martes, abril 12, 2011

Sinestesia de una distopía polaca

Os ha gustado el título, lo sé. Lo malo es que suena a letra chorra de Mecano y que ahora voy a tener que defender su significado en este texto...

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Debo confesaros que mi plan bloguero para hoy era colgar una breve crítica de “Angles”, el nuevo disco de The Strokes, esa banda que causó furor hace diez años con su debut “Is this it”. Pero la verdad, ay, es que no sólo he sido incapaz de escuchar el disco entero (me aburría mucho), sino que me he dado cuenta de que ya hay demasiadas reseñas en internet que lo están poniendo bien/regular/a parir, y que una más no marcaría en absoluto la diferencia... ¿No tenéis la sensación de que la mayoría de blogs que leéis se retroalimentan con los mismos discos, posters, novedades de tebeos y demás? ¿Para qué voy a subir yo también el vídeo de la WonderCon de “Green Lantern” (ups!) si ya puede verse en 7 millones de webs distintas?


Por eso he decidido que hoy voy a escribir sobre algo que no está de actualidad y que posiblemente no le interese a nadie. Y precisamente por eso hoy seré el blogger más interesante de internet: “Hooah!” (que diría Frank Slade).

En 2011 se cumplen 25 años de la publicación de “Nowa Aleksandria”, único LP (lo dice la Wiki) del grupo polaco de post-punk Siekiera (¿me lo parece a mí o la expresión “grupo polaco de post-punk” es la cumbre del snobismo musical?).

“¿Y a mí qué?”, me diréis. Pues lo que vengo a deciros es que se trata de un disco altamente recomendable: oscuro, sugerente y terriblemente actual, dos décadas y media después de su aparición. No es que me pirre el rollo post-punk/after-punk/new-wave/nadie-sabe-cómo-llamarlo (ni siquiera el que en su día practicaron Joy Division y The Chameleons... va, venga, ya podéis prenderme fuego), pero creo que este disco tiene ese algo más que diferencia lo bueno de lo especial. Quizás es que, para ser obra de un grupo disuelto hace décadas que en España sólo conoce una ínfima minoría, me parece que está estupendamente producido, sin los molestos manierismos ochenteros que empañan algunos de los álbumes más célebres del sub-género.

Guitarras afiladas, casi heavys, y un bajo con gran protagonismo arropan una voz de registro muy limitado pero plena del carácter ominoso que impregna todo el disco. Temas prácticamente instrumentales como “Tak Duzo, Tak Mocno” o “Na Zewnartz” sacan lo mejor del grupo desde el punto de vista compositivo y, aunque nada puedo aportar sobre el significado de las letras (yo, de polaco, poco), tanto daría que hablasen sobre la ocupación nazi (¡vivan los clichés!) como del cultivo de coliflores en Pomerania: en mi cabeza, “Nowa Aleksandria” es la banda sonora de una película de ciencia-ficción distópica cargada de rabia y desesperanza (¿alguien ha dicho “Blade Runner”?).


Ése es el milagro de la sinestesia: uno escucha un sonido y su cabeza lo reinterpreta como una percepción táctil, o huele un aroma y en su cerebro se transforma en un color. Creo que por eso nunca me han entusiasmado The Strokes (volviendo al origen de esta entrada): cuando escucho sus canciones, salvo excepciones muy contadas, no me sugieren nada que no sea precisamente música. Puedo saber que algo está “técnicamente bien”, que es “correcto”, pero si no despierta en mi imaginación algún tipo de asociación sinestésica, jamás me enamorará.

The Strokes acaparan titulares hoy, pero dudo mucho que yo vuelva a escuchar “Angles” en los próximos 10 años. Siekiera, a los que descubrí por pura casualidad hace unos días, apenas fueron noticia en su momento, hace un cuarto de siglo, pero es muy probable que escuche “Nowa Aleksandria” un montón de veces más en lo que me queda por vivir.

Varias moralejas. Y todas muy obvias.

3 comentarios:

David dijo...

Me acabo de levantar. Y escuchar de buena mañana Tak Duzo, Tak Mocno... no sé... Igual no tengo el momento.
Pero este post está francamente bien.
Jo! En lo de la enésima reseña del disco peli, o la imagen de lo último, tienes más razón que yo qué sé...
Por eso está bien que comentes o des a conocer cosas relativamente desconocidas.
Creo que no he escuchado nunca a los Joy Division (por si tienen que quemar a dos).
A los Strokes me los recomendó un amigo hace muchos-muchos años... y escuché unos cuantos temas (me gustaron, sin más). El que has enlazado en plan, me aburrí mucho (yo también). Pero Reptilia está bien, sí (aunque sin más).
Buenos días.

David dijo...

De todas formas, casi se necesita el tiempo de escuchar un disco con tanto enlace en tus entradas.
¿Qué necesito... un día entero para las entradas de Radiohead?

Jero Piñeiro dijo...

Bueno, igual Siekiera no son un grupo para levantarte de la cama. Para eso mejor algo más animado y así empezar bien en el día, ¿no?

Puedes considerar la lectura de la entrada sin enlaces como la versión comercial, y si la lees pinchando en los vínculos, el director's cut, jejeje.