual clima de
indignación popular (el movimiento 15-M y todas sus manifestaciones
aledañas) que se percibe en buena parte de las ¿democracias?
occidentales. La imagen que Shakespeare ofrece del pueblo llano en
“Coriolano” es la de una masa despersonalizada (bajo la
influencia de abyectos agitadores) que cambia de opinión con la
misma facilidad con que gira una veleta. Presentarlos en la película
como una furibunda turba salida de una movilización contra el G-20 no
parece, dadas las circunstancias, una decisión especialmente
popular. Frente a ellos, Cayo Marcio se erige como un hombre de
principios inamovibles incapaz de ceder al protocolo y a la sumisión
a la voluntad del pueblo que los patricios, la casta política
dominante, requieren de él. Con la opinión pública y parte de la
Curia posicionadas en su contra, el laureado héroe de guerra se verá
de pronto acusado de traición y desterrado de la ciudad que juró
proteger. En su exilio, encontrará una razón para seguir viviendo
en el deseo de venganza contra quienes lo desposeyeron de su honor y
de su puesto como cónsul, y aliándose con su antiguo enemigo Tulo
Aufidio conducirá al ejército volsco hasta las mismas puertas de
Roma con la intención de reducirla a cenizas.
Más
allá de la admiración que pueda suscitar el texto
shakespeariano, la gran virtud de “Coriolanus” reside en su
espectacular reparto. Como no podía ser de otro modo, Fiennes se
reserva para sí el rol principal y compone un Cayo Marcio Coriolano
violento e impulsivo, con un lado oscuro siempre a flor de piel que
se refleja en el gesto atormentado del actor que en el pasado dio
vida al Untersturmführer
Amon Goeth y al desnarizado
Lord Voldemort.
“Las palabras suenan
bien cuando el que las pronuncia place al que las escucha”5,
y tener simultáneamente en pantalla a dos veteranos de la
interpretación como Vanessa Redgrave (dando vida a Volumnia, la
autoritaria madre del protagonista) y Brian Cox (encarnando al
patricio Menenius) es un lujo para cualquier realizador debutante.
Ambos se comen la pantalla con sus respectivas aportaciones al film,
y ponen la nota más alta de un elenco excepcional. La omnipresente
Jessica Chastain, que en los últimos meses ha pasado de ser una
auténtica desconocida a estar en “Criadas y señoras”, “La
deuda”, “Take Shelter” y hasta en la sopa primigenia de Terrence Malick, se muestra aquí tan sólida como de costumbre
(pese a la brevedad de sus intervenciones) interpretando a la devota
esposa del protagonista, Virgilia. Sólo Gerard Butler rebaja el
nivel interpretativo de forma evidente con su unidimensional
caracterización del general volsco Tulo Aufidio. Es innegable que el
escocés posee un cierto carisma que le beneficia a la hora de
conseguir papeles que le vienen grandes, pero sus escasos recursos
expresivos apenas le permiten establecer diferencias sustanciales
entre un icono shakespeariano y un Leónidas cualquiera.
No obstante, el
gran tropiezo de “Coriolanus” se encuentra en la insípida labor
de dirección ejercida por Ralph Fiennes. Su discreta corrección al
planificar las recurrentes secuencias de diálogos y soliloquios
(Shakespeare es Shakespeare) se da de bruces con su incapacidad para
plasmar con claridad las contadas escenas de acción que tienen lugar
en los primeros compases del film. Lo cual es una auténtica pena,
porque las notables labores de fotografía y de puesta en escena sin
duda habrían merecido un tratamiento narrativo mucho más
sofisticado.
“El orgullo echa a
perder al hombre favorecido por el éxito”6,
y tal vez a Fiennes le hubiese ido mejor de comenzar su trayectoria
como realizador con un proyecto algo más humilde. Estrenarse en la
gran pantalla con una adaptación de una tragedia de William
Shakespeare es un reto para el que pocos directores noveles se
encuentran preparados. “Para escalar las colinas
elevadas, conviene caminar despacio al principio”7 .
Por suerte, cuando las escenas se resuelven en las distancias cortas
y son los actores quienes se hacen cargo del peso de la narración,
la película reflota gracias a la potencia genuina del libreto
original y al excelso trabajo de los intérpretes que la
protagonizan. Al fin y al cabo, “una
vez que se disipan las nubes, dejan pasar los más bellos rayos”8
.
Quizás ésa sea la más
certera demostración del incuestionable talento del dramaturgo más
laureado de la literatura universal. “El resto”, ya
sabéis, “es silencio”9.
1. “Romeo y Julieta” (1595).
2. “Trabajos de amor
perdidos” (1595).
3.
“La comedia de las
equivocaciones” (1593).
4.
“Noche de Reyes” (1601).
5.
“Como gustéis” (1599).
6, “Coriolano” (1608).
7. “Enrique VIII” (1613).
8. “A buen fin no hay mal principio” (1602).
9. “Hamlet” (1601).
9. “Hamlet” (1601).
9 comentarios:
Yo hace meses que le tengo echado el ojo, esperando a que la estrenen.
A ver si se deciden!!
No fue "Enrique V" la primera de Branagh?
Porque él se atrevió y le salió bien la jugada...
Saludos!
No tengo muy claro que vayan a estrenarla en los cines españoles, Marguis. Todavía no hay una fecha oficial (lo cual siempre es mal indicio) y además sospecho que la única forma de garantizarle una carrera comercial aceptable en es presentarla con una campaña publicitaria engañosa que se centre en el escaso factor bélico de la peli sin reproducir ni una sola línea del guión. "Coriolanus" no es una peli para el gran público. En absoluto. En España el boca-oreja se la cargaría en la primera semana... Por eso me he decidido a verla antes de darle una oportunidad a una distribución tardía. Además, verla doblada sí que no tendría ningún sentido...
No he visto "Enrique V". La tengo pendiente. Pero lo que hizo Branagh con "Hamlet" me parece bestial. Parece mentira que el director de esa película sea el mismo que el del "Thor" marvelita...
Pues yo no he visto el Hamlet de Branagh (y eso que la tengo por aquí esperando desde no sé cuándo; es tan larga que me da pereza); aunque sí he visto la de "Enrique V" que me gusta muchísimo y he visto varias veces. Pero me encanta el Ricardo III de McKellan.
Esta no la he visto, y no voy a buscar una cita del bardo de avon llama a tu puerta para terminar el comentario.
Un saludo.
Ah! La de Julie Taymor no me gustó (pero es que la obra es de las primeras suyas, ¿no? Y lo del pastel no es de mi gusto). Las de Welles están bien...sobre todo Macbeth, que aún con cuatro duros, siempre me ha gustado. No he visto la versión de Polanski que le produjo Playboy, pero suelen ponerla bastante bien (otra que "tengo" en la lista, pero esa no la "tengo").
Yo tampoco he visto el "Hamlet" de Brannagh, pero su "Henry V" es una peli que me encanta. La arenga previa a la batalla de San Quintín es sencillamente sublime y su esencia (o espíritu, como prefieras) ha sido luego copiada en otros films (la famosa arenga de "Braveheart", sin ir más lejos). En su día la puse en las "Citas Fílmicas" de TMCAF!!:
http://tenganmuchocuidadoahifuera.blogspot.com.es/2011/01/citas-filmicas-arengas-2.html
"Mucho ruido y pocas nueces" también de Brannagh no está basado también en un obra de Shakespeare?? No está mal la película, me pareció muy entretenida.
Por cierto, no tiene nada que ver con la entrada pero me apetece contartelo pues en su momento hablaste muy bien de ella. La semana pasada vi "Un Profeta" y la encontré sencillamente sublime. ¡¡Peliculaza!!
Saludos camarada!!!
A mí me pareció muy bueno el "Ricardo III" de Laurence Olivier y muy malo el "Macbeth" de Welles. Lo que pasa es que la primera es considerada teatral, cuando es una película que juega muy bien con el espacio cinematográfico, y la segunda tiene una incomprensible reputación de gran adaptación shakespeariana, supongo que por el despliegue de truenos, nieblas y gran recital de monólogos en que la envuelve Welles y que no es más que una forma de ocultar su incapacidad de dar vida en la pantalla a la obra de Shakespeare. La de Polanski es un poco mejor, pero tampoco nada del otro mundo.
Saludos.
David: me ha gustado el chiste de avon, jajaja. Yo no tengo un recuerdo demasiado malo de "Titus", pero la vi hace bastantes años, cuando mi criterio cinematográfico no estaba maduro (no es que ahora lo esté demasiado, ya puestos). Me suena que Jessica Lange y Anthony Hopkins estaban bastante bien. El "Ricardo III" de McKellen la tengo "en el horno", y la de "Enrique V" no la he visto tampoco, pero dado que tú, Charlie y Marguis habláis tan bien de ella, será cuestión de ponerse... El "Hamlet" de Branagh es enorme en todos los sentidos. Yo vi la versión integral (4 horitas, nada más) en 3 sentadas, porque hacerlo del tirón puede ser malo para la salud.
Charlie: pues sí que mola la arenga de "Enrique V". Lo dicho: a la saca. En efecto, "Mucho ruido y pocas nueces" es de Shakespeare, y de Branagh su adaptación cinematográfica más conocida. Curiosamente, hace poco Joss Whedon rodó en tan sólo 12 días una versión muy indie en blanco y negro protagonizada por algunos de sus actores fetiche (Nathan -Mal Reynolds- Fillion, Amy -Dra. Saunders- Acker, Sean -Simon Tam- Maher y Clark -agente Coulson de SHIELD- Gregg, entre otros). Tengo muchas ganas de ver qué sale de ahí... Me alegro de que te gustase "Un profeta". Para mí es una de las películas clave de los últimos años. Y ya tengo muchas ganas de ver lo próximo de su director, "De rouille ed d'os", que acaba de presentarse hace unos días en Cannes.
Jaime: muchas gracias por tu comentario y bienvenido al blog. Lo cierto es que en lo que respecta al cine clásico tengo bastantes lagunas, y desgraciadamente no puedo coincidir o disentir de tus apreciaciones sobre las películas que citas porque no las he visto. Con todo, del "Macbeth" de Welles he oído/leído bastantes cosas buenas (quizás se deba a que Welles es un poco "vaca sagrada" y tiene a la crítica y a gran parte del público "comprados", jeje)...
Esperando a que actualices. Lync
Cualquier día de estos, Lync ;) Un abrazo.
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