jueves, febrero 28, 2013

A través del espejo y lo que Charlie Brooker encontró allí

La sátira es una suerte de espejo en el que los que observan generalmente descubren los rostros de todos menos el propio, principal razon por la que es bien recibida en el mundo, y por la que tan pocos se ofenden ante ella.

Jonathan Swift

El futuro está roto: imagen publicitaria de la segunda temporada de Black Mirror.

El merecido revuelo causado por la primera temporada de “Black Mirror” puso a su creador y guionista, Charlie Brooker, en el punto de mira de los aficionados a la ficción catódica. Su devastadora propuesta, tan deudora de la ciencia-ficción especulativa alla Orwell (o Zamiatin, o Huxley…) como de los shows antológicos al estilo de “En los límites de la realidad”, fue recibida con ovaciones generalizadas por parte de crítica y público, poniendo de manifiesto que el creador de la interesantísima “Dead Set” estaba llamado a ser uno de los showrunners de referencia en la actual edad de oro de la caja-ya-no-tan-tonta. El anuncio hace apenas unas semanas de que una segunda temporada estaba en camino puso la miel en los labios de quienes hace un año gozamos y nos estremecimos con las jeremiadas distópicas del escritor inglés, y su reciente emisión ha confirmado que las esperanzas depositadas en el talento de su responsable no habían sido un espejismo.

Hayley Atwell, protagonista estupenda (en todos los sentidos) de "Be right back".

Al igual que en su primera temporada, tres son las historias, independientes entre sí, que componen la nueva hornada de “Black Mirror”. La primera, “Be right back”, supone una inquietante reimaginación en clave philipkdickiana (¡toma deonomástico!) del pastelón “Posdata: te quiero”. “White bear” es una enfermiza aproximación al clásico esquema narrativo de supervivencia post-apocalítptica que comienza cerca del “Crossed” de Garth Ennis y Jacen Burrows para desembocar en un cuestionamiento moral totalmente inesperado. “The Waldo moment”, por su parte, explora las consecuencias que un ridículo personaje de resonancia viral (una mezcla entre Trancas y Barrancas de "El Hormiguero" y el candidato eurovisivo Rodolfo Chikilicuatre) podría tener en caso de trascender la esfera lúdica y extender su influencia al ámbito político.

El trabajo técnico llevado a cabo en esta segunda temporada es de nuevo incontestable, y la presencia de un reparto brillante redondea unos cuidados estándares formales que se han convertido en santo y seña de las últimas producciones de ficción británicas (así lo atestiguan “Sherlock” y “Misfits”, y lo vaticinan los prometedores avances de la próxima “In the flesh”).

Uno de los turbadores maníacos que pueblan el universo de "White bear".

Sin embargo, estas últimas entregas de “Black Mirror” parten con un handicap evidente respecto a su exitoso debut: el factor sorpresa se ha perdido, y si a estas alturas uno espera que cada capítulo sea un nuevo “The national anthem” o “The entire history of you” puede llevarse una pequeña decepción. Con todo, y aún siendo cierto que esta nueva tanda de episodios no alcanza, en términos generales, la brillantez de su primera temporada (de forma individual “Be right back” sí lo hace, e incluso supera a “15 million merits”), el nivel sigue siendo sobresaliente en comparación con la gran mayoría de producciones televisivas que uno puede disfrutar actualmente en la pantalla de su dispositivo audiovisual (hablar de televisores resulta a estas alturas un tanto ingenuo). Y, tanto o más importante, su carga crítica hacia la sociedad actual no ha perdido un ápice de relevancia.

El oso animado Waldo, protagonista de "The Waldo time", en pleno debate político.

Empleando el género como vehículo y no como fin (como debe ser, vaya), Brooker plantea tres mediometrajes que reflexionan sobre la falsedad de los candidatos electorales y el descreimiento político del electorado, la humillación mediática como forma de entretenimiento, los límites morales de la justicia impuesta a los hombres por los hombres o la asimilación del duelo y de la naturaleza ¿irreversible? de la muerte. “Black Mirror” continúa en esta segunda temporada haciendo preguntas incómodas sobre quiénes somos (hoy, ahora) como individuos y también como parte de una sociedad cada día más deshumanizada, y sobre las implicaciones éticas que la demencial escalada tecnológica plantea a diario en nuestra vidas.

Si la cita de Jonathan Swift que abre esta entrada es cierta, entonces “Black Mirror” debe ser algo más que una simple sátira, porque observándola resulta imposible no ver el reflejo propio sobre su oscura superficie especular.

7 comentarios:

David dijo...

Teaser de futuro comentario.

La veré. Me gustó la primera temporada (aunque creo que le gustó más a mi hijo (jaja))
El de los méritos me pareció el más flojo de los tres. Y el del cerdo... impacta, vale, pero el que más me gustó con diferencia fue el tercero. Supongo que se pierde el factor sorpresa...y a la larga tampoco me han dejado un recuerdo tan maravilloso esos episodios (salvo el tercero; una gran idea, muy bien llevada).
Cuando vea estos, te comento.
Un saludito

wintermute dijo...

No sé a ti, pero a mi White Bear me recordó mucho al Bad Boy de Miller y Bisley. La moraleja yo creo que no hay por donde cogerla. Prefiero una venganza al estilo Kill Bill o Chan-wook Park.

Respecto a 'Be right back' creo que tiene una propuesta tan acojonante que no es ciencia ficción. Lo veo posible dentro de no más de diez años. La historia se desinfla un poco hacia el final, eso sí, y el robot es un coñazo. Me recordó a cierto vídeo de Arcade fire, grupo por cierto muy conectado con la serie http://www.youtube.com/watch?v=Iz-WDk7Tbsc

Jero Piñeiro dijo...

David: me mola tu modalidad teaser, jajaja. Pero espero que vuelvas por aquí cuando la hayas visto, ¿eh? A mí "The entire history of you" (es decir, el tercero) también fue el que más me gustó de la primera temporada. Y parece ser que a Robert Downey Jr. le ha pasado lo mismo, porque ha comprado sus derechos para hacer con él un largometraje. El primero de esta temporada, "Be right back", me recuerda bastante en intenciones: es una historia íntima con sólo una pareja protagonista, hablando de sentimientos que se pueden presentar en una relación sentimental. De alguna manera, esta segunda temporada tiene con la primera una relación de simetría especular (qué apropiado, ¿no?): el primer episodio se hermana con el tercero de la primera, el segundo con el segundo (por ser los más alejados, en principio, del momento presente) y el tercero con el primero de la primera (al tratar el tema de la imagen política a través de los medios de comunicación). O igual yo estoy viéndole tres pies al gato, no sé. Échale un ojo, David. Sabiendo que sientes predilección por "Inteligencia artificial" de Spielberg, creo que al menos "Be right back" te va a gustar... y los otros también están muy, muy bien.

wintermute: ante todo, bienvenido al Abismo y mucha gracias por tu comentario. A mí "Be right back" me gustó entero. Cuanto más avanza la historia más se aleja de las posibilidades tecnológicas presentes (y por tanto va perdiendo esa sensación de "esto podría estar pasando en 5 años" de sus primeros minutos), pero creo que su significado también va ganando en matices. De hecho el final, la última escena, me gustó mucho. Sobre "White bear": creo que hemos hecho una lectura distinta del episodio:

¡Atención SPOILERS!


Tú la ves como una historia de venganza; yo como un acto de tortura. Y creo que Brooker aquí pretende denunciar la insensbilidad de la sociedad al enfrentarse al destino de los criminales juzgados culpables. No defiende a la protagonista, pero sí ataca la inmoralidad del sistema de castigo, que no deja de tener mucho que ver con los juicios televisados y las ejecuciones de los condenados a muerte en EE.UU., con un componente de morbo y de acusación popular que plantea serias cuestiones éticas. Además, Brooker presenta el sistema penitenciario como una especie de retorcido safari en el que los presos han perdido totalmente sus derechos. Incluso el derecho a seguir recordando quiénes son. Al menos así lo he entendido yo.


Fin del SPOILER (y del comentario, ya puestos).

charlie furilo dijo...

Precisamente este fin de semana pasado me vi de un tirón la primera temporada (ya ves, que poco a poco, voy poniéndome un poco al día, al menos en lo que a la ficción catódica se refiere) y además (algo que no suelo hacer habitualmente) en versión original con subtítulos en castellano.

Tuve conocimiento de que se estaba emitiendo la 2ª temporada y recordé las alabanzas que le dedicaste en su día en tu reseña. Así que teniendo en cuenta que a mi "Dead Set" me flipó y que eran sólo 3 capítulos autoconclusivos, me puse a ello.

Y la verdad es que me encantó. Es una visión bastante turbadora de la sociedad actual, en la que es difícil no verte a ti mismo reflejado en algunos momentos, así que opino como tú, que debe ser algo más que una simple sátira.

"The National Anthem", el primer episodio, es sencillamente espectacular: con un perfecto dominio del ritmo y la tensión dramática es además, dejando a un lado el peculiar e impactante dilema moral que plantea, una perfecta disección del fenómeno de las redes sociales, youtubes y demás, y de su innegable poder, un juego en el que todos entramos, en mayor o menor medida.

El segundo, se me hizo un poco más pesado, pero su argumento es bastante original y el final, con el protagonista, a priori con una integridad y unas firmes convicciones morales, convertido en una parte del sistema que crítica, un simple producto o en un estómago agradecido, me pareció desolador.

Pero si hay uno que me gustó de veras, fue el último capítulo "The entire history of you": Acojonante. La interpretación del protagonista - no recuerdo su nombre, pero ¿no era el que hacía de colgao de vuelta de todo en "Rockanrolla"? - es para enmarcar (y viéndola además en su versión original, se puede apreciar en todo su esplendor). Y la historia es de esas que se te quedan grabadas a fuego en la mente durante unos cuantos días. Una prueba más de que los avances tecnológicos, muchas veces, no sólo no nos facilitan o mejoran la vida, sino que además nos hacen peores personas y son capaces de destruir las relaciones personales reales (no las virtuales). Jodo, vaya rollo que he soltao...

Ya tengo recién descargadita la 2ª temporada, a ver que tal...

Saludos camarada!!

David dijo...

Vista. Yo también creo que se pierde el elemento sorpresa y, para mí, la segunda temporada no está al nivel de la primera (aunque Mikel diga que sí en Rodeado de papel)...
El primer episodio no está mal. De hecho, me gustó...pero no sé si porque soy tan fan de I.A de Spielberg, que no me importó ver "la adaptación televisiva"...
El segundo, me pareció muy flojo y la vuelta de tuerca final, no me convenció mucho.

El tercero, el de Waldo, me pareció el mejor con diferencia. Totalmente actual y creíble (excepto la exageración de los créditos; pero bueno, eso es una pequeña chorrada)...El más interesante por lo que plantea y del que más se podría extraer... Casi podría ser una negra revisitación del "Juan Nadie" de Capra, o no tan negra y más similar a "Un rostro en la multitud" de Kazan.
Si tuviera que hacer un ranking de episodios, el que más me gusta con diferencia sería el tercero de la primera, luego entre, el primero de la primera y el tercero de la segunda y ya a cierta distancia, el primero de la segunda. Los otros dos, pues ahí, parecido... me da igual posición.
Y ya sabemos que a Charlie Brooker las tecnologías le parece que nos deshumanizan bastante... mmm..¿tiene twitter?

Un saludito.


Jero Piñeiro dijo...

Charlie: básicamente coincido en todo lo que apuntas sobre la primera temporada. Efectivamente, el protagonista de "RocknRolla", Toby Kebell, es el personaje principal del tercer episodio; y yo personalmente creo que su interpretación es estupenda. Por otro lado, yo hace años que me acostumbré a verlo todo en V.O. y ahora me da cien patadas tener que conformarme con las versiones dobladas. Supongo que me he convertido en un talibán antidoblaje, pero es que gran parte de los matices de una interpretación provienen de la voz, y series como "The Wire", "Treme", "Sherlock" o "Deadwood" echan por la borda un 50% de la gracia cuando sus personajes pierden su acento local y se convierten en voces españolas. Ya me contarás qué te parece la segunda de "Black Mirror": yo creo que te va a gustar.

David: pues a mí "Be right back" me recuerda a "I.A." de forma un tanto superficial; creo que el meollo de la trama va por otro camino, porque la peli de Spielberg se presentaba desde la perspectiva del niño y en el episodio de "Black Mirror" lo que se analiza son los sentimientos de la chica humana. A mí, como decía, es el capítulo que más me ha gustado de la tercera temporada. Lo que no significa, claro, que los otros dos no me hayan gustado también. Quizás el segundo juegue demasiado a epatar, pero aún así los planos del final (ese rollo "safari del horror") me parecen escalofriantes... y desoladoramente creíbles, la verdad. El de la mascota virtual reconvertida a candidato político parece sacado de un tebeo de Frank Miller, ¿no? Como aquel presidente virtual del "DK2"... O igual es que yo últimamente veo a Frank Miller en todos lados, jajaja. Un saludito in return.

David dijo...

En la película de Spielberg se hablaba de sentimientos. Los del niño, los de la madre, los del hermano, los del gigoló... Se hablaba de una amplia variedad de sentimientos. El episodio de la serie no está mal, pero el parecido es mayor de lo que tú crees (aunque intentaran alejarse del modelo)... El "problema" es que el robot, al contraio que al de I.A no le han dotado de "sentimientos"... Sí. Se centra en los de ella...pero, no sé... me quedo con I.A (o A.I) jajaja.
Los presidentes "virtuales" ya existían antes de que llegara Frank...y seguirán..
Otro saludito.