Que Eva es una de las personas a las que más quiero en el mundo no es ningún secreto. Una de las muchas razones para tan sano sentimiento es que ella siempre consigue sacar lo mejor de mí. Incluso cuando no me apetece.
Para muestra, un botón: hace mucho, mucho tiempo, servidor comenzó a ilustrar una historia de piratas en la que poco a poco fui perdiendo la ilusión y el empuje, dejándola inconclusa. A veces, si no estaba muy atareado con encargos u otros proyectos, le dedicaba unas cuantas horas a alguna de sus páginas. La última vez (hasta ahora) fue hace al menos nueve o diez meses.
Si hubiera trabajado en estos piratas de forma ininterrumpida, probablemente los habría despachado en poco tiempo. Pero, debido a mi desidia (una de mis más célebres cualidades), lo que podrían haber sido unas semanas de trabajo acabaron convertidas en muchos meses de perezoso hiato.
Aquí es donde entran Eva y su flamante nuevo blog. El día en que la susodicha le dedicó a mis piratas una entrada de su bitácora me sentí profundamente decepcionado conmigo mismo por no haber terminado seis míseras páginas en tantísimo tiempo y me puse manos a la obra para dar por finiquitada esta infantil actitud mía.
El resultado es esto que aquí os muestro. Cuatro de las páginas ya habían visto la luz en El Abismo, pero me ha parecido apropiado colgarlas todas de nuevo y de forma ordenada para que podáis leer la historia al completo.
Creo que la distancia temporal a lo largo de la cual unas y otras fueron realizadas queda claramente patente en el uso del color, bastante deficiente en las dos primeras planchas y (relativamente) más satisfactorio a medida que avanza la lectura (y por si alguno con buena memoria se lo está preguntando, la respuesta es sí: los piratas de la página 5 son los mismos que antes presidían la cabecera de este blog). Una vez terminada la sexta página, pensar en rehacer la primera me parecía otra forma de perpetuar esta absurda dinámica de nunca acabar, así que he decidido dejarlo como está y desentenderme de una vez de Will “el diablo” y su drama personal.
A partir de hoy, prometo solemnemente luchar con más ahínco contra el agujero negro de la vagancia que absorbe mi energía creativa y me abotarga en el colchón con un tebeo en las manos o delante de internet día sí y día también. A ver si mi próximo comic no tarda tantísimo en ver la luz.
Y, por supuesto, un millón de gracias, Eva. Te adoro.
4 comentarios:
Estaremos esperando el siguiente impacientemente.
Es fantástico!! mi favorito! por fin tengo un personaje de carne y hueso y no un... zorro, mírame a los ojos!!! jajajaja!
Te quiero mucho! no falta naaaaada, naaaaaaaada!! gracias por todísimo!
Ya me sonaba a mi haberlo visto a los piratas rondando por "El abismo"
Muy buen trabajo la verdad, tienes mucha suerte de tener a gente que te anime con trabajos incompletos.
Quela: gracias! ;)
Eva: esos rizos, jajajaja... Nos vemos en un santiamén, ¡qué ganas!
Silvia: es verdad que soy muy afortunado, jejeje. ¡Gracias!
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