martes, diciembre 22, 2009

Desde la J a la S

“Siempre voy a tenerte que agradecer
Que hayas sido conmigo tan embustera
Y me hayas enseñado lo que es querer
Bailar mientras rodamos por la escalera.

Has despejado mis dudas
Y has logrado que aprendiese
A ser un perfecto Judas
Desde la J a la S.

Contigo he aprendido que la humedad
Es algo que se seca y se olvida.
Gracias a ti he sabido que la verdad
Es sólo un cabo suelto de la mentira.

Por eso sé que perderte
No era quedarme sin nada.
La muerte es sólo la suerte
Con una letra cambiada.
(…)”


[Sostiene mi hermano (sí, suena a título de Antonio Tabucchi) que esta “Embustera” bien podría ser una letra dedicada por Joaquín Sabina a mi persona. Yo, que soy más romántico que él, digo que tampoco será para tanto y que quizás me peguen más los versos de la titulada “Virgen de la amargura”. Lo que sí es impepinable es que el genio de Úbeda ha vuelto a las andadas con un disco menos genial de lo que algunos hubiéramos deseado. Bien es cierto que esto no es novedad: por buenas que hayan sido algunas canciones editadas con posterioridad (me vienen a la mente “Peces de ciudad” o “La canción más hermosa del mundo”), Sabina no publica un disco realmente imponente desde aquel “19 días y 500 noches” que lo encumbró, por ventas, trascendencia y calidad, como uno de los más grandes artistas pop (en el sentido más amplio del término) de nuestro país. “Vinagre y rosas”, su último álbum, es un trabajo que no avanza ni un centímetro en los esquemas musicales del cantautor (lo más destacable es la doble aportación de Pereza, tanto en esta “Embustera” como en el single “Tiramisú de limón”), pero que cuenta de nuevo con su buen hacer literario, más estético y menos visceral que en otras ocasiones (debido, supongo, a su condición de trabajo a cuatro manos junto a su amigo Benjamín Prado). No es tampoco un mal disco, ojo. Es, simplemente, uno más de Sabina. Venderá una barbaridad, seguro; conllevará una exitosa gira por España entera y parte de Sudamérica y le permitirá otros 5 años de excesos y putas (o tranquilidad y jubilación, según se rumorea); pero será olvidado en menos que canta un gallo. O un poeta jiennense.]

3 comentarios:

BeeLili dijo...

Hola, yo también me paso y comento ;) (Iba a comentar en la entrada que me pasaste de Bunbury pero era de hace bastante tiempo y he preferido comentarte aquí).

Aún no he escuchado este ultimo disco de Sabina, a parte ,claro está, del single "Tiramisú de limón". La canción me gusto pero tampoco tanto como otras canciones con más años encima.

Besinos.

P.d.: Yo tampoco habría sabido que hacer al cruzarme a Bunbury por la calle(si es que lo veo porque con lo miope y despistada que soy igual ni me pispo jeje).

Ѕilυiα dijo...

A mi, Sabina me gustaba más al principio la verdad... ahora ha perdido bastante de su encanto. Imagino que después del "marichalazo" que le dio ve la vida y la música desde otra perspectiva...

Besos Jero y feliz Navidad!! :)

Jero Piñeiro dijo...

Lilly: ¡ante todo, bienvenida! Normal que no comentases en aquella entrada, que ya tiene tiempo... (aún así lo habría visto igual porque me llega un mail al correo cada vez que alguien comentar). Tienes razón en lo de la canción, no es de las mejores de Sabina... Un beso para ti también.

Silvia: coincido contigo; Sabina molaba más antes del marichalazo. Antes de eso el tío era un auténtico calavera y ahora me parece un señor que intenta aparentar que sigue siendo un calavera. Con todo, sus letras siguen siendo maravillosas. Ya te he felicitado en tu respectivo, pero no me importa repetirme, jejeje: ¡feliz Navidad y besos a cascoporro!