Dentro de la ficción hay ideas condenadas a repetirse en
variaciones infinitas, siendo el contexto y la ejecución los factores que
determinarán el buen o mal resultado final de una obra. Así, el concepto del
asesinato preventivo viene rebotando por las cuatro esquinas del género
fantástico y de la ciencia-ficción desde hace décadas, llegando incluso a
terrenos tan inesperados como la vanguardia publicitaria: si pudieses impedir
un holocausto eliminando al genocida durante su infancia, ¿estarías dispuesto a
asumir las consecuencias?
Trasladado al universo Marvel, este manoseado concepto
supone el germen de la colección que más ha ayudado a afianzar la imagen de
Rick Remender como uno de los nuevos ideólogos de la compañía. “Imposibles
X-Force”, cabecera originalmente serializada en EE.UU. en 35 entregas
(recopiladas en España por Panini en 5 tomos), está protagonizada por un equipo
de operaciones encubiertas liderado por Lobezno que tiene como objetivo
afrontar cualquier amenaza contra la comunidad mutante antes de que ésta llegue
a manifestarse. Y si Adolf Hitler es, históricamente, el mayor cliché sobre el
exterminio masivo, En Sabah Nur (a.k.a. Apocalipsis) representa al mayor
genocida potencial del multiverso creado por Stan Lee y Jack Kirby.
La improbable alineación de mutantes cool capitaneada por James “Logan” Howlett incluye a otros miembros
como Masacre (el mercenario bocazas), Mariposa Mental (la ninja telépata),
Arcángel (antiguo jinete del propio Apocalipsis) y Fantomex (carismático ladrón
de guante blanco creado por Grant Morrison en su controvertida etapa al frente
de la franquicia X). Su primera misión, neutralizar a un renacido En Sabah Nur
cuando todavía es un infante, supondrá el punto de partida para una serie de
aventuras encadenadas que llevarán a sus protagonistas hasta las últimas
consecuencias morales del planteamiento inicial, y les obligarán a tomar
decisiones extremas que podrían condenar sus almas para siempre.
Se trata de una etapa pensada de principio a fin como un
todo, sin mayores interferencias editoriales (más allá de ciertos vínculos,
bastante procedentes, con la estupenda “Lobezno y los X-Men” de Jason Aaron),
en la que sólo el baile de dibujantes que sufren la práctica totalidad de las
series regulares de super-héroes propicia ciertos altibajos de calidad. Con
todo, y viendo los pintamonas que a veces uno tiene que tragarse para seguir
ordenadamente sus series favoritas, una colección en la que se suceden en los
créditos nombres como los de Jerome Opeña, Esad Ribic, Phil Noto o Julian
Tonino Tedesco tampoco puede considerarse especialmente desafortunada.
Al timón literario se encuentra, como decía, un inspiradísimo
Rick Remender, haciendo méritos para que a continuación el editor Axel Alonso
le dejase jugar con las primeras espadas de la compañía. Actualmente Remender
guioniza las colecciones del Capitán América y de los Imposibles Vengadores,
enmarcadas en el relanzamiento de la editorial conocido como Marvel NOW!, y no
es difícil entender el por qué: tanto en su estancia en la serie protagonizada
por Veneno como en estos “Imposibles X-Force”, el guionista oriundo de Portland
(Oregon) demuestra unos sorprendentes sentidos del ritmo y de la
caracterización de personajes, realzados por un conocimiento profundo de aspectos poco explotados de la mitología marvelita.
En lugar de recurrir a los lugares comunes más visitados por
otros compañeros de profesión, en “Imposibles X-Force” Remender prefiere explorar
escenarios como Otromundo (el vórtice de realidades donde coinciden todos los
Capitanes Britania del multiverso), el programa Arma Plus (otra de las muchas
ideas de Morrison para “New X-Men”) y la Era de Apocalipsis (megaevento mutante
de los años 90 con tantos defensores como detractores) o personajes más o menos
olvidados como Deathlok, Pórtico o la Bestia Oscura. Todo esto convierte a la
colección en un soplo de aire fresco para el aficionado marvelita de toda la
vida, pero podría suponer un handicap para los no iniciados, que se perderán
entre la maraña de nombres y uniformes desplegada en incontables viajes en el
tiempo y expediciones a tierras alternativas.
Como decía al principio, son el contexto y la ejecución los
que pueden sacar de una idea ya conocida un resultado absolutamente
impredecible. Cuando el contexto es un viaje a velocidad de vértigo por los
rincones más injustamente olvidados del universo Marvel y la ejecución es una
montaña rusa de épica, tragedia, acción, humor y ciencia-ficción, el resultado,
por mucho que encaje dentro de los parámetros ya conocidos del clásico producto
marvelita, está destinado a ser recordado como un clásico moderno dentro del
género super-heroico.
Apúntate una, Remender.
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