“Up in the air” es una buena película.
Más o menos.
Su guión tiene la originalidad, la gracia y la frescura suficientes como para que uno se convenza de que no nos están contando la misma historia de siempre por enésima vez, pese a poder identificar claramente los roles y las situaciones vividas por sus protagonistas.
Cuenta también con un buen reparto, escueto y acertado, encabezado por un siempre correcto George Clooney, el sex-symbol que además de ser guapo y simpático, piensa (¡hora de disparar los cohetes, chicas!). Secundando al actor, que carga con casi todo el peso de la película, nos encontramos con dos agradables sorpresas femeninas: Vera Farmiga, que además de tener una barbaridad de mojo también consigue hacernos creer que es inteligente y astuta, y Anna Kendrik, que hasta el momento tenía el dudoso honor de haber participado en las películas de la saga “Crepúsculo” y que gracias a la Natalie de “Up in the air” ha conseguido hacerse un hueco en las nominaciones a los Oscars. Si ha sido merecidamente o no, es algo sobre lo que no estoy capacitado para pronunciarme.
La dirección, sobria y sin sobresaltos, responde a todo lo que uno espera de Jason Reitman, quien ya había demostrado su invisible mano de buen narrador en “Gracias por fumar” y “Juno”. Sigue “Up in the air” la línea trazada por aquéllas, desarrollando una historia pequeña, de personajes, que se mueve entre la comedia y el drama sin decidirse claramente por lo uno o lo otro hasta sus compases finales.
Completan la receta una sugerente banda sonora y un esforzado ejercicio de montaje que logra por sí solo justificar escenas completas (pienso, por ejemplo, en el primer embarque aéreo que realiza el personaje de Clooney).
Se podría decir, por todo ello, que más allá de ser una buena o mala película, “Up in the air” está “bien hecha”. Correctamente incorrecta, aparentemente ácida y definitivamente convencional, divierte y consigue sembrar un par de preguntas interesantes en la mente del espectador. También arranca más de una sonrisa, qué duda cabe.
Pero, observada desde el recuerdo, se torna tibia y olvidable. No cala. No apasiona.
El mejor ejemplo de ello es esta misma reseña, escrita en apenas 5 minutos y con el piloto automático puesto.
Y ahora que ya está hecha, a otra cosa, mariposa.
4 comentarios:
A mí me parece que Up in the Air es una película en dos partes, con una primera mitad que tiene un punto de partida interesante. Ese ir por la vida de Clooney sin la carga de esa mochila que pone como metáfora en sus conferencias. Una vida sin pesos ni ataduras, sin responsabilidades ni raíces. Un hombre que es feliz viviendo esa vida por sí mismo, con su alegórica mochila vacía, sin nadie en quien pensar y por quien temer. Sus monólogos y conferencias, donde expone su filosofía de vida acaban por convertirse en una meditación filosófica sobre la vida. A pesar de su aparente ligereza formal, es una película cargada de simbolismos y fotogramas llenos de significados metafóricos. Y es, a pesar de su aparente dureza de fondo, una comedia de sentimientos con pirueta final y mensaje a la América deprimida. Por eso en su segunda mitad gira hacia el intimismo y las respuestas: es necesario, al contrario de lo que le pasa al protagonista, tener raíces, tener amigos, familia en la que apoyarse, no estar solo. La esperanza está en los tuyos. Se trata de otro film más que, definitivamente, se ocupa de las preocupaciones típicas norteamericanas: los problemas para pagar la hipoteca y el seguro médico, pero también la soledad, la unión en el grupo, las conversaciones terapeuticas y el miedo a la soltería después de los 40.
Atención SPOILERS:
No niego que "Up in the air" tenga un interesante trasfondo social de gran relevancia en la actualidad (depresión económica, pérdidas masivas de empleo, la necesidad de resistirse a la autocompasión) y que la primera parte de su discurso (todo el asunto de la mochila vacía) no esté bien llevado. El problema proviene, creo yo, de la segunda parte, ésa en la que la película nos da a entender que el modelo familiar/social tradicional es el único que, a la larga, terminará por satisfacernos. Incluso cuando está corrupto (como en el caso del personaje de Vera Farmiga).
Yo personalmente no veo ningún problema en la mochila vacía siempre y cuando sea por decisión propia. No veo la necesidad de crearse esos lazos emocionales (¿a qué viene esa reivindicación de la familia y el lugar de origen?) si no son honestos. Entiendo la jugada de Reitman. Incluso que resulte positiva (a un nivel de consciencia colectiva) en los tiempos que corren. Pero eso no implica que no me parezca reduccionista, coyuntural y totalmente convencional.
En el extremo opuesto tendríamos el "diálogo" entre los protagonistas de "El club de la lucha" en el cuarto de baño, mientras Tyler Durden está semi-sumergido en la bañera: - Le dije a mi padre: "¿y ahora qué?" Él me respondió: "yo qué sé. Cásate".
Curiosamente, "El club de la lucha" sí es apasionante y se mantiene vívida en el recuerdo de mucha gente. Precisamente, quizás, porque huye de los lugares comunes, las respuestas fáciles y los mensajes tradicionalistas.
O quizá (permítaseme hacer de abogado del diablo, a mí me gusta mucho más también El Club de la Lucha) porque esta es una película visualmente más espectacular y con un transfondo de fantasía, mientras que Up in the Air acaba resultando mucho más real. Cuántas personas salen adelante hoy día gracias al apoyo de su familia. Sí, tradicional. Sí, conservador. Pero en tiempos difíciles los modelos de toda la vida son los que responden y funcionan.
En efecto, Nemo, ahí está esa lectura socialmente positiva que creo que la película ofrece. Pero su discurso no deja de parecerme algo calculado, que no sale del corazón del autor sino del discurrir "vamos a darle esto al público para que se vaya a casa con su familia y su hipoteca y sus planes de pensiones con sensación de catarsis y esperanza en el mañana". Un poco como el buenrollismo coyuntural que se desprendía de "Slumdog millionaire", una cinta que invitaba a creer en el "dios proveerá" en tiempos de crisis y en un entorno totalmente marginal. No digo que estas propuestas no puedan ser válidas (sobre todo si están bien abordadas), pero no me gusta tener esa intuición (tal vez equivocada, lo reconozco) de que se deciden de un modo estratégico, con fines conscientemente manipuladores.
Pueden ser, por supuesto, paranoias mías que no se ajustan a las intenciones reales de la película (que tal vez sea muy sentida y muy honesta en su concepción), pero a mí me han hecho observarla con cierto desdén e incredulidad. Curiosamente, hace unas horas me acusabas de tener demasiada fe en la humanidad ;)
P.D.: "...en tiempos difíciles los modelos de toda la vida son los que responden y funcionan."
Díselo a la industria discográfica, jajaja...
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