Que a estas alturas del negocio super-heroico una película
pueda dividir tanto a su público objetivo como lo ha hecho “Iron Man 3” no
puede entenderse sino como un éxito. Un éxito no sólo comercial, pues el film
va camino de ser uno de los grandes taquillazos del año en curso, sino también
un triunfo de cara a la percepción popular, porque la tercera ¿y última?
entrega de las aventuras en solitario del vengador dorado ha conseguido generar
reacciones de lo más polarizadas en el termómetro más fiable para medir la
percepción del público: internet.
"Metamos todo lo que quepa": un clásico de los carteles para blockbusters.
La arrolladora repercusión generada por “Los Vengadores”,
cinta que logró contentar a (casi) todo el mundo, ponía el listón por las nubes
de cara a un cierre de trilogía cuya responsabilidad pasaba de las competentes
(aunque despersonalizadas) manos del actor/director Jon Favreau a las del
semi-debutante guionista/director Shane Black, cuyo único título como
realizador hasta el momento había sido la comedia neo-noir de culto “Kiss Kiss
Bang Bang”. Black, no obstante, gozaba de cierto reconocimiento en la industria
audiovisual tras haber firmado los libretos de la saga “Arma letal” y de otros
films de acción con chispa como “El último boy scout” y “El último gran héroe”,
y su elección de cara a dotar a la franquicia protagonizada por Robert Downey
Jr. de una cierta personalidad autoral (por restrictivas que sean las
directrices que un gran estudio como Disney/Marvel pueda imponer a sus
carísimos proyectos cinematográficos) bien podría ser un eco del “efecto
Whedon” que tan bien sentó a la puesta de largo del super-grupo marvelita.
Pose molona ligeramente gratuita.
Vista la frialdad generada por “Iron Man 2”, cinta que
encuentro más entretenida que la mayoría de mis conocidos pero que no dejaba de
ser un puente demasiado evidente entre la primera entrega y la aventura
conjunta de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, parecía evidente que lo que
la saga del hombre de hierro (no confundir metales, por favor) necesitaba eran
ideas frescas y un poco de pensamiento “outside the box”, como dicen los yankis. Ha sido precisamente este
salirse de lo establecido lo que ha encolerizado a buena parte del fandom,
indignada (que hay que ver las cosas por las que se indignan algunos habida
cuenta de la coyuntura socio-político-económica en la que nos encontramos) con
algunos giros de guión que traicionan los casi 50 años de andadura editorial del personaje.
Tony Stark pasa más tiempo fuera que dentro de la armadura. Qué más da: funciona.
Así, la web se inunda estos días con las quejas del talibán
marvelita que lamenta el escaso tiempo en pantalla en que vemos enfundado en la
armadura metálica que da título al film a Tony Stark (pletórico Downey Jr.,
encarnando por tercera vez a un personaje que ya nadie se imagina con otro
rostro). También se queja este mismo marvel zombie del juego de engaños profundamente nolaniano (de Nolan, Christopher, a.k.a.
el-tipo-que-logró-que-olvidases-al-Batman-de-Schumacher) al que el villano de
la función, un iconoclasta Mandarín encarnado por el siempre espléndido Ben
Kingsley, somete al héroe
protagonista. Argumenta el geek al-pie-de-la-letra que al científico/filántropo/millonario/playboy no
le sienta bien la angustia existencial derivada de su traumática experiencia en
los apocalípticos compases finales de “Los Vengadores”, para al segundo
siguiente arremeter contra la ligereza cómica que “Iron Man 3” destila durante
la mayor parte de su metraje.
El Mandarín. Pero no como te lo habías imaginado.
Pataletas todas del mismo fan caprichoso que en su día
arremetió contra la telaraña orgánica del “Spider-Man” de Raimi o el destino
trágico de cierto telépata de nivel omega en la fallida “X-Men: la Decisión
Final”, pasando por alto que aquellos films (y muchos otros susceptibles de no
respetar al 100% las siempre contradictorias y habitualmente inadaptables cinco
décadas de continuidad marvelita) no eran buenas o malas películas por detalles
menores que poco tenían que ver con su auténtica calidad cinematográfica. La
fidelidad puede ser una losa tan pesada, o más, que la flexibilidad a la hora
de adaptar un material ficticio preexistente; y si no que se lo digan a Robert
“Sin City” Rodríguez o a Zack “Watchmen” Snyder.
Guy Pearce, actor infravalorado donde los haya, le quiere robar la chica a Tony. O no.
“Iron Man 3” es una patada en la boca del aficionado que
espera una traducción literal a la pantalla de las viñetas de los Kirby, Romita
Jr. o Granov que a lo largo de los años han contribuido a engrandecer la
mitología que rodea al personaje. De hecho, su deuda no es tanto hacia los
tebeos de los que provienen Tony Stark y su álter ego metálico como hacia las
dos entregas precedentes, que sentaron un tono que tampoco estaba en los comics
(al menos no en la continuidad oficial o Tierra 616) y, sobre todo, a una forma
de entender el cine de entretenimiento que va de las buddy movies al estilo “Límite: 48 horas” hasta el cine de espías
desenfadados alla “Mentiras
arriesgadas”, pasando por la pirotecnia de videojuego de la inevitable
referencia vengadora.
Don Cheadle interpreta una vez más a James "Máquina de Guerra" Rhodes. Entonces... ¿por qué no sale Máquina de Guerra?
Que un producto de este estilo contenga el doble de ideas,
él solito, que sus dos entregas precedentes juntas, ya me parece digno de
cierto reconocimiento. Dichas ideas gustarán más o menos a cada espectador
dependiendo de su predisposición a aceptar por buenas las transgresiones
perpetradas por Black y su colaborador literario Drew Pearce (presente también
en los créditos de la inminente y muy prometedora “Pacific Rim” de Guillermo
del Toro), pero es indudable que el esfuerzo creativo invertido en esta “Iron
Man 3” va más allá del mero estiramiento del chicle super-heroico, y que esta
capacidad para tomar riesgos aún a costa de las expectativas del talifán puede ser la mejor noticia de cara a la Fase 2 del
macro-proyecto cinematográfico de la Marvel.
Tony Stark fuera de la armadura otra vez. Sigue funcionando: viva y bravo.
Porque al final lo que realmente importa en una película de
este tipo, que no aspira a ampliar los límites conceptuales del Séptimo Arte ni
a arrasar en el circuito de festivales de cine independiente (para qué, si
Downey Jr. ya participó en una cinta galardonada con el premio del Mono Llorón del Festival de Beijng), es que ofrezca dos horas de entretenimiento sin
complejos, humor socarrón para todas las edades y escenas de
acción que justifiquen la desorbitada inversión económica realizada por la
productora. “Iron Man 3” ofrece eso y quizás incluso más: la sensación de que
los guionistas no se han dejado todo el cerebro fuera del despacho donde se ha
dado forma a la nueva línea de figuritas de acción, se han establecido las
fases del videojuego oficial y (oh, vaya) se ha decidido el contenido narrativo
del film.
No es el “Ciudadano Kane” de los super-héroes, pero a mí personalmente me llega con que sea ella misma y no aspire a nada más: Ciudadano Stark.
¿El fin?
No es el “Ciudadano Kane” de los super-héroes, pero a mí personalmente me llega con que sea ella misma y no aspire a nada más: Ciudadano Stark.
3 comentarios:
Para mí es, con diferencia, una de las tres mejores pelis marvelitas: guión consistente, divertida y con un Tony que recupera su carisma y sentido del humor tras el peñazo de la segunda parte. Y no entiendo las críticas porque se desmarque del Iron Man "tradicional". Es que ni esta, ni las dos anteriores, ni Los Vengadores, tienen nada que ver con la continuidad tradicional. Lo que ha hecho Marvel, con buen criterio, es adaptar el universo Ultimate de Mark Millar, muchísimo más gamberro que la solemne continuidad habitual.
¿Cuáles serían tus otras dos pelis Marvel favoritas, David? Intuyo que una de ellas es "Los Vengadores". En mi caso, sin duda la otra sería "X-Men 2". Lo que no tengo claro es que "Iron Man 3" fuese la tercera.
Desde luego este Tony Stark no es el personaje del universo Marvel tradicional, sino su versión sarcástica y juerguista de la continuidad Ultimate. Y eso es algo que muchos espectadores/lectores parecen obviar a la hora de criticar la supuesta falta de fidelidad de "Iron Man 3" respecto al original tebeístico. Partiendo de esa base, todo lo que los guionistas decidan cambiar a mí me parece bien siempre que tenga sentido DENTRO de la película. Es como lo de que el nuevo Clark Kent (de Nolan y Snyder) no lleve gafas o no sea periodista (algo que no sé si al final será o no, pero que por lo visto en los trailers no tiene pinta): si estos cambios hacen la película más ágil o más verosímil (dentro de lo verosímil que puede ser un concepto como la Gran S), a mí me vale.
Yo estoy contigo, me da igual un relativo desapego del original siempre que sea para mejorar la peli. A la gente le cuesta comprender que muchos conceptos tradicionales del universo superheroico están totalmente desfasados, y sólo son digeribles por lectores veteranos que están tan habituados a ellos que no perciben como chirrían en un guión consistente. El personaje de El Mandarín, sin ir más lejos, es un Rhas Al Ghul de tres al cuarto que no hay por donde pillarlo si quieres contar una historia medianamente verosímil. Debe ser el villano más kitch del Universo Marvel.
Para mí, las tres mejores serían, por este orden, Tha Avengers, Iron Man 1 (sé que para ti no) y Iron Man 3. Y me refiero a Marvel como productora, ya que XMen y Spiderman son de Fox y Sony respectivamente, y no son coherentes con este nuevo universo marvelita-cinematográfico. Pero si hubiera que incluirlas, probablemente XMen 2 pasaría a ser la tercera.
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